Manuel Aceves
A pesar de la relevancia de las detenciones, la ciudad no ha experimentado cambios notables en su seguridad o rutina diaria.

Tras la detención de Ismael El Mayo Zambada y Joaquín Guzmán López por parte de las autoridades de Estados Unidos, la ciudad de Culiacán se mantiene en calma, sin mayores contratiempos que alteren la vida diaria de sus habitantes.

La noticia de las capturas rápidamente se difundió en las redes sociales, sorprendiendo a la sociedad al tratarse de dos figuras clave del cártel de Sinaloa, una de las organizaciones criminales más poderosas del mundo. A diferencia de sus medios hermanos, conocidos como Los Chapitos, Joaquín Guzmán López siempre mantuvo un perfil bajo, alejado de los reflectores mediáticos.
A pesar de la magnitud de estas detenciones, las calles de Culiacán muestran una situación de normalidad. Las personas continúan con sus actividades cotidianas y la ciudad fluye en tranquilidad, desmintiendo las teorías conspirativas que circulan en las redes sociales sobre posibles repercusiones inmediatas.
Hasta el momento, las autoridades no han emitido una convocatoria oficial relacionada con el tema de seguridad, manteniendo un silencio que refuerza la percepción de calma en la ciudad.
Este panorama de serenidad en Culiacán contrasta con las expectativas de alteración y violencia, subrayando la resiliencia de la comunidad ante eventos que, en otros contextos, podrían haber generado un caos considerable.

Con información de Milenio

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