Buenrostro: cambios, TMEC y lo que dijo a empresarios Raquel Buenrostro es la funcionaria modelo de Andrés Manuel López Obrador: presumiblemente incorruptible, leal, implacable y de bajo perfil. Con fama de ser dura y ruda –por lo que muchos le temen–, la flamante secretaria de Economía ha sido una de las mujeres de confianza de AMLO desde su paso por la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México.

Paradójicamente, su llegada al gabinete presidencial fue de la mano de su ex profesor Carlos Urzúa, el primer secretario de Hacienda de López Obrador que duró solo ocho meses en el cargo y luego se convirtió en uno de sus principales críticos. Su primer encargo fue en la titularidad de la Oficialía Mayor, donde se le encargó poner a raya a los proveedores del gobierno. Algunas cosas le salieron mal, como la modificación del sistema de compras del sector salud, lo que generó un desabasto de medicamentos que no se ha podido resolver.

Luego llegó al Servicio de Administración Tributaria (SAT) con el objetivo de poner a raya a los empresarios y grandes contribuyentes. En ese encargo tuvo más éxito, pues logró aumentar la recaudación a niveles históricos y cobró, a punta de denuncias penales, créditos fiscales multimillonarios. Sin embargo, falló en ampliar la base gravable y en desterrar la burocracia que tiene sumido al SAT (es una hazaña conseguir una cita).

Su tercer encargo en el gobierno es al frente de la Secretaría de Economía, a donde la envió el presidente tras la renuncia de Tatiana Clouthier, quien pese a que dijo que se va a “la porra” dejó de manifiesto la inflexibilidad de la secretaria de Energía, Rocío Nahle, para negociar con en EU y Canadá en las consultas del TMEC y aseguró que a AMLO lo rodea una “jauría”. ¿Es un premio o un castigo para Buenrostro su llegada a la SE? Depende de cómo se quiera ver: premio, porque le dan el rango de secretaria de Estado, pero en sentido contrario la titularidad del SAT ostenta mayor poder y en la práctica era una suerte de “Secretaría de Impuestos” que solo reportaba al presidente.

Lo cierto es que Buenrostro fue colocada en una Secretaría estratégica a la que López Obrador no le había prestado mucha atención. Economía ve todo lo relacionado al comercio exterior, interior, la política industrial, los precios, las normatividades y la regulación a la industria minera. La renuncia de Clouthier se dio en medio de las consultas con nuestros dos principales socios comerciales (EU y Canadá), las cuales pueden derivar en represalias comerciales para México si no hay un acuerdo y las diferencias se dirimen en los paneles de controversias.

Se dice que entre otras condiciones que puso Buenrostro para soltar el SAT fue que la dejaran llevarse a todo su equipo de trabajo, con lo riesgoso que significa “cortarle la cabeza” a 12 directores de área y a los dos subsecretarios más importantes de la Secretaría: el de Industria y Comercio, Héctor Guerrero, y la de Comercio Exterior, Luz María de la Mora. Esta última renuncia solicitada es la que más alertas encendió porque estaba sentada en las negociaciones con EU y Canadá. Apenas el miércoles Buenrostro le dijo a de la Mora que seguiría en el puesto. Algo se rompió en las últimas horas.

El miércoles, Raquel Buenrostro se reunió con las cúpulas de la iniciativa privada. Todos los representantes aglutinados en el Consejo Coordinador Empresarial asistieron a la breve junta para hablar de la agenda en materia industrial y comercial. Los comentarios de tres de los asistentes fueron que “salió muy bien”, que “mostró apertura”, que aseguró tener “todo bajo control” y “una buena perspectiva” en las negociaciones del TMEC.

Les dijo que en el SAT trabajaba hacia adentro y ahora le tocará trabajar “hacia afuera”. Ofreció escucharlos y responder sus solicitudes. Se pondrá atención especial a las cadenas de valor y cada organismo tuvo oportunidad de exponer los temas que considera importantes.

Posdata

Tatiana Clouthier evalúa unirse al equipo de campaña de Claudia Sheinbaum con miras al 2024.

Barra Mexicana, 100 años

Hoy concluye el congreso nacional de tres días y el congreso por la celebración de los 100 años de la Barra Mexicana, Colegio de Abogados, en el que participaron l@s ministr@s de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Margarita Luna Ramos, Norma Piña, Alberto Pérez Dayán y Javier Laynez.

También estuvo el ministro en retiro José Ramón Cossío, quien moderó el panel Judicatura y Tecnología.

El jurista Javier Quijano Baz, quien defendió a Andrés Manuel López Obrador contra el desafuero en el sexenio de Vicente Fox, fue reconocido con el Premio Nacional de Jurisprudencia de la Barra Mexicana.

Gran convocatoria tuvieron la presidenta de la Barra, Claudia de Buen Unna, y  suvicepresidente Víctor Olea, quien por cierto será el nuevo presidente de la Mesa Directiva a partir de febrero del 2023.

Con información de El Universal

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