Efectos positivos y negativos de la reducción de la tasa de interés objetivo
Alguien tiene que Decirlo
Samuel Sarmiento
Desde su creación en 1925, el responsable de la Política Monetaria ha sido el Banco de México, que es autónomo en sus funciones y administración y cuyo objetivo es proveer y controlar la oferta monetaria (el dinero), procurando la estabilidad del poder adquisitivo, funciones que están plasmadas en el artículo 28 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Hay que recordar que por el mal manejo de la Pandemia del Covid-19 en el 2020 la economía nacional se desplomó -8.6% y se perdieran 12.5 millones de empleos, entre formales e informales.
Para corregirlo, el Banco de México implementó una política monetaria expansiva, que consistía en reducir la tasa de interés objetivo y ampliar la oferta de dinero, de esta manera, en menos de un año, la tasa de interés objetivo bajó del 7% al 4%, lo que estimuló la economía y generó un crecimiento del 5.7% para el 2021.
Sin embargo, como consecuencia, se generó una espiral inflacionaria, debido al aumento del gasto de los consumidores, el incremento de los precios internacionales por la guerra entre Rusia y Ucrania (2 países productores de alimentos y energéticos) y el aumento del precio del petróleo que alcanzó los 125 dólares por barril en marzo del 2022.
Para controlar ahora la inflación, el Banco de México inició el 25 de junio del 2021 un aumento paulatino de la tasa de interés, que consistió en 15 ajustes alcista, al pasar del 4% al 11.25%.
Y con una tasa de interés tan atractiva, fluyeron capitales internacionales y se fortaleció nuestra moneda, al pasar de $19.9 por dólar a $16.7 al día de hoy.
Lo anterior, como una política espejo de las decisiones del Sistema de Reserva Federal de Estados Unidos (FED), quien aumentó su tasa de referencia del 0% en el 2021 al 5.25% al día de hoy.
Cabe señalar que en la última revisión que hizo el FED a la tasa de interés el 20 de marzo del presente año, mantuvo la tasa de interés en el rango de 5.25% a 5.50%, mientras que aquí en México se decidió bajar 25 puntos base, del 11.25% al 11.00%.
Pero, la pregunta es: a los ciudadanos, ¿nos beneficia o nos perjudica la reducción de la Tasa de Interés Objetivo?
La reducción de la tasa de interés objetivo hará más baratos los créditos para las familias y las empresas, es decir, se estimula el financiamiento, que es una palanca del desarrollo del país y con ello, se incentivan nuevas inversiones y los empleos.
Sin embargo, en el otro lado de la moneda, la reducción de las tasas de interés provocará una caída en el ahorro y por lo tanto, aumentará el gasto, lo que podría desencadenar un incremento de los precios de los bienes y servicios (inflación).
Cabe señalar que, en la primera quincena del mes de marzo la inflación anual se ubicó en 4.48%, que si bien es cierto, es casi la mitad del año pasado (7.12%) si se observa un ligero incremento respecto de la inflación de febrero de 2024 (4.40%).
Habrá que darle seguimiento a los precios de las frutas y verduras que tiene una inflación del 11.74% (casi el triple de la inflación general), así como a los alimentos, bebidas y tabaco, y educación, que también se ubican arriba de la inflación general (5.08% y 6.36%, respectivamente).
Como se observa, el Banco de México siempre tiene que elegir entre controlar la inflación, aumentando la tasa de interés o estimular el crecimiento económico, reduciendo la tasa de interés objetivo.
Por eso, le pregunto estimado lector: ¿qué es más importante, controlar la inflación o impulsar el crecimiento económico y los empleos?