¡El dictador asustado “muestra los dientes”!
La verdadera tragedia que hoy viven México y los mexicanos –más allá del escándalo por los Libros de Texto–, es el mensaje que laza el dictador de Palacio al ordenar la detención –de forma inconstitucional–, del fiscal de Morelos, Uriel Carmona, a quien incluso se le fabricaron delitos inexistentes. Es decir, que el hoy ex fiscal de Morelos fue víctima de una atrocidad legal, similar a la que ordenó López Obrador contra Rosario Robles, quien aún padece los efectos de la “chicanada” judicial, a pesar de que está en libertad.
¿Y por qué es una tragedia la detención de Uriel Carmona?
Porque el fiscal de Morelos amenazó con llevar preso al gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco y de revelar el tamaño de las complicidades de toda la banda criminal del narcotráfico que asaltó el poder en esa entidad.
El ex futbolista debía ser detenido al minuto después de dejar el cargo al frente del gobierno de Morelos, ya que hasta ese momento cuenta con inmunidad constitucional; la misma inmunidad que violentaron la Marina y la fiscalía del Distrito Federal en el caso de la detención de Uriel Carmona.
Vínculos criminales que, curiosamente, empiezan con el presidente Obrador, quien no solo ha solapado al gobernador Blanco, sino que, igual que el presidente Petro de Colombia, financió su partido y su candidatura presidencial, con dinero del narcotráfico y del crimen organizado.
Por eso, para que Uriel Carmona no llegara al fondo de la complicidad de Cuauhtémoc Blanco y de toda la mafia llamada Morena –complicidad con el crimen organizado–, desde Palacio se ordenó la violación constitucional para llevar preso al ex fiscal de Morelos, quien permanecerá encarcelado en tanto el ex futbolista se convierte en senador o diputado para de esa manera seguir impune.
En otras palabras, queda claro que cual fiera acorralada, el dictador López está en pánico y, por esa razón, “enseño los dientes” con la ilegal detención del hoy ex Fiscal de Morelos.
¿Y cual es el mensaje que lanza López Obrador?
Precisamente ese: “Que vea todo el que quiera ver y escuche todo el que quiera escuchar: ay de aquel que se atreva a perseguir a los pillos y ladrones de Morena, porque será encarcelado; se le fabricarán delitos y si es necesario se violará el fuero constitucional para callarlos”.
Mensaje dirigido a políticos, candidatos presidenciales opositores; a jueces, fiscales y ministros de la Corte pero, sobre todo, a periodistas.
Y es que igual que las fieras, un dictador acorralado no solo resulta impredecibles sino capaz de todo, o de casi todo. Sí, un político acorralado y asustado, como el presidente mexicano, no solo es una bomba de tiempo –dispuesto a dinamitar al Estado todo, incluidas las instituciones democráticas–, sino que es el mayor peligro para la estabilidad del Estado.
Y es que sólo es cuestión de ver y escuchar los gestos, el lenguaje corporal y los arranques de ira del mandatario mexicano en las últimas semanas –sobre todo cuando habla de Xóchitl Gálvez–, para entender que no sólo está asustado, sino acorralado y presa de pánico.
Pánico por el descomunal fracaso de su gestión; verdadera montaña de mentiras, dislates y raterías generalizadas que –en un gobierno opositor–, sin duda que terminarán con la persecución judicial de todos los integrantes de un gobierno criminal y cómplice de las peores atrocidades.
Pero el temor de López va más allá del fracaso de gestión; resulta que frente a escándalos como el ocurrido en Colombia –en donde se destapó la alianza del presidente Petro con “el narco”–, en Palacio se vive un estado de pánico frente a la posibilidad de que en México se destape la misma cloaca que vincula al gobierno federal con las más poderosas bandas criminales; las de Sinaloa y Jalisco, las mismas que persigue el gobierno de Estados Unidos.
Y son fundadas las razones para temer no solo al juicio de la historia, sino a la posibilidad real de que todos los “morenitas” terminen presos por sus complicidades en el saqueo generalizado y ante la complicidad con las bandas criminales y del “narco”.
Y es que más allá de su mentiroso discurso cotidiano y de una realidad alterna que sólo aparece en su “cabecita loca” –que es un auténtico espejismo engañabobos–, lo cierto es que día con día, López será más peligroso, al extremo de poner en riesgo la libertad y la vida de aquellos que se atreven a cuestionarlo o que pudieran derrotarlo.
Por eso, desde todos los frentes arreció la guerra de AMLO contra la senadora Xóchitl Gálvez; por eso, López intensificó la persecución contra el Poder Judicial y la Suprema Corte y contra los fiscales estatales.
Y por eso ya es un escándalo mundial la persecución del presidente contra los críticos de su fallida gestión.
Sí, cual fiera acorralada, López Obrador será más peligroso conforme llegue el final de su mandato y sí, será capaz de todo. Y todo es todo.
Hoy, en el caso del Fiscal de Morelos, sólo vimos una probadita.
Claro, si no es que resulta asesinado en el penal al que fue enviado.
Al tiempo.
Con información de El Debate