PAUL CHÁVEZ 
Noroeste.
_Ante las imparables embestidas violentas, ante el estado y el ejército impasible, la ciudadanía tiene que decidir entre seguir lamentándose, huir o vencer su miedo y pararlo: haga o no haga, se juega su vida y todo lo que tiene_.
Actuemos pronto.
Nos hemos preguntado en otras entregas si la ciudadanía necesita saber más para actuar o si espera el momento adecuado; mientras tanto el juego lo vamos perdiendo: más vidas cercanas se pierden con la agonía de no saber dónde están, los negocios se cierran, los autos se despojan, los asaltos aumentan. Es terrible lo que pasa pero es peor la falta de respuesta ciudadana.
El miedo disminuye enfrentando la realidad y aumenta con la imaginación. Es preciso distinguir qué es lo que ha prevalecido en nosotros: el miedo, la pasividad o la prudencia. Respóndelo tú mismo y coméntalo con tus amigos. Necesitamos la fuerza de estar unidos, divididos perdemos todos… todos.
Dejémonos de especulaciones.
De si la presidente quiere o no instalar una dictadura, vamos derechito a ella aunque diga lo contrario, si el ejército la apoya u obedece a Palenque, si Harfuch cumple con lo que EEUU le exige o si él está vendido con algunos narcos, si los EEUU encarcelarán a los altos políticos, de si las alianzas de los gobernadores y alcaldes explican los últimos ataques regionales, etc. todo esto produce miedo y ansiedad por una sencilla razón: fomenta la incertidumbre.
La incertidumbre es terrible, desalienta, amedrenta, no salen cosas buenas de ella a no ser que se tomen las riendas, estamos hechos para correr riesgos, no para la comodidad. Además ya es imposible, las casas son baleadas. Ni en tu casa te sientes seguro ni camino a ella.
La fórmula perversa infalible.
Esta fórmula ha funcionado en muchos países: para implantar una dictadura, de derecha o de izquierda, se requiere meterle miedo a la gente para que pasmada evite los abusos de poder. Se trampea la ley para concentrar el poder a toda costa. Hay demasiado dinero y poder para soltarlo. Esto terminaría en una herencia familiar como todas las dictaduras, ya sucede en Zacatecas y se quiere en Sinaloa.
Los narcos, además de dar dinero, contribuyen con su terrorismo a esta faena. Te quieren metido en tu casa para arruinar tu capacidad de respuesta. ¿Dónde está ese México rebelde de 1968? Fue sustituido por el Nintendo y después adormecido por las redes.
La tormenta perfecta.
Se avecinan 3 condiciones ya inminentes: 1. La destrucción del poder judicial, 2. La crisis económica por la violencia en las ciudades y regiones en guerra, 3. La sequía en el norte del país.
1. La injusticia oficial
Al tener jueces a modo no habrá manera de resolver las injusticias del estado hacia los ciudadanos, como quitar la propiedad privada y trasladarla al estado, cosa que ya ensayan en la CdMx y en otras cosas; se están quitando la máscara aflorando su ideología comunista.
Siempre usan el engaño para entrar y la fuerza para quedarse. Y se quedan por décadas porque controlan todo. Por eso gastan mucho en obras inútiles, quitan subsidios, medicinas y equipamiento, o sea: crean pobreza para regalar migajas.
2. Las consecuencias económicas
EEUU y la CEE no se han cansado de advertirnos las graves consecuencias que vendrán al mangonear el estado la justicia, Trump nos sigue amenazando con la Espada de Damocles pendiente sobre nuestras cabezas con más aranceles y quitar el T-Mex que ha detonado el desarrollo.
Es muy simple: la falta de certeza jurídica ahuyenta las inversiones. Sin ellas no hay plantas, empresas, ni exportación ni oferta. Eso no le importa a la 4 t que no parará hasta que se lo impidan. No esperemos mucho de los americanos. Se está creando desde hace años un partido político nacional ajeno a los demás y al hueso para defender la vida y la democracia.
3. La sequía
Era lo que nos faltaba. Debido al poco riego el rendimiento de las cosechas bajó, justo cuando necesitaban dinero los agricultores para pagar sus deudas. Los apoyos prometidos desde el sexenio pasado no han llegado para todos empobreciéndolos, los obliga a rentar sus parcelas, pero viene lo peor: con la sequía encima se espera una reducción del 60% de la siembra (la cifra es revisable).
Consecuencias: más hambre, más importación de granos, más dependencia alimentaria y energética, o sea, menos soberanía. La sequía encima afectará el circulante, lo que bajará las ventas, el empleo, aumentarán los créditos personales y agravará la violencia facilitada por la impunidad.
Cada vez más tipos se suman o son secuestrados para engrosar el narco pero después son desaparecidos. Todo esto, sumado a las guerras civiles narcas empeorará. Como se dijo antes “el Covid, ahora la sequía, nos cayó como anillo al dedo”.
¿Estar pasivos?
No es justo ni prudente que la ciudadanía pensante esté pasiva, las masas siempre son movidas y son necesarias. Detengamos esto sin violencia, el paradigma marxista tan arraigado de la lucha sólo ha traído más sangre, estamos hartos de ella.
La ciudadanía si realmente quiere conservar su vida, vivir seguros y dejar un buen legado generacional debe buscar las soluciones. Las hay. Pasivos las cosas empeoran. Es hora de sacudirnos la simulación, ya vivimos un siglo con ella.
Esta crisis sucede para obtener algo mejor. Busquemos soluciones sin violencia pero con poder, con amplitud de enfoque, convincentes, prácticas, agendadas, estratégicas, que nos sumen.
Es tarea de muchos líderes no de uno solo y de consolidar esfuerzos regionales para el bien de todos. Entusiasmo significa Dios con nosotros.

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