Desaparecer en el ‘Paraíso’ de Mazatlán
Si un joven puede ser “tragado por la tierra” dentro de un bar de alta afluencia, ¿dónde queda la responsabilidad de los dueños y la protección de las autoridades? | Fred Álvarez
“Mazatlán… donde el Pacífico es algo sin igual… aquí hasta un pobre se siente millonario, aquí la vida se pasa sin llorar”: José Alfredo Jiménez
La desaparición de jóvenes es una de las tragedias más graves y crecientes en México. Con más de 133 mil personas desaparecidas acumuladas en el país, la estadística es alarmante y consolida a la juventud como la principal víctima de un delito calificado por muchos como de lesa humanidad.
La desaparición de Carlos Emilio Galván Valenzuela, un joven duranguense, en el emblemático bar Terraza Valentino de Mazatlán, es mucho más que una tragedia personal; es un crudo reflejo de la vulnerabilidad y la impunidad que permea esta zona turística.
Resulta incomprensible y totalmente reprobable que una persona pueda desaparecer literalmente al ir al baño de un establecimiento de renombre, ubicado en la “Zona Dorada“. Este hecho destroza la falsa sensación de seguridad que se promueve en el puerto y plantea una pregunta escalofriante: Si un joven puede ser “tragado por la tierra” dentro de un bar de alta afluencia, ¿dónde queda la responsabilidad de los dueños y la protección de las autoridades?