En el blanco 

Fernando Zepeda H

*Falla la UAdeO como laboratorio del Estado con la nueva reforma a la Ley Orgánica. La inconformidad en su interior es cada vez mayor y el rechazo al Rector igual
*Al Gobernador se le agota el tiempo para resolver el conflicto UAS-Estado. En septiembre arranca su segunda y última mitad de sexenio
*Los transportistas del servicio urbano presionan al Gobierno del Estado para que se autorice un incremento a las tarifas. Dejan de lado que el ciudadano también enfrenta problemas, no les alcanza lo que ganan
*Alito y su camarilla de incondicionales se preparan para ratificar que son los “dueños” de lo que queda del PRI. Pronto se darán cuenta de que ya huelen a occisos políticos

La UAdeO el laboratorio. La nueva Ley Orgánica aprobada por el Congreso y aplicada a la Universidad Autónoma de Occidente, navega por aguas turbulentas. Apenas se aprobó y aplicó, maestros, trabajadores y estudiantes de esa universidad han denunciado violaciones y abuso de autoridad. A eso habría que sumarle que la elección del nuevo Rector Pedro Flores no resultó tan tersa como debería y dejó una notable escisión que suma a las inconformidades que dan cuenta de abusos y violaciones a la nueva Ley Orgánica.

Esta misma reforma a la Ley Orgánica de la UAdeO es la que se ha pretendido aprobar desde el Congreso del Estado a la Universidad Autónoma de Sinaloa. Claro está, que para la UAS sus implicaciones son mayores, para nada comparadas con la UAdeO. En la UAS el Gobierno del Estado a través del Congreso, la Fiscalía General y la Auditoría General de Sinaloa han buscado por todos los medios imponer condiciones que buscan no mejorar el nivel académico de la Casa Rosalina, sino el control de la misma. En más de un año de conflicto entre la UAS y el Estado, en ningún momento se ha pondero la academia. ¡No!.

Lo que ha quedado claro es una lucha de poder, en ocasiones tan visceral, que pareciera que es un pleito personal entre quienes manejan la UAS y quienes buscan hacerlo, sea como sea. Tan mal es que la autonomía universitaria se violente en su interior como también que se pretenda hacerlo desde fuera. Lo dijimos desde este modesto espacio desde que inició el conflicto y lo reiteramos hoy. El conflicto UAS-Estado debe buscar caminos de entendimiento, dialogo y concertación que permitan encontrar soluciones por encima de los intereses personales, las decisiones viscerales y preponderando la inteligencia.

A Rocha se le agota el tiempo. En Septiembre el Gobernador Rubén Rocha Moya entrará a su última mitad de sexenio. Es cuando se dará el cambio de diputados en el Congreso del Estado. En octubre arrancarán los nuevos alcaldes con los que habrá de cerrar su sexenio Rocha Moya. A nivel nacional, aún y cuando Morena volverá a repetir en la Presidencia de la República, tendrá mayoría en las dos cámaras la de Diputados y Senadores, las cosas por supuesto no serán iguales para el Gobernador. Hay detalles que marcan que Rocha Moya ya ha tenido su oportunidad con todo el respaldo federal para sacar adelante sus principales proyectos de su gobierno. Y el conflicto con la UAS tendría que haberse concluido antes de que termine el sexenio de López Obrador.

Pues ahora estaría en condiciones de heredarlo a Claudia Sheinbaum. La Presidenta electa vendrá del mismo equipo de López Obrador. Le estará agradecida de haberla apoyado. Pero son dos personas diametralmente diferentes. Desde la formación académica y no se diga el conocimiento que dan los viajes por el Mundo. Sheinbaum no es una política empírica. Es estudiada y reconoce a quienes se han dedicado por muchos años a prepararse académica y científicamente. No, definitivamente los conflictos que enfrentan los estados del país no serán vistos con la misma óptica después del cambio de gobierno federal. Tendrán sus propias formas. Esto seguro lo entiende el Gobernador. Y entrar a su ultimo trienio de administración cargando sin resolver el conflicto con la UAS, sin duda será complicado.

¿Cederá el Gobierno?. Los transportistas del servicio urbano en Sinaloa están presionando al Gobierno del Estado para que les autoricen un incremento a las tarifas. Pretenden cobrar 14 pesos por boleto. Tal vez les asista la razón cuando hablan de que las actuales tarifas no les permiten adquirir nuevas unidades de transporte urbano. Que también prácticamente no les alcanza el dinero para el mantenimiento y reparaciones de sus unidades. Lo que deberían de reconocer es que a los ciudadanos tampoco les alcanzan sus ingresos para que un servicio tan necesario como es el transporte aumente de precio.

El salario ha aumentado. Es cierto. Pero se pulveriza con el aumento en los precios de los productos de la canasta básica. De la tortilla, el frijol, los huevos, carne, el pescado, el pollo y los demás alimentos que deberían de tenerse en la dieta de todas las familias. Los transportistas urbanos en su afán por convencer al Gobierno del Estado reconocen que en estos momentos existen dos clases de servicio: El de primera con aire acondicionado y el de segunda sin aire acondicionado. Al con aire piden un aumento a 14 pesos por boleto. Al sin aire de segunda 12 pesos. Y con las temperaturas que se tienen en Sinaloa, sería un crimen permitirles que las unidades operen y sigan operando sin aire acondicionado. Del tamaño del billete podría ser la respuesta del Gobierno.

Los dueños del PRI. Sin que se resuelvan aún las impugnaciones por la ilegalidad en la que se ha incurrido al modificar los estatutos priistas, Alejandro Moreno conocido ampliamente como “Alito” ya se prepara para su reelección. Alito se erige junto una camarilla de incondicionales como los “dueños” del otrora partido aplanadora en el país. Se preparan para repartirse las migajas. Y por más que se desgarran las vestiduras acusando a todos sus antecesores, con “Alito” el PRI se fue al basurero.

 

Se aprovecharon de las buenas intenciones de Xóchitl Gálvez. Enredaron al dirigente Marko Cortés y aprovecharon la desesperación de Jesús Zambrano que buscaba evitar lo que sucedió, la perdida del registro perredista, para alcanzar las candidaturas plurinominales con las que pudiera sobrevivir el priismo. Ya las tienen y ahora se preparan para confirmar que ellos “Alito” y su camarilla son los dueños de la franquicia priista, que no se han dado cuenta, pero la huelen a occisos políticos.

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