Esa matanza de 43 jóvenes estudiantes fue debida a que su líder, al servicio de un cártel, los utilizó para robar droga de otro cártel.

Hay una grabación de una llamada telefónica que la CIA le entregó al gobierno mexicano, donde el jefe del cartel de Iguala, que se encontraba en EUA, les da la orden a sus miembros en Iguala de matar a los estudiantes, por considerarlos que estaban al servicio de otro cártel. La policía de Iguala entregó a los 43 al cártel que dominaba esa plaza, quienes los ejecutaron y pretendieron quemar sus cuerpos en un sitio cercano a un río, pero para convertirlos en cenizas se requieren horas, por lo que decidieron tirar sus restos a dicho río.

El gobierno le pide al ejército y la marina que inspeccionen el lugar. Contratan un especialista en fuegos, quien les dice que convertir un cuerpo en cenizas requiere de varias horas y que ahí no estaban las cenizas de los 43 cuerpos, los que presuntamente arrojaron al río medio quemados y descuartizados.

Esa matanza de 43 jóvenes estudiantes fue debida a que su líder, al servicio de un cártel, los utilizó para robar droga de otro cártel, que se encontraba en el camión que pretendían llevarse, pero del que los bajaron policías locales al servicio del cártel dueño de la droga, a quienes se los entregaron.

Hay pseudoestudiantes que han hecho su “modus vivendi” de protestar contra esa matanza, pero ocultan datos que prueban que 42 estudiantes fueron utilizados por su líder, al servicio de un cártel, para robarle droga a otro cártel. No se vale vivir de los estudiantes asesinados, ocultando hechos que señalan las verdaderas causas de su muerte.

 

Con información de El Financiero

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