Desde Segob, “amor con amor se paga”…
No lo querían creer en el Gobierno de Sinaloa, encabezado por el excomunista, expemetista, expemesista, experredista, expriísta y ahora súbitamente morenista Rubén Rocha Moya: Que les iba a salir “respondón” el engendro… y así está resultando.
El dirigente del llamado Partido Sinaloense (PAS), Héctor Melesio Cuén Ojeda, exalcalde de Culiacán, exrector de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) al igual que Rocha Moya, ha crecido y sus movimientos en el tablero de ese ajedrez político nacional -no sólo local- ha indigestado al gobernador Rocha Moya y sus reacciones, sus secuelas, ha dejado desconcertados a propios y extraños.
En las últimas horas, Rocha Moya ha llamado al PAS “un partido abusivo, integrado por sanguijuelas, chupasangre” porque hasta hoy se está dando cuenta, luego de casi década y media de formado, que surgieron y crecieron gracias al presupuesto de la Universidad Autónoma de Sinaloa y que “están montados -como fuerza electoral- sobre la fuerza y la movilidad misma de la máxima casa de estudios de aquella entidad del noroeste del país”.
Ahora se quejan Rocha, aliados y colaboradores desde el Gobierno del Estado, de que “no se mueve la hoja de un árbol al interior de la vida universitaria, sin la autorización de Héctor Melesio Cuén o sus operadores”… ¡Vaya “descubrimiento de Rocha”!
Ahora defienden como “padreardientes” desde el Gobierno del Estado, la situación de todo universitario decente que nunca tuvo una oportunidad de hacer “vida académica” frente a grupo o en cubículo universitario, por negarse a “repartir volantes en cruceros o a promover el voto en campañas a candidatos del PAS… y se lamentan de la fuga de cuadros valiosos universitarios de Sinaloa a otros estados o países”, gracias a esta forma de corrupción criminal que aniquila la esperanza de muchos miles de jóvenes sinaloenses que pudieron haber intentado la excelencia en su propia tierra… desde el aula o el laboratorio o hasta desde el gimnasio y la pista universitaria… sin fusiles de asalto ni tragedias de por medio.
Pero que no accedieron o no fueron tocados por la corrupción pasista: apertura y oportunidad a cambio de apoyo incondicional; vamos, se llegó a especular con insistencia que el condicionamiento más simple llegó a ser: “calificación aprobatoria a cambio de proselitismo”.
Aunque resulta extraño este cambio de actitud de la que hoy es la “nomenklatura”, la nueva “mafia política” de Sinaloa.
Verbigracia:
Rubén Rocha Moya, como asesor y luego poderoso Coordinador General de Asesores de los gobiernos priístas de Juan Millán Lizárraga y Jesús Aguilar Padilla, tuvo algo qué ver en aquel proceso de incubación, atocinamiento, sobrealimentación y ensoberbecimiento del nuevo y “misterioso” Partido Sinaloense, que contaba con recursos para la movilidad y la vistosa operación de sus militantes, que se especulaba ya desde entonces, que se hacía con puros estudiantes y maestros… pero con el auspicio y la venia del gobierno local en turno.
Algo cocinaban -o cocinaron- en todos esos años Juan Millán y Jesús Aguilar Padilla, los dos gobernadores adalides del regionalismo electoral más ramplón del que se tenga memoria, que pregonaron siempre su oposición a la designación de candidatos “metropolizados” en el PRI, como si el hecho de que un joven saliera de su tierra por necesidad a prepararse a otros lugares del país o del planeta, le borrara de facto la identidad o la pertenencia a la tierra donde nació o donde radican o yacen sus familiares y su entorno afectivo.
Inspirados en el más cursi de los “chauvinismos”
Con esa “banderita”, que incluía un heraldo o escudo -metafóricamente sea dicho- con un tractor y una mazorca (y un jugoso apoyo del Procampo oculto) crearon Millán y Aguilar en su tiempo, condiciones discursivas para conseguir sus candidaturas dentro del PRI, escudados más que nada en un complejo de inferioridad: seguramente fue muy mala la influencia de un gobernador como Francisco Labastida, que había salido treinta años antes a estudiar a donde sí había oferta educativa; o fue muy nociva la gestión de Renato Vega Alvarado, que se forjó en el “echeverriato” y toda su vida burocrática y política la hizo fuera de Sinaloa… O de plano muy “alarmantes” las amenazas de las candidaturas de un Enrique Jackson, un Salvador Robles Quintero o un Heriberto Galindo, que hicieron su carrera en el extinto Distrito Federal.
Todavía es hora que Aguilar Padilla, convertido en un respetable septuagenario, anda metiendo “su cuchara” en el PRI estatal e “indignándose y operando con marrullería” para que no les impongan desde el CEN del PRI un dirigente estatal (y consecuentemente un candidato en 2027)… seguramente “por eso perdieron la vez pasada”.
Algo cocinaron Millán (a través del desaparecido como brillante doctor Gonzalo Armienta, secretario de Gobierno de Millán) y Aguilar Padilla, que crearon ese “monstruo” del cual ahora no hallan cómo deshacerse, a través de su “proyecto político consolidado” llamado Rubén Rocha Moya.
El PAS era el experimento de partido político local en el que hubiera sido posible el éxodo de la mafia política localista desde finales de la primera década del siglo, cuando ya el PRI no estaba en Los Pinos y la fuerza regional de los gobiernos priístas que quedaban, empezaba a minar. Los cacicazgos locales del PRI ocupaban de “otras bolas” estables y esatratégicamente colocadas “a modo” para seguir haciendo carambolas.
La gente lo decía en la calle con convicción… y no se equivocó. Un proyecto tipo partido político, que de repente aparece con un impresionante número de “militantes” y simpatizantes… todos jóvenes y dentro de un mismo rango de edades… haciendo un notorio derroche de recursos propagandísticos que implican inversión, gasto… con un súbito despliegue de publicidad y con enorme presencia en medios informativos locales… no podía ser otra cosa que un proyecto impulsado desde el mismo gobierno.
Y el muérdago creció tanto al interior de la higuera, que terminó por absorber su savia… y segar su vida.
Así sucede con algunas especies “inquilinas”, por cuanto viven íntimamente vinculadas a otras criaturas o seres de especie diferente; viviendo en las entrañas mismas del individuo hospitalario.
Héctor Melesio Cuén Ojeda y su partido el PAS crecieron a tal grado, que hoy es el partido con mayor estructura del estado de Sinaloa y a nivel nacional, de los llamados partidos locales o estatales.
Se ha ganado su lugar, con orden, con disciplina administrativa, mística de servicio a la población y con actitud, ante todo.
No solo ha tenido siempre el viento a su favor.
Tanto Cuén Ojeda como su esposa, Angélica Díaz, han consolidado un trabajo permanente de atención y servicio, equiparable a un apostolado comunitario. Todos los días del año; no solo en tiempos de campañas electorales.
Hoy Rocha Moya amenaza con recetarles a los universitarios, en base a la reciente visita a Sinaloa de Emilio Barriga, coordinador de auditores de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), una auditoría a las finanzas universitarias, pues abiertamente el propio mandatario está denunciando de forma deliberada que el PAS se sostiene del presupuesto universitario; que tiene materialmente invadida y copada a la Universidad de Sinaloa.
Precisamente ahora que durante la más reciente jornada de Morena para elegir congresistas al III Congreso Nacional Ordinario, el PAS logró ganar una numerosa cuota de congresistas con real compromiso con el PAS, más que con Morena -a juicio del Gobernador Rocha y sus colaboradores- razón por la que asombrosamente procedieron numerosas acciones de queja ante la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Morena (CNHyJ), razón por la que cerca de 14 congresistas que habían sido declarados ganadores en la consulta del domingo último de julio, fueron despojados por mandato de la CNHyJ de Morena de sus triunfos y de su condición de congresistas en el referido congreso partidista.
Se preocupan ahora, Rocha Moya y los “morenistas” de Sinaloa, de que Héctor Cuén y los seguidores del PAS, tienen un “padrino” con más fuerza al interior del gabinete de López Obrador: Mientras Rocha Moya juega “su carta” con Ricardo Monreal Ávila, según los trascendidos de fuentes cercanas, Héctor Cuén Ojeda y el PAS, trabajan desde ya apoyando las aspiraciones del mismísimo Adán Augusto López Hernández, secretario de Gobernación, quien ya los valora como la real fuerza política que son.
Se ha reunido con ellos y el más notable acto de apoyo que ha tenido uno de los más preclaros precandidatos a la nominación morenista en busca de la Presidencia de la República en 2024, ha sido el hecho de que ante la crisis Gobierno del Estado-Universidad de Sinaloa, que amenaza con desbordarse, ayer jueves visitaron en Culiacán al gobernador Rocha Moya, la actual secretaria de Educación Pública, Delfina Gómez y su inminente sucesora, Leticia Ramírez.
Evidentemente no se difundió el contenido de la charla-acuerdo, pero indiscutiblemente que se trató de la estrategia solicitada por el Gobierno Federal (Segob) para evitar daños producto del conflicto político.
Se especuló insistentemente que Delfina trajo a Rocha un mensaje de Adán Augusto para que edifique una “coexistencia pacífica” con el PAS y con Héctor Melesio Cuén, lo que en buen cristiano significa: que le baje de huevos a su pastel.
Era de esperarse, sin duda alguna.
Desde la Segob se practica también el “amor con amor se paga”.
Autor: Héctor Calderón Hallal
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