Dos marchas, dos motivaciones, dos reacciones: de 1962 a 2022
Manifestante: ¿Y usted arquitecto, qué anda haciendo aquí?
Arquitecto Benavides: Viendo y tomando video de la marcha, para que luego no nos cuenten mentiras…
La primera marcha que cubrí como reportero fue la del 2 de febrero de 1962 –contra la introducción de los libros de texto–, y la más reciente, el pasado 13 de noviembre, contra las pretendidas reformas a la Ley Electoral y al Instituto Nacional Electoral.
Durante esta marcha recorrí el mismo tramo de la calle Ignacio Zaragoza entre Padre Mier y 5 de Mayo, en el centro de Monterrey, que había recorrido 60 años atrás. En la marcha del año 1962 grabé solo voz y en la más reciente del 2022 voces e imágenes.
En las dos marchas hubo una enorme participación ciudadana y quizá sean hasta ahora, las de mayor respuesta en contra del gobierno federal, no solo en Nuevo León sino en toda la República.
A diferencia de la marcha del año 62 , en la que el presidente Adolfo López Mateos escuchó y dio seriedad a las demandas, en la celebrada el 13 de noviembre de 2022, el presidenteAndrés Manuel López Obradorcriticó a los que considera enemigos de su gobierno.
“Miles de regios dan respaldo al INE y claman por apoyo a legisladores”.
Así se leía el 14 de noviembre, la crónica de mis compañeros Eduardo Mendieta y Kevin Recio en MILENIO, quienes daban los pormenores de las agrupaciones civiles, políticas y ciudadanas de a pie que salieron el domingo a las calles del centro de Monterrey para mostrar el rechazo a la reforma electoral propuesta desde el gobierno federal.
La marcha se replicó en 64 ciudades del país. Solo en la Ciudad de México asistieron 640 mil personas, según cálculo de Guillermo Valdez, ex director del Centro de Investigación y Seguridad Nacional de Inteligencia (Cisen), organismo ya desaparecido. En Monterrey participaron 25 mil según las autoridades de Protección Civil de Nuevo León.
Otras cifras de asistentes a la manifestación de la Ciudad de México, las dieron Martí Batres, secretario de gobierno de la capital, y el presidente Andrés Manuel López Obrador; Martí Batres mencionó de 10 a 12 mil personas y el Presidente hizo referencia a la mitad de los que caben en el Zócalo de la capital.
El único orador en la movilización capitalina fue José Woldenberg, ex consejero del IFE, antiguo nombre del órgano electoral, quien hizo este exhorto:
“El problema mayúsculo, el que nos ha traído aquí, el que nos obliga a salir a las calles, el que se encuentra en el centro de la atención pública, es que buena parte de lo edificado se quiere destruir desde el gobierno. Es necesario insistir en eso, porque significa no solo una agresión a las instituciones, sino la posibilidad de procesar nuestra vida política en un formato democrático (sic)”.
“El problema mayúsculo, el que nos ha traído aquí, el que nos obliga a salir a las calles, el que se encuentra en el centro de la atención pública, es que buena parte de lo edificado se quiere destruir desde el gobierno. Es necesario insistir en eso, porque significa no solo una agresión a las instituciones, sino la posibilidad de procesar nuestra vida política en un formato democrático (sic)”.
El enojo de los manifestantes contra la implementación de los libros de texto en 1962, no la entendí a mis 21 años de edad; la del 13 de noviembre de 2022 trato aún de entenderla a mis casi 82 años. Me resisto a aceptar el egoísmo de las cúpulas del poder económico y la cerrazón de las cúpulas del poder político. Sugiero revisar la historia de México antes del 2024 y la celebración de otras marchas de descontento.
Con información de Milenio