Javier castro

Culiacán, Sinaloa – La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, fue recibida este viernes en Culiacán en medio de un clima marcado por la inseguridad y la creciente preocupación ciudadana. Durante su visita oficial para inaugurar el área de quemados y nuevas salas de quirófano en el Hospital Pediátrico de Sinaloa, decenas de sinaloenses le hicieron llegar peticiones en materia de seguridad, infraestructura, salud y educación.

El tema dominante entre los asistentes fue la violencia. A diez meses del recrudecimiento de la llamada “narco-guerra” en el estado, habitantes, activistas y representantes sociales aprovecharon la presencia de la mandataria para exigir respuestas y acciones más contundentes contra el crimen organizado, cuyas actividades continúan afectando la vida cotidiana en múltiples regiones de Sinaloa, particularmente en Culiacán.

El contexto no es menor: la visita de Sheinbaum ocurre apenas días después de que Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, se declarara culpable en Estados Unidos de diversos delitos relacionados con el narcotráfico. Este hecho reavivó el debate público sobre la influencia del narcotráfico en la región y la efectividad de las estrategias de seguridad actuales.

Sin embargo, el llamado ciudadano fue claro: se necesita mayor presencia del Estado, atención a las víctimas, y resultados visibles que devuelvan la paz a las calles y comunidades de Sinaloa.

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