Aún creemos que los jóvenes salvarán al país

Eduardo Sadot

Para los viejos de México – no todos aún – el desencanto de su capacidad para poder corregir el rumbo del país, hoy les resulta muy difícil pensar, que lo pudieran hacer solos. Cuando se ve la perversión de prostituir la mente de los viejitos por unos centavos, eso indica que de verdad hay pobreza extrema en México y la mayor pobreza no es la económica, la peor es la humana, la ideológica y la intelectual.

Me dan lástima, aquellos que sabiéndose beneficiarios de una pensión, creen que el dinero es consecuencia de la voluntad de un solo hombre, ignoran que el dinero sale de los impuestos que han pagado y que pagan todos los mexicanos productivos.

Para el próximo proceso electoral se incorporan diez millones de jóvenes electores, que votarían por primera vez, muchos de ellos con la ingenuidad de la edad, algunos se sentirán identificados con las causas ambientalistas o ecologistas y pensarán que cumplen con su obligación si votan por un Partido(verde) del que no saben nada, ni que no es parte de la comunidad ecologista del mundo, antes al contrario. Tampoco alcanzan a entender, ni investigar que al votar por el verde, están votando por la violencia y la corrupción de MORENA.

Algunos llegarán a creer que están votando por un cambio, cuando en la ciudad de México antes de que a esos jóvenes los concibieran sus padres, MORENA ya gobernaba, cuál transformación.

Esa generación de jóvenes con serios problemas de depresión y ansiedad de la que desgraciadamente muchos no llegarán a soportar las presiones de la vida moderna y optarán por la puerta falsa, el suicidio, por falta de oportunidades. Porque no ven la salida para llegar a ser adultos triunfadores.

No hace mucho las generaciones anteriores, creían que con ingresar estudios universitarios y terminar una profesión cuando en otro tiempo con eso tenían asegurado su futuro. Jóvenes que hoy saben, que mientras mejor se preparen más competitivos serán, en un mundo donde hablar inglés, ser experto en computadoras, y además tener un título de una carrera universitaria ayuda, pero aún con todo eso, no será suficiente para alcanzar estabilidad.

Jóvenes de entre 15 y 29 años, expuestos a que el crimen organizado los secuestre, no para pedir rescate, no, claro que no, es para instalarlos en casas o campamentos de adiestramiento para enseñarlos a asesinar y en el adiestramiento a asesinar a sus compañeros, para endurecerles el carácter, hasta comer pedazos de cadáver para seleccionar a los más sanguinarios y, cuando no superan las pruebas son asesinados, total, ya secuestrarán a otros y así hasta el infinito.

Otro ejemplo cercano es la facultad de derecho, donde ya la mayoría de estudiantes son mujeres, eso es motivo de alegría para la sociedad, pero no vemos el fondo del problema, la mujer aún sabe que puede depender de la economía familiar, no así los hombres, ello dificulta sostenerse en una carrera, ellos explica el menor número de estudiantes hombres, a pesar de la igualdad de género, los varones saben que tener una novia, aún significa invitaciones al cine, al café o la disco y ello es dinero, mientras para ellas, en algunos casos aún no significa una erogación económica.

Otros se van a traer dinero extranjero, abandonando a sus seres queridos.

Esos diez millones pueden, si los convencen, si se involucran en los temas nacionales, salvar a la Patria, menuda responsabilidad les endosamos, pero hoy más que nunca su voto, significa una esperanza real para México.

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