Héctor Calderón Hallal

En la siempre impertinente e incómoda actitud de aclarar asuntos de “pesos y centavos”, debe abrir su colaboración esta mañana el suscrito, dirigiéndose al Primer Magistrado de la Nación, para decirle, con toda la pena y la crudeza de la expresión: …”Me temo que no le alcanza ni para eso Señor Presidente”.
Durante su ejercicio unilateral de fijar agenda mediática a la población, denominado “La mañañera”, verificado ayer miércoles, hizo Usted un temerario anuncio, que quizá Usted no alcanzó a consultar plenamente con algún Contador Público o algún abogado laboralista, del staff de la Oficina de Presidencia.
Aseguró Usted “que se jubilaría con la pensión del ISSSTE”, en un afán quizá de mostrarnos “su infinita sencillez y apego a las cosas populares”; gran favor que Usted nos hace a los mortales comunes, con ese desplante , ha de pensar Usted.
Pero pues, es del dominio público señor Presidente, su desprecio por la formalidad desde tiempos de su “lozana juventud”, hasta para el tema laboral.
Como buen seguidor (deformado) del anarquismo, dejó Usted la carrera a inicios de la década de los setenta y se devolvió a Villahermosa, para irse a trabajar en un programa de “reforestación de áreas verdes y boulevares de Villahermosa”(1976-77), durante el Gobierno Estatal de Leandro Rovirosa y el alcalde Manuel Gurría Ordoñez, aunque se ignora si por ese empleo de andar sembrando rábanos y zanahorias en los camellones de las principales vialidades de Villahermosa, en el que duró cuando mucho dos años, estuvo Usted cotizando para el ISSSTE.
El otro (y de los muy pocos) cargo desempeñado por Usted, en la administración pública y bajo el régimen de pensiones del ISSSTE, fue el de Director del Instituto Nacional Indigenista de Tabasco (INIT), en el que duró dos años, hasta que asumió en 1979 la dirigencia estatal del PRI en Tabasco.
De eso, señor Presidente, han pasado 43 largos años y la legislación en materia de pensiones, para el caso del ISSSTE, concretamente, reconoce que si se deja de cotizar más de 3 años y menos de 6, los derechos por cotizaciones pagadas al ISSSTE para una pensión se actualizan, siempre y cuando se tengan 25 semanas laboradas de nuevo bajo el régimen de dicho instituto o lo equivalente a 6 meses.
De tal forma que cuando mucho, Usted cotizó de 1976 a 1979 bajo el régimen de cotizaciones para pensión en el ISSSTE, en aquella época.
Porque fue hasta el lapso comprendido entre 1984 y 1986, en que regresó Usted a la Ciudad de México como director de Promoción Social de la Profeco, donde tuvo asignados los servicios de médico particular, al igual que el resto de su pequeña familia entonces… y no cotizó para el ISSSTE, por ser alto funcionario de la administración.
Se llega el año de 1996; del 2 de agosto de 1996 al 10 de abril de 1999, ocupó el cargo de presidente del Partido de la Revolución Democrática (PRD), cargo por el cual no cotizó tampoco, pues el personal político de los partidos no cotiza para ley de pensiones alguna, ni tiene prestaciones sociales de ninguna índole.
De diciembre de 2000 a julio de 2005, fue Jefe de Gobierno del Distrito Federal, lo que constituyen semanas cotizadas por alrededor de 4 años y medio.
Más lo que lleva cotizando de noviembre de 2018 a la fecha, lo que le dan un total equivalente a los 12 años y medio.
No tiene Usted más antecedentes laborales en la formalidad que estos que hemos reseñado líneas atrás.
Según el artículo 61 de la Ley del ISSSTE, tendría derecho Usted a retirarse (por edad y tiempo de servicios), si tuviése 15 años de cotización como mínimo y 55 años de edad cumplidos; los cuales sí supera notablemente. Los 15 años de servicio no los reúne… en toda su historia laboral, señor Presidente.
En todo caso, por 15 años (que no los tiene cotizados), tendría Usted derecho al 50% del total de sus percepciones legales actuales.
Aunque partiendo de una disposición constitucional, producto de una reciente reforma, durante su mandato por cierto, desde el miércoles 15 de agosto de 2018,
“La persona que haya desempeñado el cargo de presidente de la República, bajo cualquiera de las modalidades que menciona el artículo 89 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, no gozará de pensión por retiro ni de seguros, prerrogativas o apoyos que representen erogación de recursos públicos”.
Este es extracto de un Decreto por el que se reformó el artículo 1, de la Ley del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, que quedó como sigue:
Artículo
I. La Presidencia de la República, incluido el Presidente de la República, las Dependencias y Entidades de la Administración Pública Federal, incluyendo al propio Instituto, no gozará de pensión por retiro ni de seguros, prerrogativas o apoyos que representen erogación de recursos públicos”.
Así las cosas, resulta realmente penoso que ni aún terminando su período de Presidente de la República,podrá -legal y legítimamente- aspirar a reunir a esos 15 años de servicios a la administración pública cotizados, para aspirar por lo menos al 50% de su pensión de jubilación… a menos que reciba la ayuda tramposa de sus colaboradoresd, quienes se anticipen desde ahorita y le estén armando un plan bajo el novedoso esquema de “Pensión de Cuenta Individual”, a través de la cual Usted mismo estaría pagando cuotas elevadas para alcanzar una pensión más o menos digna el día de su retiro.
Y es que el monto de la famosa “pensión garantizada”, no le sirve ni a un chamaco para sus camiones:
Desde febrero pasado, la pensión mínima garantizada por el ISSSTE es de $5,677.50 pesos mensuales. Lo cual no creo que le alcance para sostener a un puberto estudiando en Inglaterra y mucho menos para pagar el predial rústico de su inmueble en la colonia Toriello Guerra, de Tlalpan… ni el de su finca en Palenque, Chiapas; mucho menos para vivir con decoro en sus años vejez y achaques de salud.
No señor Presidente. No juegue por favor con la inteligencia de los mexicanos.
Estudios del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), señalan que hoy día “más de 70 % de los mexicanos cercanos a la edad de jubilación no tendrán una pensión suficiente” y sólo uno de cada cuatro mexicanos tiene posibilidad de ahorrar para tener un retiro digno:
“56 % de los mexicanos ahorra poco o nada para su retiro, mientras que 18 por ciento lo hace de manera esporádica y 24 por ciento lo hace de manera formal o constante”.
En la encuesta que realizó la Asociación Mexicana de Afores desde mediados del año 2013, denominada “Ahorro y Futuro: ¿Cómo viven el retiro los mexicanos?” arrojó que “sólo 39% de los mayores de 65 años recibe alguna pensión, mientras que 41% debe seguir trabajando […] incluso el 20% de la población mayor de 80 años también debe seguir trabajando” .
“El panorama no luce alentador: de las poco más de 50 millones de cuentas de ahorro para el retiro administradas por las Afore, sólo alrededor de 20 millones están activas. Cuando no existe una pensión justa no hay manera de dejar de trabajar. Se trata de un ciclo que perpetúa la pobreza y la desigualdad”.
Y Usted todavía pretende echar mano del sistema de pensiones para cumplir sus caprichos faraónicos y de ambición de perpetuarse en el poder, comprando la voluntad popular con dádivas… porque el dinero ya se le acabó a su Gobierno.
Quizá si Usted hubiese recorrido los 30 años de trabajo requeridos por la ley para jubilarse legítimamente, como el resto de los mexicanos… quizá entonces podría atreverse a “jugar” con esos recursos que son sagrados; muy seguramente se detendría y no lo haría.
Por lo pronto y con la pena señor López Obrador… a Usted no le alcanza ni para su pensión parcial del ISSSTE por el 50%, por sus escasos antedentes laborales… ni para eso le alcanza.
Autor: Héctor Calderón Hallal
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