Héctor Calderón Hallal
El “gran pecado” de ‘Alito’ Moreno, dirigente nacional del CEN del PRI y por
el que hoy, los representantes más álgidos de la “formalidad” institucional -al
interior de su partido, como en la oposición tradicional al PRI- lo pretenden
ejecutar políticamente, fue sin duda alguna, el haberse atrevido a soñar sin
pedirle permiso a la “gerontocracia política” de este país.
A soñar en un auténtico relevo generacional y en la consolidación -de una vez
por todas- de un partido que sea capaz de marchar al ritmo que los temas
que mueven a la modernidad del mundo y a los genuinos intereses de las
nuevas generaciones, sin perder tiempo en la “retrasada agenda” de decenas
de cuadros a los que la propia dinámica política del vetusto partido, no les ha
permitido tampoco cumplir sus proyectos personales y de grupo.
Ciertamente la injusticia existió en aquel PRI de antes de Moreno Cárdenas,
tanto para muy buenos políticos que se volvieron maduros y “se durmieron
en la esperanza” de recibir abanderamiento de su partido a esos proyectos
personales tan genuinos y también tan legítimos… como para toda una nueva
generación de priístas que, sin tener culpa en los errores institucionales del
pasado… siendo una honorable generación de nuevos cuadros, nuevos
militantes y simpatizantes… tocaron a la puerta del partido y nadie les
abrió…
La propuesta de Alejandro Moreno Cárdenas, hoy senador de la República ha
sido muy clara… solo quien no la quiera oír no podrá asimilarla jamás.
Parte de la idea de que los jóvenes no necesitan el permiso de los viejos
cuadros para soñar y empezar a materializar esos sueños en el PRI…
necesitan, por el contrario, no ser silenciados y empezar a recibir el aval de la
confianza de las anteriores generaciones, para adecuar el partido a la
realidad nacional y mundial… no solo en el discurso y la ideología… sino en su
plataforma y su accionar.
Hoy que gracias al impulso mezquino que, desde Morena, se ha dado para
revivir esa supuesta iniciativa de desafuero hacia el senador campechano, se
pretende remover a Moreno Cárdenas y a todo el Comité Ejecutivo Nacional
como a su Consejo Político Nacional del PRI, de los que se dice que fueron
nombrados en su totalidad, de forma discrecional y convenientemente por
él… y nadie más que él… debe saberse que el criterio que prevaleció en el
político campechano para integrar ambos cuerpos de dirección del tricolor a
nivel nacional, después de que cumplieron con las formalidades de
designación y elección respectivas en cada uno de esos cuerpos de mando
del instituto político, fue el de respetar las trayectorias de liderazgo y
representación con que cuentan en cada una de las regiones y sectores
sociopolíticos de los que proviene cada uno de los secretarios,
subsecretarios, consejeros, delegados y directivos en general…
Es decir: no se nombraron improvisados… ni recomendados políticos.
Porque en el PRI de Moreno Cárdenas, hay que reconocerlo con todas sus
letras, si algo se ponderó e impulsó en todo momento, fue la “cultura del
esfuerzo y no del privilegio”.
Hoy desde Morena, partiendo de su origen, el gobierno estatal de Campeche,
encabezado por la expriísta Layda Sansores, se ha emprendido una auténtica
persecución política contra el dirigente nacional priísta, por ser,
indiscutiblemente una de las voces más insistentes y estruendosas de la
oposición en México, que ha enfrentado con valentía y decoro, el embate de
oficialistas interesados en descarrilarlo y de “fuego amigo” del interior de su
propio partido… que pretenden exterminarlo políticamente.
El pretexto, un gastado argumento digno de una novela político-policial de
los años setenta del siglo pasado: fincarle “responsabilidad penal” al
político… y mancharlo en su carrera…
Por medio de un diputado muy de “medio pelo”, que ha brincado sin pena ni
gloria de franquicias desconocidas y cuestionables, que él mismo se atribuye
su formación por cierto, como la del Partido del Encuentro Social, o la Partido
del Encuentro Solidario, partidos que recibieron del PRI en su momento -y
concretamente de Alejandro Moreno en lo personal- abundante apoyo,
respaldo numérico en votación y confianza- vital apoyo para su permanencia
y consolidación… lo diré de una vez por todas… hoy es a través del diputado
Hugo Éric Flores Cervantes, que se asume morenista sin rubor alguno y a la
vez, el medio por el cual, la hegemonía aplastante del morenismo, pretende
cobrarle la factura a Alejandro Moreno Cárdenas y al PRI, de estar
denunciando incansablemente de un tiempo a la fecha, las triquiñuelas y las
traiciones a la patria en general, en que han incurrido como Gobierno de
manera inmisericorde.
Flores Cervantes impulsa la reapertura del expediente -ya cerrado y
concluido ‘de sobra’ en la anterior legislatura- en su calidad de presidente de
la Sección Instructora de la Cámara de Diputados, por existir pretendidos
delitos en el rubro de los servidores públicos, según él, cometidos por el
entonces gobernador de Campeche, Alejandro Moreno Cárdenas, como
peculado, uso indebido de atribuciones y facultades y otros más; que son
producto de una nueva denuncia (solicitud) a la que se le dio entrada por
parte del órgano instructor que preside el diputado morenista y que fue
suscrita por la Comisión Anticorrupción del Estado de Campeche.
Así entonces, se dice que tendrán todo este mes para la discusión del tema a
nivel legislativo y un plazo no mayor a los 60 días posteriores para su
resolución.
Flores Cervantes aclaró que no hay ningún amparo definitivo que exonere al
senador Moreno Cárdenas…. sino un amparo que lo protegió por actos de
investigación (cateos a su domicilio y su patrimonio) en el pasado… pero no
fue un amparo definitivo.
Mientras tanto, Alejandro Moreno no se duerme en sus laureles:
Después de pedir en tribuna sanciones ejemplares para el expresidente
Andrés Manuel López Obrador y para sus vástagos… en una clara ruptura con
el expresidente (si es que hubo algún grado de identificación con él), el
presidente nacional del PRI partió rumbo a la ciudad de Washington, capital
de los Estados Unidos, a denunciar con valentía e integridad moral, ante el
FBI y la DEA a AMLO, a su hijo ‘Andy’ López Beltrán … y a cuanto funcionario
de Morena “se encuentre mal parado” en su relación con el crimen
organizado y el delito en general.
Sin duda, ‘Alito’ Moreno Cárdenas será en la historia política de México
reciente, en caso de ser desaforado y obligado indirectamente a renunciar
del liderazgo del PRI y de su escaño en el Senado de la República… el “gran
pecado de Morena” (AMLO y Claudia)… algo que ni la sociedad ni el recuento
formal de la historia lo perdonarán…. ¿Por qué?
Porque este gobierno, pretendidamente renovador y respetuoso de prohijar
la esperanza y el renacimiento de una cultura cívica, democrática y justiciera
para la población mexicana, con apertura formal para las minorías y
especialmente para la participación de la juventud mexicana… estará
atentando contra un joven valioso y valiente, cuyo único pecado fue
atreverse a retar a las estructuras añejas, tradicionalistas y cerradas de la
clase política aun prevaleciente en su partido… y en el gobierno también… al
denunciar el fraude deliberado, a traición a la patria, la inmundicia de su
quehacer clientelar y selectivo… pero sobre todo, por dar ese que será “un
golpe criminal” a la oposición genuina del México de nuestros días…
Porque habrá liquidado de un solo golpe Claudia Sheinbaum, una forma de
expresión -aunque embrionaria- ha representado a nuevos rostros de
expresión política que, hoy sin el renombre ni el respaldo de los “santones”
del pasado reciente, se abre paso sin otra influencia que no sea la de su
propio valor político y cívico.
La de su propio talento y sacrificio.
Hasta la fe milenaria de la mayoría de los mexicanos, reconoce en la Carta del
Apóstol Pablo a su discípulo y protegido, Timoteo, (1 Timoteo 4:12) el deber
sagrado de los que detentan el poder profano de la sociedad, de no
discriminar ni agredir a los jóvenes… sino al contrario, de darles participación
y alentar la formación nuevas generaciones de líderes de esa sociedad: “No
permitas que nadie te menosprecie por ser joven, sino sé un ejemplo para los
creyentes en palabra, conducta, amor, fe y pureza”.
Este principio es retomado por Tomás Moro reiteradamente a lo largo de su
legado político.
Así que… ¡Ánimo, Alejandro Moreno!…
Desde México nuestro grito de aliento: ¡Que nadie te menosprecie por ser
joven!…
Autor: Héctor Calderón Hallal
@CalderonHallal1; fixiflaux99@gmail.com
“Las opiniones vertidas en este artículo, son responsabilidad exclusiva de su
autor; por lo que no necesariamente coinciden con la opinión institucional de
este medio”.

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