Arde Sinaloa; Tabasco no es un edén; Guanajuato, medalla de oro en homicidios
Francisco Garfias
El asesinato en Culiacán del agente federal Halexy Guadalupe Velderrain parece una respuesta del crimen organizado a las acciones tomadas por el gobierno federal para terminar con la guerra entre Chapitos y Mayos. El conflicto ya ha dejado más de 500 muertos en Sinaloa en 102 días de violencia.
La entrega de El Mayo Zambada a autoridades de Estados Unidos, orquestada supuestamente por Joaquín Guzmán López, hijo de El Chapo, detonó la guerra que no sólo ha tenido costos en vidas humanas.
A los asesinatos hay que agregar desapariciones forzadas, bloqueos de vías y quema de vehículos, cierres de negocios, desempleo. La Coparmex calcula las pérdidas en 18 mil millones de pesos desde que Mayitos y Chapitos se declararon la guerra, el 9 de septiembre pasado.
El gobierno federal ha enviado a esa entidad 11 mil elementos —entre soldados y guardias nacionales— desde que estalló el conflicto. Entre ellos hay 100 elementos de las fuerzas especiales del Ejército mexicano.
El supersecretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, tiene la instrucción de permanecer más tiempo en el explosivo estado. Pero ni así. La violencia no para. Al homicidio del agente de inteligencia hay que sumar los cuatro cuerpos, tres de ellos colgados, que fueron encontrados ayer en el municipio de la Concordia. Y en la comunidad de El Quemadito, de esa convulsionada entidad, fue asesinado también el joven José Cruz Carrillo Jacobo, sobrino de Amado Carrillo, el temido Señor de los Cielos.
Del asesinato de Halexy habló la presidenta Sheinbaum en la mañanera de ayer. Luego de lamentar la baja del agente federal, dijo que Omar García Harfuch se va a quedar un tiempo en Culiacán “fortaleciendo la seguridad”. Agregó: “El domingo vamos a Sinaloa, vamos a Mazatlán. Tendremos una reunión del gabinete de seguridad, primero, y después ya las reuniones que hacemos con todos los gobernadores; revisión de acciones y proyectos prioritarios y estratégicos”.
* Otro foco rojo es Tabasco. Dejó de ser un edén para convertirse en un infierno. Desde hace un año, los habitantes de ese estado sufren el terror provocado por un grupo delictivo conocido como La Barredora.
