AMLO, el nuevo Plutarco Elías Calles
ÍNDICE POLÍTICO
FRANCISCO RODRÍGUEZ
Con más de un millón de muertos de por medio, el sonorense Plutarco Elías Calles consiguió, en la tercera década del siglo XX (1924-1928), institucionalizar a la Revolución iniciada en 1910, misma que quedó trunca en los siguientes periodos presidenciales con los sucesivos gobiernos de lo que entonces era el PRI.
Con ya casi un millón de muertos de por medio, el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador logró, el pasado domingo, la consolidación de la desinstitucionalización de México a través de su Movimiento que impulsa una supuesta Cuarta Transformación.
Para alcanzar sus metas, Calles impuso en la Presidencia de la República a Emilio Portes Gil, quien gobernó como presidente interino tras el asesinato de Álvaro Obregón; a Pascual Ortiz Rubio, quien fue titular del Ejecutivo tras las elecciones convocadas por Portes Gil, y a Abelardo L. Rodríguez, quien fue presidente sustituto tras la renuncia de Ortiz Rubio.
Para continuar su proyecto, AMLO impulsó –violando cuanta ley electoral existe– a Claudia Sheinbaum como su sucesora.
A semejanza de Calles, que renunció a la reelección, López Obrador ha insistido en no pocas ocasiones en su retiro de la vida pública en cuanto concluya su mandato.
Para evitar la continuación de revueltas de los diferentes grupos que habían participado “en la bola”, el sonorense creó al partido que de 1929 a 1997 fue hegemónico. Distribuyó el poder en diferentes parcelas y cacicazgos regionales.
Y hoy, con el objetivo de consolidar a su Movimiento en partido político, el tabasqueño también puso en marcha un nuevo mecanismo de distribución de poder entre las figuras más relevantes de las varias “tribus” de Morena, evitando así el ahondamiento de las divisiones internas. A la ganadora de las supuestas encuestas, la titularidad del Ejecutivo. A los demás participantes en el amañado mecanismo, encargos en el Poder Legislativo y puestos asegurados en el próximo gabinete.
Los paralelismos entre los creadores del PRI y de Morena son extraordinarios.
AMLO abrevó en las enseñanzas de Plutarco Elías Calles.
Las puso en práctica.
Y creó un nuevo Maximato.
Más paralelismos PRI – 4T
Sabido es que la Revolución hecha gobierno a través de la conformación del partido oficial, requería de los campesinos, de los obreros, del sector popular y de los burócratas para asegurar su permanencia en el poder…
… a cambio, los gobiernos emanados de la Revolución se encargarían de procurar la elevación del bienestar de esas clases sociales que habían participado de manera tan importante en el proceso armado de 1910-1920, sobre todo los obreros y los campesinos.
Se trataba de una verdadera relación simbiótica: el uno no podía vivir sin el otro, ambos se necesitaban mutua y recíprocamente.
Así sucedió hasta 1982, cuando “el último Presidente de la Revolución”, como se calificó a sí mismo don José López Portillo, entregó los bártulos del Ejecutivo a Miguel de la Madrid, quien dependía para todo de su secretario de Programación y Presupuesto Carlos Salinas de Gortari, quien lo sucedió en el poder. Inició entonces lo que AMLO llama “neoliberalismo”.
Cuando el control corporativo del partido oficial no bastaba para ganar elecciones, el Estado mexicano recurría al fraude electoral más descarado, como en 1988 y luego en 2006, y a la imposición; así como al acoso y el hostigamiento, e incluso a la tortura física y a la desaparición de los disidentes y opositores que hacían tambalear la permanencia del partido oficial en el poder.
También esto último lo copió AMLO en el actual proceso electoral.
Sheinbaum tendrá que negocia
Con un enorme respaldo popular, AMLO contó con la sed de venganza y el resentimiento de los millones de mexicanos que refrendaron su confianza en la 4T, a partir no sólo de los “apoyos sociales”, sobre todo de la labia presidencial que a diario polarizó al país con una especie de “nosotros los pobres, ustedes los ricos”.
Una mayoría agradecida y poco informada a la que le vale madres la desinstitucionalización anunciada, a partir de la muy segura aprobación en el Legislativo de la veintena de iniciativas que el Presidente presentó el pasado 5 de febrero, también valiéndole madres la Constitución.
No obstante, aunque las mayorías legislativas las tendrán Morena y sus satélites del PT y PVEM, tendrán que acostumbrarse a la negociación y al diálogo, palabras desconocidas por el despotismo.
El gobierno de Morena ha manchado y desprestigiado para siempre a los grandes movimientos izquierdistas de oposición al sistema. Esto ya no se lava ni con el agua de todos los océanos. Quedaron expuestos a la opinión pública mundial los impostores, los fatuos, los aprendices de dictadores.
Los que, siendo formados para simples regidores de rancho, llegaron a la capital nacional para descargar sus frustraciones al colectivo. Reventados de otros partidos que tratan de operar desde el poder frágil aquello que nunca pudieron. Frustraciones personales que cuando se activan desde puestos públicos…
… de importancia, se llevan entre las patas a cualquier país, a cualquier región, a cualquier clase, a cualquier sector. Un verdadero peligro humano que ya no debe permanecer por el bien de todos.
Son simples oportunistas venidos a más, que cuando tuvieron la oportunidad de enderezar los entuertos sencillamente no pudieron, porque no tuvieron la visión ni el valor para emprender la lucha por el camino democrático, ni por algún otro. Una bola de fracasados y enfermos mentales, solamente.
¿Para qué quieren permanecer otro sexenio en el poder? ¿Para qué quieren los Comités de Defensa revolucionaria de la Cuarta Transformación, creadas por AMLO y que funcionaron este 2 de junio?
¿Qué van a defender si ya todo lo han perdido y ni cuenta se han dado?
Indicios
Se conoce como Maximato al periodo que va de 1924 a 1934 y que se caracterizó por la dualidad de poderes representada por el Presidente de la República y el jefe máximo de la Revolución. En el caso actual, esa dualidad se representará por la Presidente Claudia Sheinbaum y el jefe máximo de la Cuarta Transformación. Si en el callismo se decía que en la casona de la colonia Anzures vivía el que mandaba a quien era huésped del Castillo de Chapultepec, hoy se podrá decir que el mandón residirá en “La Chingada”. * * * Por hoy es todo. Mi reconocimiento a usted por haber dedicado su valioso tiempo a leer estas líneas. Y como siempre, le deseo ¡buenas gracias y muchos, muchos días!
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