La Espinita

Andy S. K. Brown

  • El chileno de Imaz y Sheinbaum
  • Las dos caras de la corcholata
  • Otra propiedad de Rocío Nahle

 

¡Vaya encomiendas que tiene Sergio Antonio López Montesinos!

Primero le encargaron presionara a los liderazgos sindicales del gobierno de Ciudad de México para que obligaran a sus agremiados a votar por Omar García Harfuch en la interna de Morena.

Ahora le han demandado que también ejerza presión y hasta chantajee a los mismos líderes de las secciones del SUTGCDMX para que, “de a huevo y de a pollo” lleven a los trabajadores a votar por Clara Brugada.

Y ya cundió el descontento. Primero, porque López Montesinos no es mexicano, sino chileno. ¿Qué sabe, entonces, de las políticas gremiales del país?

Al gobierno capitalino llegó de la mano de Carlos Imaz, quien se lo recomendó a su exmujer Claudia Sheinbaum. Venía de trabajar en la prestigiada Librería Porrúa.

Y luego, el enojo que muestran los dirigentes es porque durante toda la gestión de la actual candidata presidencial oficialista nunca recibieron incrementos salariales ni ninguna otra prestación adicional a las que ya tenían.

Misión imposible, pues, para el funcionario proveniente de Chile.

La mayoría de los sindicalizados no votaron por Omar ni lo harán por Clara. Menos por Sheinbaum.

* * *

Por cierto, en Campeche la candidata Sheinbaum mostró apenas las dos caras de una corcholata.

El suave corcho para la falaz gobernadora Layda Sansores de quien se expresó con elogios extremos.

Y la dura lata para un centenar de policías que, en representación de prácticamente todos los elementos de su corporación, le pidieron intervenir para solucionar el problema que enfrentan con la mandataria estatal desde hace ya varios meses.

Están en huelga y, por tal, no reciben gasolina para patrullar la capital estatal.

Tampoco respuestas a sus peticiones, entre las que destaca la remoción de la intendenta policiaca, amiga cercanísima de Sansores y de su esposo.

La respuesta de Sheinbaum: No puedo hacer nada. Apenas soy candidata.

* * *

Es cierto. A la candidata morenista al gobierno de Veracruz, Rocío Nahle, le brotan propiedades inmobiliarias y cuentas bancarias –inlcuso en paraísos fiscales– como si se tratara de agua de un manantial.

Los ingresos de ella y los de su esposo no justifican tal riqueza.

Aunque dicen los enterados que Nahle y maridito se hicieron de mulas en el lapso en el que ella fungió como titular de Energía y encargada de la construcción de la fallida refinería Olmeca, en Dos Bocas, Tabasco. Y que es él quien la ha alentado a meter las manos en los presupuestos y a recibir “moches” de los contratistas.

Mucha corrupción en las obras que ya han costado más del doble de lo originalmente presupuestado. De compadres, amigos y familiares de la pareja, incluso la de los amigos de los hijos de AMLO.

¿Será que, si Nahle llegara a ganar la elección, el esposito se dedicará a hacer los “bisnes”?

Los electores veracruzanos tienen la palabra.

@AndySKBrown1

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