AMLO, el presidente que ha reavivado el nacionalismo mexicano
Defendiendo la soberanía, impulsando el rescate de empresas productivas del Estado mexicano, evocando las tres transformaciones y remembrando a héroes nacionales, es como el presidente Andrés Manuel López Obrador ha buscado revivir el nacionalismo mexicano, un discurso que atrae a masas, mueve sentimientos, y provoca apoyos de multitudes. Los 45 meses del gobierno de López Obrador han tenido diferentes episodios en los que el nacionalismo es evidente: solicitar al rey Felipe VI de España y al Papa Francisco pedir perdón a México por los abusos cometidos durante la Conquista hace 500 años, defender la soberanía frente a países como Estados Unidos, impulsar una independencia energética, evocar símbolos y a héroes nacionales como a Benito Juárez y Francisco I. Madero.
Expertos consultados explican que en el mundo, hay varios gobernantes que evocan al nacionalismo, y López Obrador es uno de ellos, aunque a diferencia de otros, su discurso no es radical. “El presidente tiene un planteamiento de índole nacionalista, el nacionalismo siempre es un discurso que atrae grandes sectores poblacionales, es un discurso que es alentador, mueve los sentimientos de la población, provoca emociones, entonces para los fines políticos de cualquier gobernante el discurso nacionalista siempre es atractivo. El presidente López Obrador es congruente porque muchas de sus políticas que ha emprendido, se vinculan a la narrativa nacionalista”, afirma el politólogo y catedrático de la Universidad Nacional Autónoma de México, Édgar Ortiz Arellano. El nacionalismo mexicano surgió en el siglo XX y está ligado al Partido Revolucionario Institucional. Uno de sus elementos es la justicia social, sobre la que ha fincado el presidente López Obrador su discurso. En su texto “La persistencia de una idea: el nacionalismo revolucionario. Del PRI a López Obrador”, Rogelio Hernández Rodríguez, profesor-investigador del Centro de Estudios Internacionales de El Colegio de México, destaca que el presidente suele remembrar las otras revoluciones que ha vivido el país (Independencia, la Reforma y la Revolución) y evocar a héroes de la historia de México, como lo hicieron los mandatarios del tricolor. “Como lo hiciera el PRI en el pasado, ha desempolvado la explicación de (Vicente) Lombardo de las tres etapas de la lucha del pueblo mexicano y se ha rodeado de los héroes nacionales más destacados : Hidalgo, Juárez, Zapata y Cárdenas. Por precaución comprensible, no ha llamado por su nombre al planteamiento que le da vida a sus propuestas: nacionalismo revolucionario”, sostiene.
La defensa que ha realizado del sector energético de México y el fortalecimiento a Pemex y a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) son otra muestra del nacionalismo por el que ha optado el mandatario mexicano. “Por estrategia política, ha pasado de proclamar el gobierno de los pobres a la equidad social y a la responsabilidad del Estado, ha reclamado la traición al nacionalismo con la reforma energética y ha prometido devolver la industria petrolera, mermada y empobrecida, al Estado”, agrega. Para Carlos Sumano, profesor del Colegio de la Frontera Norte, el discurso nacionalista por el que ha optado el presidente Andrés Manuel López Obrador busca atraer adeptos, pero pocos son los resultados que se obtienen. “Es un presidente que retóricamente juega mucho con eso, evoca mucho a personajes como Lázaro Cárdenas, le gusta utilizar ese tipo de símbolos y retóricamente y discursivamente sabe muy bien explotar ese tipo de símbolos, es un presidente que romantiza una época de la historia de México, que tiene que ver con su formación y crecimiento en la política en ese PRI de los setenta, pero que en la práctica no tiene muchos resultados”, sostiene. Un ejemplo de ello, recuerda, es lo que sucedió con la petición de su gobierno a España para que ofreciera perdón a México por los agravios cometidos durante el proceso de conquista, apenas dos meses de iniciado el sexenio. No se consiguió que España ofreciera disculpas pero sí se tensaron las relaciones bilaterales, a lo que también contribuyeron las constantes críticas que realiza el mandatario mexicano por la forma de hacer negocios de empresas españolas en tierras mexicanas.
Otro de los rubros en los que el gobierno ha optado por un discurso nacionalista es la defensa de la energía. El presidente ha apostado por priorizar el crecimiento de empresas como Pemex y la Comisión Federal de Electricidad frente a las privadas. Por lo que criticó innumerables veces la reforma energética aprobada en el gobierno de Enrique Peña Nieto, donde se puso fin al monopolio estatal en el sector. “Fuera del tema energético, es poco o nada lo que se ha traducido ese discurso en acciones o políticas”, refiere José Andrés Sumano de El Colef.
Discurso nacionalista, olvidado en el siglo XXI Con la llegada de la alternancia a la Presidencia y el fin de los gobiernos del PRI, el discurso nacionalista fue sepultado. Sin embargo, con López Obrador ha resurgido. “Por los años noventa los presidentes dejaron el discurso nacionalista porque se identificaba con un modelo de gobierno antiguo y autoritario. López Obrador ha reactivado este discurso, y es congruente con su formación política”, agrega Édgar Ortiz Arellano. Este 16 de septiembre, el presidente López Obrador encabezaría un acto más en defensa de la soberanía de México, al responderle a Estados Unidos y Canadá sus inconformidades por la política energética implementada en su administración, sin embargo, el mandatario cambió el sentido de su discurso y optó por convocar a una tregua y a la paz mundial.
Con información de Expansión