DE FRENTE Y DE PERFIL

RAMÓN ZURITA SAHAGÚN

 

Durante mucho tiempo se habló en México de la necesidad de una alternancia en la Presidencia de la República, la que se produjo hasta el año dos mil.

En ese entonces el PRI era el partido que había ganado las elecciones presidenciales en México desde que se adoptó el sistema de partidos y se terminó con las continuas disputas de los grupos armados, provenientes de la Revolución.

Pascual Ortiz Rubio, Lázaro Cárdenas, Manuel Ávila Camacho, Miguel Alemán, Adolfo Ruiz Cortines, Adolfo López Mateos, Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría, José López Portillo, Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo, fueron los priistas que consecutivamente ganaron los comicios desde 1930 hasta 1994.

Con excepción de Ortiz Rubio, que fue electo por cuatro años, los demás ganaron para gobernar un sexenio.

En 2000 para sorpresa de algunos, el PRI terminó su período hegemónico y un arrollador Vicente Fox derrumbó el mito tricolor venciendo en las urnas al priista Francisco Labastida Ochoa (el próximo 6 de noviembre presenta su libro).

Fox llegó precedido de grandes promesas, de cambios a la política priista y de gobernar de otra forma, distinta a la ejercida en las administraciones anteriores.

Nada de eso pasó, la alternancia no acarreó efectos negativos en la economía, ni en otros renglones de la actividad diaria, como anticiparon los pregoneros de la desgracia.

Del Presidente Fox se dijo que gobernaba con ocurrencias y se le cuestionaron muchas situaciones, especialmente la de los hijos de su esposa, Marta Sahagún y los beneficios obtenidos bajo su gobierno.

Vicente Fox le pasó la estafeta a otro panista, Felipe Calderón Hinojosa, al que entonces se llegó a considerar como un modelo de Presidente y se le ubicaba como el mejor de las anteriores décadas.

La buena imagen de Calderón quedó deshecha por la actuación de su titular en cuestiones de Seguridad, Genaro García Luna y la asociación de este con los cárteles de la droga, por lo que fue procesado en Estados Unidos con una sentencia de 38 años de cárcel.

El PAN cedió la escena política al regreso del PRI y Enrique Peña Nieto fue electo Presidente, gobernando de manera desastrosa en todos lo niveles, económico, seguridad y, principalmente, corrupción, lo que provocó la caída del PRI. Peña Nieto se ganó las simpatías de los electores por hacer una buena pareja, mediática, con su esposa, la actriz Angélica Rivera.

La actuación de Peña Nieto dejó la mesa puesta para que Andrés Manuel López Obrador ganara con gran amplitud y pusiera en marcha una nueva idea de gobierno, atendiendo con ayudas a las clases más desfavorecidas. Instrumentó una serie de apoyos a las personas de la llamada tercera edad, a los estudiantes y a los jóvenes conocidos como ninis, a las madres solteras y trabajadoras, las personas con discapacidad, consiguiendo de esa forma una amplia base de votantes. Se distinguió por ser voluntarioso, su gobierno financió una serie de obras que hasta el momento no han mostrado su operatividad y no pudo con dos de los grandes problemas del país, la seguridad y la corrupción. La popularidad de AMLO es inmensa (hasta la fecha) por lo que Claudia Sheinbaum Pardo no tuvo problemas para ganar con la más alta votación de la historia.

La primera Presidenta de México recibió un país con graves heridas, donde a pesar de la votación alcanzada hay quienes le restan méritos a su arrollador triunfo y hasta la llegan a calificar como una simple marioneta del anterior Presidente, siguiendo un guión trazado con antelación.

Claudia tiene un mes en la presidencia y tiene el suficiente tiempo para mostrar su valía y desarrollar las metas propuestas, dejando en claro que es autónoma y que está libre de ataduras.

Email: ramonzurita44@hotmail.com
Email: ramonzurita44@gmail.com

Leave a reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *