Eduardo Sadot

 

La vida académica de la UNAM no solamente debe ser reconocida por las obras escritas para el estudio de una materia – en éste caso Derecho – se acostumbra en la UNAM, que nuestros grandes profesores regularmente son reconocidos porque además de impartir clases por muchos años, han escrito obras relacionadas con las materias que imparten y la UNAM les reconoce esa obra escrita pero la UNAM es además y fundamentalmente academia, docencia, impartición de cátedra, en eso los profesores son como los artistas de lo efímero, lo más parecido son aquellos que son capaces de construir obras maestras con material efímero, cuyas obras – por el material con el que son hechas por su propia naturaleza – están destinadas a desaparecer, como las obras de arte hechas de arena y particularmente el caso de los artistas de la gastronomía, que hacen obras de arte cada día, para una persona y tienen solo una vida efímera, el magisterio la gastronomía y el estilismo, como la pintura, la escultura, la música se aprecian con los sentidos, por eso las artes son sensibles, impactantes e inmortales y su producto – la obra – es efímera y tiene un solo destinatario, para quienes fueron creadas, su vida o permanencia queda solo en la memoria del receptor, que solo puede compartir el recuerdo o anecdótico del momento que se extingue.

El magisterio es, un noble apostolado, porque significa sacrificio económico y dedicación, mayormente no retribuido en dinero, pero en compensación, es pleno en satisfacciones humanas el mejor pago es la mirada de una alumna que muestra que ha aprendido algo nuevo, la sonrisa de gratitud de un alumno que de pronto ha descubierto un nuevo sendero del conocimiento que ahí estuvo siempre, pero que no había reparado en su existencia.

El docente, el profesor se prepara día a día además se ha preparado toda la vida, toda su vida, para transmitir sus conocimientos, estudios y experiencia combinados para ofrecer una perspectiva nueva o novedosa, a un puñado de estudiantes, en la facultad de derecho jóvenes regularmente – la mayoritariamente – habidos de aprender.

Cada clase, puede ser una obra de arte irrepetible, o porque circunstancialmente, ese día los acontecimientos de la vida cotidiana le brindaron al profesor, una oportunidad de traer a la aula, una noticia, un hecho un acontecimiento que se relaciona con su materia y ello hace particularmente ése día la clase más emotiva, pero hay profesores que día con día hacen todas sus clases emotivas, pero esas obras, lamentablemente, son efímeras porque dependen de la buena o mala memoria de su audiencia, de sus alumnos. Su obra es tan grande cada curso, que resulta difícil de recordar en su totalidad por sus alumnos.

Eduardo Luis Feher ha escrito más de 30 libros y otro tanto de artículos relacionados con las materias que ha impartido a lo largo de su exitosa y productiva vida, además ha hecho muchos programas de radio y televisión, en diversas estaciones en las que ha participado a lo largo de su productiva vida, pero los programas de radio y TV que ahí están, y se pueden consultar afortunadamente gracias a la nueva tecnología, que las rescata.

Eduardo Luis Feher Trenschiner, un hombre sabio y profundamente humano, una charla con Feher, siempre está salpicada de cultura, sabiduría, buen humor y anécdotas, siempre frescas, actuales e ilustrativas, muchos profesores y alumnos buscamos la oportunidad de tener algunos minutos en la mesa de firmas o en el desayuno, para compartir su mesa siempre dispuesta a recibir a viejos y nuevos interlocutores, a compartir su cultura. Aún nos queda mucho que agradecerle y a la facultad de derecho de la UNAM, mucho que homenajearle en vida. Un israelita ejemplar, como muchos que aportado a la humanidad su genialidad.
eduardosadotoficial.

@eduardosadot
sadot16@hotmail.com
Tik tok: eduardosadotoficial

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