El problema es que la tensión será una constante los próximos meses y la irritabilidad de AMLO puede crear dificultades a su único aliado en Washington

Los republicanos en el Congreso estadounidense parecen empeñados en una campaña para elevar la presión política y tratar de crear un diferendo entre Estados Unidos y México, problemático para los presidentes Joe Biden y Andrés Manuel López Obrador.

Tocó el turno al senador Lindsey Graham, de Carolina del Sur, que puso al secretario de Estado, Anthony Blinken, en la situación de responder a preguntas sobre el control del territorio mexicano por grupos delictivos.

“¿Hay lugares en México que el gobierno mexicano no tiene control?”, preguntó. La respuesta de Blinken fue cautelosa: “Creo que ve una inseguridad significativa en partes…”

Graham interrumpió: “mi pregunta es, ¿están sin gobierno?” y Blinken apuntó que “estoy seguro de que hay lugares individuales, comunidades…”

Graham insistió: “¿Hay cárteles de la droga controlando partes de México? ¿No es el gobierno de México?”, a lo que Blinken respondió:  “Creo que es justo decir que sí”.

El senador preguntó entonces sí “¿está de acuerdo con la siguiente afirmación de que el fentanilo proveniente de México está matando a decenas de miles de estadounidenses?”, y el secretario trató de escabullirse: “Y también está matando a mexicanos…”

Pero Graham, abogado de profesión y un veterano político, mantuvo el énfasis en su interés: “¿está de acuerdo en que es hora de cambiar nuestra política porque no funciona o crees que sí?”, a lo que Blinken respondió: “creo que, senador, en primer lugar, usted tiene toda la razón sobre la inseguridad en México. Como dije, el propio pueblo mexicano es la víctima número uno de esa inseguridad” aunque se vio obligado a negar que haya más mexicanos que estadounidenses muertos por fentanilo.

Igualmente, consideró necesario que las acciones del gobierno estadounidense sean más eficientes, sobre todo, en la intercepción de drogas que entran por puertos legales.

Pero Graham interrumpió: “¿Qué tal esta idea? En lugar de simplemente interceptar en la frontera, vamos a la fuente y declaramos a los cárteles de la droga mexicanos como organizaciones terroristas extranjeras bajo la ley estadounidense. ¿Consideraría Usted eso?”

Y la respuesta: “Sí, ciertamente consideraríamos eso”, a lo que Graham retrucó con un comentario. “Eso nos ayudaría con China porque si brinda apoyo material a una organización terrorista extranjera, podría ser procesado en los tribunales de EU”.

Sin embargo, la designación no se detendría ahí. De hecho, daría cobertura legal para el posible uso de fuerzas militares estadounidenses en México contra las organizaciones así designadas.

Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores, señaló que la actuación de Blinken fue bajo presión.

Para el gobierno mexicano, el problema es que esa presión va a ser una constante los próximos meses, y la irritabilidad del presidente López Obrador puede ser su aliada en crear dificultades a su único aliado en Washington.

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS

JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM

 

 

Con información de El Heraldo de México

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