Alguien tiene que Decirlo

 

Samuel Sarmiento

De nada sirvió el esfuerzo que hicieron miles de productores para trasladarse a la Cámara de Diputados y participar en las mesas de diálogo rumbo al Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2024 y contribuir con propuestas en el Parlamento Abierto organizado por la Comisión de Desarrollo, Conservación Rural, Agrícola y Autosuficiencia Alimentaria, porque al igual que en los últimos 6 años, no le movieron ni una coma al presupuesto que presentó el Poder Ejecutivo el 8 de septiembre y que fue aprobado la semana pasada por la mayoría de Morena y sus aliados.
Por si no lo sabía estimado lector, Sinaloa tiene 11 Diputados Federales, 8 de Morena, 2 del PT y 1 del PRI.
Y ninguno de los 10 Diputados de Morena y del PT defendieron el presupuesto para el campo, ni hicieron propuestas para asignarle recursos a Sinaloa para combatir la sequía, para sacar adelante la comercialización o para que SEGALMEX pague las casi 500 mil toneladas de maíz que adeuda desde el mes de mayo, a más de 2 mil productores, que ante la desesperación, se siguen manifestando en las instalaciones del gobierno.
Los Diputados aprobaron el presupuesto más grande de la historia, de 9.1 billones de pesos (quizá por ser año electoral), un aumento del 9% comparado con el año anterior y de 72% respecto del 2018.
Y se preguntarán, mientras que el Presidente tendrá la chequera más grande la historia, ¿cómo le fue al campo?
La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) tendrá prácticamente el mismo presupuesto que hace 6 años, es decir de 74,110 millones de pesos.
Ahí está en números y no “con otros datos”, la nula importancia que el campo ha tenido durante el sexenio, ya que mientras que el PEF aumentó 72%, los recursos del campo aumentaron menos del 3%.
Particularmente, Sinaloa se queda con un sabor agridulce con el presupuesto 2024, ya que por un lado, aprobaron 10,074 millones de pesos para la continuación de la presa Santa María y la construcción de los canales de riego de la Presa Picachos, así como 1,060 millones de pesos para la construcción del camino Tayoltita en los límites de Sinaloa y Durango.
Pero, por otro lado, hay que recordar que el 11% de la economía estatal depende de las actividades primarias, impacto que es mayor, ya que la industria y los servicios están ligados al campo, por esa razón, dependemos de los recursos de SADER para sacar adelante la comercialización de las cosechas, para avanzar en los estatus sanitarios y para enfrentar con éxito el mercado internacional, al que estamos obligados por el Tratado entre México-Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Sin embargo, el Programa de Sanidad e Inocuidad Agroalimentaria trae 3,506 mdp, lo que significa 28% menos que el 2018. Lo que es muy lamentable, porque para Sinaloa la sanidad es un valor agregado y un factor de competitividad que nos permite acceder a los mercados más exigentes del mundo.
El Programa de Precios de Garantía a Productos Alimentarios Básicos trae 12,534 mdp, que serás insuficientes para asegurar la comercialización de los granos básicos de Sinaloa y de todo el país y garantizar un ingreso rentable para los productores…
El Programa de Fomento a la Agricultura, Ganadería y Pesca trae 1,726 mdp, lo que representa 61% menos que lo presupuestado en el 2018.
Y para el Programa de Fertilizantes trae 17,489 mdp, un programa que poco o nada ayuda al productor y que se presta a la reventa y la corrupción.
Por eso, les pregunto estimado lector: en el 2024 ¿volverá a votar por esos Diputados Federales que no apoyaron al campo, ni a Sinaloa?

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