La Espinita

Andy S. K. Brown

“Andy” & “Bobby”, en fuga

AMLO es un conservador

Una chambita para Zaldívar

Tras los escándalos de corrupción por tráfico de influencias –que seguro derivarán en enriquecimiento inexplicable– en los que se han visto envueltos los hijos mayores de López Obrador, dos de ellos ya emprendieron la fuga, según trasciende en los pasillos del palacete virreinal y en comederos políticos.

Se trata de los apodados “Andy” y “Bobby”.

Del primero se dice que habría sido enviado a una boyante ciudad ubicada en el Medio Oriente, donde los ultramillonarios petroleros árabes han fijado sus residencias.

¿Emiratos Árabes Unidos? ¿Dubai? ¿Abu Dhabi?

¿Acaso Quatar?

Quienes se presumen enterados paradójicamente no se han enterado.

El segundo, el menor de la triada, habría sido regresado a San Francisco, en Estados Unidos, donde dicen que residió durante una larga temporada desde el inicio del sexenio de su padre.

¿Por qué huir si, como reza el refrán, quien nada debe nada teme?

¿Regresarán? ¿O serán regresados cuando las autoridades que procuran justicia los reclamen?

*  *  *

¿Quién quiere conservar el poder presidencial para su Movimiento?

La respuesta es AMLO.

¿Quién quiere conservar los privilegios de los que han gozado sus hijos y algunos de sus familiares?

La respuesta es AMLO.

¿Quién quiere conservar las mayorías numéricas en el Congreso de la Unión?

La respuesta es AMLO.

¿Quién, entonces, es el conservador?

La respuesta es AMLO.

*  *  *

Desde que renunció a ser ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación Arturo Zaldívar acepta cualquier chambita que le ofrezcan.

Y es que luego de haber presidido al máximo tribunal, hoy ni siquiera recibe un salario por ser una especie de perrito faldero de la señora Claudia Sheinbaum.

Hoy Zaldívar está metido en un lío, a partir de que López Obrador lo balconeó como uno más de sus lamesuelas y, por ende, corre el riesgo de quedar inhabilitado para desempeñar cualquier cargo público al haber violentado el Código de Ética de la SCJN que exige que los juzgadores se abstengan “de recomendar, insinuar o sugerir, con un fin ilegítimo, el sentido en que deban emitir los demás juzgadores cualquier determinación judicial”.

Y según AMLO, Zaldívar seguía a pie juntillas sus órdenes e instruía a los jueces para que fallaran de acuerdo con la conveniencia política de Palacio Nacional.

Pero que no se preocupe don Arturo. El museo británico Victoria & Albert está en busca de un swiftie, como se hace llamar Zaldívar, al ser uno de los fans de Taylor Swift.

Conocedor hasta del número de pestañas de la cantante, el exministro está que ni mandado a hacer para ocupar el puesto de asesor sobre la novia de Travis Kelce, el jugador de los Kansas City Chiefs.

El museo busca información sobre la cultura y la artesanía en torno a los carteles hechos a mano, las pulseras de la amistad y los recuerdos de Taylor Swift, en lo que Zaldívar sí es experto y no en eso de que la ley es la ley.

@AndySKBrown1

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