FAX DEL FAX

Por J. Humberto Cossío R.

No hablo de músicos, me refiero a lo que cuestan.
Te muestran una hielera con producto de buen tamaño en la parte de arriba y al ordenar meten un cucharón para revolverlos.
Abajo y al medio están los de menor tamaño.
Para vender su producto te ofrecen callo riñón para que el cliente considere que compra algo fuera de lo común.
Tomé uno de sus callo y le dije, tienes razón en llamarlos riñón pero este parece sacado de un gato y soltó la carcajada.
Cada día son menos los que pueden comer callo de hacha.
Cien veces más caro que un dólar el kilo.
Una semana de un trabajador de cualquier empresa que pague
salario mínimo.
Para buches de prosapia o políticos con entradas al bolsillo de miles de veces más que lo que tienen marcado como sueldo.
Garantía de calidad con Lupe Davison en Los Mochis.
Los muy grandes tienen un precio y hay piojo que son especiales para los clientes idem.
Los súper callos los he comido con Lupe y algunos que son extraordinariamente grandes llegaban de Punta Chueca, Son.
Hay callo bonito que viene de la península de Baja California y conocí uno muy grande y bonito de la laguna Ojo de liebre.
La diferencia con los nuestros y los de sonora,al saborearlos se queda uno con cierto escozor en la lengua y son de apariencia lechosa.
El callo de hacha del Jitzamuri muy apreciado es de color negruzco y solo para los conocedores.
Es muy fugaz su producción y muy pocos los que tienen la suerte de
Saborearlos.
Bacorehuis y Agiabampo son excelentes y los de Yabaros suelen ser de dimensiones muy grandes y excelente textura.
La trampa de los vendedores de callos culichi es presentar el mejor producto por encima y batirlos con los de baja calidad.
El cliente que no es sagaz, se dá cuenta hasta llegar a casa del fraude que han cometido en su contra.
Con hambre todo es bueno.
Preferible decirse pendejo frente a un espejo que soportar las burlas del vendedor de ilusiones.
Intocables los cabrones callos y hay quién los compran.
Cada vez son menos los que pueden con el tercio.
Prefiero llegar a Los Mochis y ponerme pando del callo seleccionado de mi amigo y hermano Guadalupe Davison.
No hay quién lo supere en lo que tiene a la venta.
La Sopa de aleta de atún es grandiosa.
Nadie le llega a los talones con su preparado.
De muchas partes de México le solicitan la sopa.
Junto a sus camarones, machaca de jaiba y callos de hacha.
Me estoy saboreando y el viernes andaré por mi adorada ciudad.
Antes con uno de los ingenios de azúcar con mayor producción en
nuestro País.
Hasta mañana.

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