DOMINGRILLA
AMLO avisa que no se va
Claudia, su grave tropiezo
¿Qué arma el Frente Opositor?
FRANCISCO CHIQUETE
Al presidente le viene guando el cuatro de julio, dijo un adm9rador entusiasta. Y también el 24 de octubre, día en que el huracán Otis destruyó a Acapulco. Y las amenaza de división. Todo lo va superando aparentemente sin costos políticos. Además deja su mensaje muy claro: me voy, pero me quedo.
Aunque sus citas más frecuentes provienen del Papa Francisco (a veces distorsionadas, a veces acotadas o interpretadas a conveniencia), su punto central es esa frase del muy conservador papa Juan Pablo II: me voy, pero me quedo.
¿Por qué le aceptó a Claudia Sheinbaum la candidatura de Omar García Harfuch si luego iba a dar marcha atrás? Todos sabíamos que su simpatía estaba al lado de Clara Brugada, para quien inventó aquella maniobra de Juanito, el monigote al que lanzaron como candidato a alcalde de Iztapalapa porque la Brugada no cumplía con los requerimientos legales. Ante todo el mundo, López Obrador dio instrucciones: tú apareces, ganas, y te haces a un lado para que gobierne ella.
Brugada ha mantenido a Iztapalapa como reservorio electoral de la 4T. Mientras la Ciudad de México les fue hostil, ahí se mantuvieron firmes. No era entendible que la dejase de lado.
En el audio que se atribuye al jefe de gobierno Martí Batres, se le escucha decir que “la jefa” “no tiene la perspectiva de la Ciudad de México”. No hace cinco meses que la virtual candidata presidencial dejó el puesto ¿y ya perdió la perspectiva? Por lo visto, sí. El vacío absoluto y espantoso que le hicieron en el Estado Azul lo demuestra así, y demuestra también que no es ella quien manda.
Hace unos días le compensaron el sofocón con un lleno asombroso en la Arena México, pletórica hasta los topes, pero sólo fue para ratificarle la advertencia: la candidata tenía que ser Clara Brugada, cuyo nombre sonó y resonó por encima de los tristes llamados a la unidad en que se empeñó la señora Sheinbaum.
Aunque se habla de la equidad de género, de la pureza ideológica y de otras explicaciones políticas para explicar el rechazo a Harfuch, la realidad es que fue una lección a la candidata. Ningún movimiento espontáneo pudo generar esa rebelión. No es creíble que esa candidatura de Clara pudiese provocar una pasión mayor que el amor de los diputados guerrerenses por su tierra, y sin embargo, todos se plegaron a la orden de no destinar recursos del presupuesto a la reconstrucción. Sólo una se rebeló, los demás callaron y aprobaron.
Por supuesto que hubo autorización y aliento del presidente para la rebelión capitalina.
Esto no quiere decir que el mandatario esté arrepentido de haber lanzado a Claudia por la presidencia. Ella es la que mejor reaccionó a los requerimientos de la sucesión. Marcelo Ebrard podía ser el más preparado, el más relacionado, pero no el que garantizara mayor fidelidad al proyecto como López Obrador lo tiene en la cabeza y el corazón. Por eso fue ella y lo seguirá siendo, pero nunca está de más ratificar quién manda, quién toma las decisiones, independientemente de quién haya recibido el bastón de mando, porque no importa tanto quién lo recibió, sino quién lo entrega.
UN MINISTRO
FUTURISTA
¿Por qué Arturo Zaldívar renunció a su puesto como ministro de la Corte si ya sólo le faltaba un año para el retiro? No podrá ser secretario de estado ni Fiscal de la República durante los dos próximos años. A pesar de eso, renunció inopinadamente y además se exhibió públicamente con la virtual candidata del partido oficial.
Por supuesto, es parte del proyecto del presidente López Obrador quien de esta manera deja sembrado en el próximo gobierno, su proyecto de cambio de fondo en la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Al margen del año que le ganan al tiempo de impedimentos, Zaldívar es un mensaje vivo y directo del poder presidencial, un poder que no se va a acabar el 30 de septiembre de 2024, como dice la ley, sino que seguirá vigente a través de decisiones y personajes cuya presencia se maneja y manejará transexenalmente.
No es un caso único. La camada de candidatos a gobernadores recién decidida lleva la impronta lópezobradorista (este sábado, en su gira, el mandatario se dijo contento de los resultados. Por supuesto que así debía ser). Lo miso va a pasar con la nómina de candidatos al Senado y en buena medida con los que irán por la Cámara de Diputados.
En 2021 el propio presidente ordenó que las diputaciones federales fuesen disputadas por la gente más probada. Por eso hubo reelección en tantos distritos: no se quería correr el riesgo de que llegase alguno que se creyera aquello de la independencia de criterio.
Hoy no fue tan cerrado, pero sí hubo en candado fundamental: nadie que haya sido candidato opositor en la elección anterior. Los cooptados del PRI, del PAN y otras corrientes, tendrán que aguantarse el desprecio porque no se trata de capacidad, sino de lealtad. Roma, dice el viejo adagio, usa a los traidores y luego los desprecia.
Hasta Pedro Kumamoto, el símbolo de la rebeldía juvenil, que llenó muchos corazones en Jalisco y en el país con la ilusión de una práctica política efectiva al margen de los podridos partidos políticos, cayó en las redes de Morena mediante una alianza electoral justificada por el odio a Movimiento Ciudadano, que ha reproducido todas las malas prácticas en la vida pública jalisciense.
LOS TRES GARCÍA
La política ha tratado mal a los tres García. Ello no significa que hayan quedado olvidados o en la pobreza, todo lo contrario, son un clan poderoso, cuyo patrimonio no desmerece a la fama.
Primero el general Marcelino García Barragán cargó con la responsabilidad de la matanza del 68. Como secretario de la Defensa Nacional, fue marcado por la acción represora del sexenio de Gustavo Díaz Ordaz, pero muy especialmente la del dos de octubre en la Plaza de Tlatelolco.
Al general le llegó cierto nivel de reivindicación post mortem, con un texto que se hizo llegar a don Julio Scherer y a Carlos Monsiváis, en que se revela cómo la matanza fue orquestada por el Estado Mayor Presidencial para beneficiar políticamente a Luis Echeverría Álvarez. Y paradójicamente, el Ejército (no exclusivamente el general) fue exonerado por el presidente actual, en una de esas declaraciones aparentemente inocentes de la mañanera.
Javier García Paniagua, hijo del general García Barragán y padre de Omar García Harfuch, parecía haber superado el estigma del dos de octubre. Con José López Portillo fue titular de la Dirección Federal de Seguridad y luego subsecretario de Gobernación, heredando el puesto anterior al nefasto Miguel Nassar Haro; de ahí pasó a la secretaría de la Reforma Agraria, donde sustituyó a Antonio Toledo Corro. Ahí empezó su sueño. Terminó el de Toledo, quien se llegó a considerar presidenciable pero acabó de gobernador, e inició el de García Paniagua, que hizo todo lo posible por ser el candidato. Protagonizó un notorio berrinche cuando lo bajaron de secretario de estado a dirigente nacional del PRI, desde donde dijo que aún estaba en la pelea (y sí lo estaba): Cuando el dedazo benefició a Miguel de la Madrid, fue un político en rebeldía. Lo nombraron secretario del Trabajo, pero ya no ejerció. Volvió brevemente con Salinas como jefe policíaco en la capital (como haría su hijo) y terminó su carrera política en la dirección de la Lotería Nacional.
Omar García Harfuch es policía de carrera. Los puros y duros de Morena lo acusan de haber sido alumno de Genaro García Luna como objeción muy principal, pero sus resultados al frente de la seguridad capitalina lo proyectaron y le generaron grandes expectativas.
Estaba tan posicionado, que aún con todo el aparato morenista en contra, ganó la encuesta con que se iba a definir la candidatura a la jefatura de gobierno. Esa es su venganza: restregarles en el mensaje de apoyo a la “ganadora” que él, contra todo, tuvo el favor del público.
De acuerdo con “la ley de compensaciones”, García Harfuch será candidato a senador, como todos los hombres que con la encuesta ganada, fueron bajados por cuestión de género. Hasta el momento sólo él (¿será dedicatoria?)
¿Es el escaño senatorial un destino segundo al que aspiraría García Harfuch? Si Claudia Sheinbaum gana la Presidencia, podría ser secretario de Seguridad Pública o Fiscal de la República, pero eso sólo en teoría, porque el presidente, como ya dijimos, tiene otros datos y tiene otros planes: la repetición de Rosa Icela Rodríguez y la posible llegada de Zaldívar a la fiscalía
Al final no consiguió lo que pretendía, como su papá, ni la reivindicación plena a la que aspiraba su abuelo.
LOS TROPIEZOS
DEL FRENTE AMPLIO
A Xóchitl Gálvez no se le puede acusar de falsa. Cuando le preguntaron a quiénes no invitaría a su gabinete, mencionó a Manuel Bartlett, a Ignacio Ovalle Fernández y por supuesto ¡a Alito!
Es lo más natural del mundo, Alejandro Moreno es lo más lejano a un subalterno ideal, y más cuando tratas de convencer al electorado, pero cualquiera podría pensar en que al menos en tiempos de alianza podrías ocultarlo. Con Alito no se puede.
Pero el Frente tiene problemas más graves que la lengua de su candidata..
Si las decisiones se están tomando como en Mazatlán, va a ser difícil que armen el trabuco que necesitan para enfrentar al Morena-Gobierno que busca arrasar con todo y que tiene posibilidades de hacerlo.
Juan Alfonso Mejía López Lizárraga anunció que Xóchitl le pidió competir por una candidatura a diputado federal. Por su preparación y experiencia sería un disputado muy aportante, capaz de construir proyectos y propuestas, pero ¿sabe Xóchitl si de veras tiene capacidad para convocar a los electores? Al margen de que las tenga o no, el hecho es que la hoy precandidata no lo sabe.
Pero además, ese tipo de designaciones no cumple con la expectativa de buscar la opinión de la sociedad, sin las imposiciones de los otros partidos.
Por si fuera poco, todo indica que la candidatura a la Presidencia Municipal está apartada para Guillermo Romero, quien ha desarrollada una campaña intensa y a pesar de sus puntos débiles, que se conocen por todos lados, parece haber conquistado ya el favor de la dirigencia nacional panista. Es cierto que tiene uno de los insumos principales para hacer campaña y hasta para apoyar al frente en otros niveles, pero eso se parece mucho a una compra. ¿Las garantías económicas influyen en las designaciones?
Y le sumas un aspirante al Senado como Pío Esquer, quien vino y habló como señor de horca y cuchillo. Rechazando las políticas del gobierno actual, como muchos de los ciudadanos, dijo sin embargo algo muy revelador de su personalidad: “no estoy de acuerdo en que lo hagan con mi dinero”. En tiempos en que predomina el seguimiento a lo social, incluso lo populista, venir a plantear las posiciones como potentado es marcar una raya con el resto de la sociedad, por más que se sienta dueño del dinero fiscal, que en efecto, es de todos.
¿La alternativa? ¿Mario Zamora, el senador actual? Ha tenido al electorado tan abandonado como los de Morena, pero cree que sus relaciones en la capirucha lo van a mantener en la Cámara Alta.

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