Agrarismo en el Estado de Morelos: simiente de transformación genuina, congruente… y vigente
Héctor Calderón Hallal
Muy poco faltó, para que el suscrito terminase creyendo la falacia que los
agoreros de la historia también han querido vender a las nuevas
generaciones.
Se debe reconocer de parte de quien esto escribe, que se cometieron
sensibles errores en torno al significado para la historia patria y la
interpretación misma, de lo que fue el movimiento revolucionario de 1910.
Se ofrece desde este espacio una encarecida disculpa, por las veces -quizá no
más de dos- en que se escribió de forma apurada e irresponsable, asumiendo
a la Revolución Social Mexicana como una simple Guerra Civil entre facciones
de políticos norteños -disfrazados de militares- con intereses y ambiciones
deliberadas como desmedidas; que como resultado solo se obtuvo una
sangrienta cifra de decenas de millares de muertos … y cuya escenificación se
dio casi exclusivamente en entidades del norte del país, “solo con algunas
pinceladas trágicas y esporádicas en la Ciudad de México”.
Quiso el suscrito encaramarse a la cresta de la ola, del simplismo aturdidor
de muchos nuevos ‘estudiosos’ de la historia que, sin pudor alguno, explican
y ordenan cómodamente, los sucesos de la historia, dándole a estos un
sentido acorde a su idea propia de las motivaciones que tuvieron los
protagonistas y la semiótica del ideal político del conglomerado social de la
época, pero… lo impredecible del pensamiento humano y de la naturaleza
misma de la raza humana (inapropiadamente llamada especie), una vez más
nos corrige y nos da una “bofetada de realidad”, que nos avienta hasta el
sitio preciso donde comenzamos, a fin de que reiniciemos nuestra ruta
epistemológica de forma correcta, desechando falacias, sofismas y datos
inexactos… dándole el valor que tiene a la información comprobable, que
imperturbablemente ha trascendido de forma perenne y que responde a la
lógica del sentido común, para interpretar nuestro origen y seguir modelando
nuestro destino como sociedad.
La Revolución Social Mexicana tuvo un capítulo de suyo, fundamental, para
explicar la consistencia misma del movimiento “revolucionario” mexicano…
dicho sea propiamente: el primero de esa naturaleza en el siglo XX, antes del
de la Rusia Zarista y el de la China post-imperial e inestable.
Este capítulo se escenificó en el central Estado de Morelos y, por sí solo, este
escenario revolucionario mexicano, no solo puede, sino que debe invocarse
necesariamente y con una preponderancia jerárquica tal, que se encuentre
por encima de cualquier otro suceso acontecido y compilado por la narrativa
oficialmente reconocida, pues le da la dimensión per se, de movimiento de
revolución social, a ese gran movimiento de nuestra historia.
La crítica cómoda -y de orientación no liberal, conservadora pues- argumenta
en su lógica construida con silogismos pueriles (Si “p” es “q”.:. “q” también
puede ser “r”) y no… definitivamente en este argumento no se comprueba
ese silogismo, porque la “magnesia” y la “gimnasia” no son lo mismo:
efectivamente las revoluciones sociales de Rusia y de China, terminaron por
voltear las pirámides sociales y ponerlas de cabeza de tal suerte que, a la
cabeza del poder se pusieran los liderazgos de la clase obrera y campesina
respectivamente, derrocando del poder o lanzando hasta el sedimento de la
pirámide a las viejas estructuras de las oligarquías rusa y china… en esos
casos los zares en Rusia… y los “señores feudales que hacían la guerra
defendiendo el interés regional de sus poderíos a la caída de la dinastía Qing
en 1912, en el caso de China.
En México, podría decirse que, tras la revolución social de 1910, los
Limantour, los Reyes, los Arango, los Garza Sada, los Bailleres, los Larrea, los
Terrazas, los Corral, los Redo, los Orrantia… vamos, la abrumadora mayoría
de la oligarquía porfirista… siguió siendo la misma… con las mismas familias
oligarcas del ‘porfiriato’; no arribaron los campesinos ni los obreros al poder,
sin embargo… el movimiento, que es a todas luces un proceso inacabado aun
en México… un movimiento, trunco… un producto ‘no terminado’… no sólo
sembró la semilla de la dinámica revolucionaria y afán de justicia social como
de desarrollo, en el ideal ‘zapatista’ del reparto agrario y en el espíritu mismo
del ‘Plan de Ayala’.
El genuino movimiento agrarista verificado en el Estado de Morelos,
consignado de manera simultánea -o como catalizador mismo- en los albores
del movimiento de la Revolución, surgió a raíz de los cambios impulsados en
el campo mexicano desde mediados del siglo XIX.
En honor a la verdad… pues en el terreno de la historia debe aceptarse sin
“satanizaciones ni beatificaciones” de personas; con la objetividad que
reconozca en todo momento la naturaleza misma de la motivación humana…
fueron las medidas de aquel presidente Benito Juárez, liberal radical, con
todo el ímpetu producto de aquella su agónica juventud, quien logró
heredarle su ideal a aquel Ignacio Comonfort liberal moderado… y a sus
consecuentes sucesores, incluido el principal defensor y discípulo de Juárez,
el también oaxaqueño , el general Porfirio Díaz Mori.
Díaz se dedicó a custodiar la ‘herencia’ de Juárez: hacer que prevalecieran
todas las históricas medidas producto del movimiento reformista y liberal,
identificado con la Constitución de 1857.
Por eso el despojo inmisericorde -aplicado por Juárez como buen liberal
radical, el criterio “tábula-rasa” para expropiar todos los grandes terrenos
propiedad de ‘terratenientes y prestanombres de terratenientes y señores de
la iglesia, con el fin de que dejaran de estar ociosos y sirvieran para alimentar
al pueblo de México, tan necesitado de esa producción para solventar la
hambruna… sin contemplación alguna; medida que afectó a medianos y
hasta a pequeños productores morelenses … a los campesinos precaristas
mismos los afectó desde entonces, pues la entidad federativa que hoy
corresponde a Morelos ha sido desde entonces a la fecha, una que se dedica
a la extracción de recursos del sector primario… dígase concretamente a la
agricultura.
Por eso desde aquí nuestro genuino reconocimiento a un Augusto Gómez
Villanueva quien, sin necesidad de nombramiento burocrático alguno, vuelve
a tomar las banderas por la justicia social y la reivindicación de los sectores
desprotegidos de la sociedad en aquel Estado central de la geografía
mexicana.
Sobreponiéndose a sus limitaciones propias de la edad, más no de la
convicción libertaria y fraternal con el prójimo, con el desposeído… con el
hermano… el licenciado Gómez Villanueva, acudió el pasado 28 de
noviembre, a un llamado de la Comisión de Fortalecimiento Partidario y
Cohesión de la Militancia, de su partido, el PRI, para instalar la Comisión
Estatal de Fortalecimiento Partidario en Morelos; misma que estará presidida
en el Estado por el diputado Eliasib Polanco, presidente del Comité Directivo
Estatal del PRI en Morelos, el propio Adán Augusto, el legislador federal
Samuel Palma César, presidente nacional de la Fundación Colosio Cambio
XXI, la senadora también tricolor Anabel Ávalos y el licenciado César Augusto
Gómez.
En ese acto, se rindió un homenaje al general Emiliano Zapata en
conmemoración del 114 aniversario de la promulgación del Plan de Ayala.
Destacó la presencia… como muy pocas veces se destaca y se reconoce ya en
la actualidad y sin excepción de región territorial, de los descendientes del
general Zapata, Jorge, Gerardo y Nadia, quienes, a su vez, manifestaron su
solidaridad con los reclamos de los campesinos de México frente a la
insensata actitud del gobierno de la 4T en su política agropecuaria, así como
con los transportistas, los jóvenes de la Generación Z del país…
Esas son, desde hace varios siglos, consignas revolucionarias; rasgos
distintivos de cambio al interior del curso de la historia.
Las razones aludidas… los reclamos por demás válidos, forman parte de un
paquete de demandas urgentes, neurálgicas, que un partido solo… por su
cuenta o por su propio impulso, puede ni debe asumir en la lucha política o
idealista.
Hay un saldo enorme de revolución… de reivindicación, de búsqueda de
igualdad de todos frente a la ley, de justicia social, de democracia … y hasta
de libertades perdidas, para la enorme mayoría ciudadana del México de
nuestros días, que deben ser respaldadas en su legítimo reclamo, en su
prudente oferta electoral de los próximos procesos, por todos los partidos sin
excepción… preferentemente coaligados en un frente común.
Por eso resultan plausibles, las intervenciones que tuvieron en ese acto Don
Jorge Zapata, consanguíneo descendiente del general Emiliano Zapata; como
el destacado abogado y maestro universitario, Don Alfredo Ríos Camarena,
en representación de la Comisión Naciona6 de Fortalecimiento partidista (del
PRI); como del líder de la Liga de Comunidades Agrarias Mauricio Rodríguez y
las voces históricas de la mujer campesina representada en las voces de
Leona Morales y Pilar Trujillo; y también la de Ricardo Flores Magón,
presidente de la Comisión Conmemorativa y descendiente consanguíneo del
ínclito ideólogo del movimiento revolucionario del mismo nombre; quienes
simultáneamente les tomaron protesta a los jóvenes que integrarán la
Tribuna de la Juventud Revolucionaria, para lo cual se nombró coordinador al
joven Licenciado Aldo Alcón.
Y también resulta -no solo plausible- sino encomiable… admirable, que
oradores y asistentes manifestaran su solidaridad con la férrea lucha que
despliega el actual dirigente nacional del PRI, el senador Alejandro ‘Alito’
Moreno Cárdenas, quien contra ‘viento y marea’… contra enemigos de
dentro y fuera de su partido… contra inercias de su propio grupo de
colaboradores, pero, sobre todo, contra malas costumbres y vicios del
pasado… de generaciones de políticos del pasado reciente.
Sí… es por demás encomiable también, que ‘Alito’ sepa asumir con gallardía,
con valor y congruencia, el peso de su responsabilidad histórica al frente del
partido más importante en la historia del país… y, particularmente en
defensa de las causas sociales del pueblo de México y de repudio a la política
autoritaria del actual gobierno de la 4T.
Precisamente cuando todo mundo se le ha volcado encima al dirigente
priísta… cuando la propia 4 T vuelta gobierno ha enderezado de manera más
radical en los últimos días, una campaña de desprestigio a través de la revista
Proceso, donde se pretende revivir una vieja especie periodística falaz, donde
ha quedado demostrado que fue por demás lícita como legítima, la forma en
que el exgobernador Moreno Cárdenas adquirió bienes inmuebles en su
natal Campeche.
Porque, ciertamente, la revolución social mexicana no ha sido un proceso
terminado… pero es de elemental justicia que se termine y que cuyo proceso,
se lleve a cabo con la honestidad y la integridad que el pueblo de México
demanda y merece.
Y porque también… ciertamente… esta búsqueda de reivindicación social,
propia de una revolución inacabada, debe ser buscada por todos los actores
políticos nacionales con registro en la actualidad, en una coalición única, sin
precedentes, para poder derrocar a un régimen plagado de ambiciones y
deshonestidad.
Hoy, quienes buscan desde el extremo conservador, ir al margen del PRI y del
resto de los demás partidos en la próxima contienda electoral, solo denotan
un auténtico desprecio por las causas de la población política, social y
económicamente desprotegida de nuestro país.
El “bien común” se alcanza también luchando en comunidad.
La estrategia que presenta el PAN en su supuesto “relanzamiento”, donde
pretende romper con la alianza hecha en el proceso anterior con el PRI, es
francamente cuestionable y hasta preocupante.
El decir “Patria, Familia y Libertad”, como repitiendo un eslogan publicitario
de alguna pasta de dientes en la radio o la televisión, no llegará al corazón ni
a la ideología de los mexicanos… porque no conecta con el axón de sus
células más sensibles.
Ya solo falta ver a Jorge Romero o a Federico Döhring… ponerse un sombrero
tipo ‘bombín’ y usar bigote abultado de cuadro, tipo Hans Kelsen o hasta tipo
Adolfo Hitler… o a la propia Kenia López Rabadán, bajarse de un Cadillac
modelo 1929 y ponerse a defender la honorabilidad del “Cártel Inmobiliario”
y la pertinencia de la ‘pastilla del día siguiente’.
Hoy más que nunca, la población mexicana espera que todos los partidos se
constituyan en frente común y luchen conjuntamente por la defensa de sus
instituciones, de su historia de desarrollo como nación en sus años recientes
de vida; requiere que se salga unido en la demanda de igualdad de todos los
ciudadanos frente a la ley… requiere que se le grite a una sola voz a este
gobierno insensible, que los mexicanos queremos vivir en paz… sin privilegios
para los criminales…
Porque hoy más que nunca … ningún partido… y ningún dirigente valiente y
comprometido con su causa estorba o ‘sale sobrando’.
¡Hace falta -por lo menos- un par de ‘Alitos’ más en el concierto de la política
mexicana actual, que sepan encabezar la lucha del pueblo mexicano, en su
camino aun largo y escabroso hacia la consolidación de la Revolución Social
Mexicana!…
¡Hacen falta la fe y el amor a México de un Augusto Gómez Villanueva, pero
en el alma de cada uno de los mexicanos de hoy!
… Y aunque con días de retraso…. ¡Que viva por siempre la Revolución Social
Mexicana en cada mexicano!… Como un proceso permanente e inacabado de
mejora continua y de evolución, en el plano personal y como miembros de la
sociedad.
Autor: Héctor Calderón Hallal
@pequenialdo; @CalderonHallal1

