Segunda y última parte

Pero si hemos abordado en este texto, uno de los dos grandes atributos de que las instituciones mexicanas estuvieron dotadas desde el inicio de la vida como país, nos falta abordar ese otro gran componente para el progreso material: el orden público.

La legalidad, expresada en leyes, que son de las más importantes instituciones del México de nuestros días (en teoría), que son la síntesis de nuestras aspiraciones como sociedad y como pueblo organizado, siempre tuvieron como condición en sí mismas, al interés social y al orden público.

Este último , el orden público, ha quedado al margen del interés del actual gobierno.

Ciertamente el interés social está presente -por lo menos todavía- en la retórica del presidente y su gobierno; aunque poco a poco en su vertiginoso camino a la tiranía, podría empezarlo también a olvidar.

Hoy, a 43 meses de este gobierno de la 4 T, falta el orden público hasta en la convivencia habitual al interior de los grupos sociales, laborales y hasta de la familia misma.

Vivimos enfrentados en dos grandes bloques; por inercia ya acomodamos nuestros pensamientos de acuerdo a la ‘taxonomía’ que se nos receta machacosamente todas las mañanas: ‘fifís’ contra ‘chairos’; liberales contra ‘conservas’; blancos contra ‘prietos’; europeos contra indios; ‘progresistas’ contra neoliberales’; servidores de la Nación contra los ‘ambiciosos vulgares’.

Después se queja el mandatario mexicano de que ha sido ‘el presidente al que más se ha ridiculizado y faltado el respeto, sin el mínimo recato”… y pues ¿cómo no iba a ser así?… si el mismo impone los bemoles de la comunicación y la convivencia.

Debe dejar de ofender y propiciar el respeto de la ciudadanía. Solo así se respeta y se hace respetar la investidura.

La actual política de seguridad pública, está muy lejos de proporcionar ese orden público que necesitamos.

No hay absolutamente nada más absurdo en nuestros días, que lo que pasa en un país como el nuestro cada seis años en que, cada nuevo gobernante y sus equipos de trabajo, se sienten los ‘predestinados al poder’ a grado tal, que no hay absolutamente asunto o pendiente en la agenda nacional que no amerite un toque de su genialidad personal, de su creatividad indispensable, para que pueda continuar siendo “funcional”.

Es decir, nada, de lo que está ya en actividad, en proceso, puesto en marcha por anteriores gobiernos, escapa de su implacable descalificación; nada sirve, nada es bueno, sea plan, política, criterio, técnica, instrumento, herramienta, maquinaria, sistema o plantilla laboral que venga del pasado… todo debe ser desechado (en su abrumadora mayoría) y dar paso a la idea que trae el nuevo ‘tlatoani’ y su grupo de favoritos. Cueste lo que cueste…

Algo así pasó recientemente con un prodigioso sistema de base de datos almacenados en una plataforma digital que, debido al mutis y a la descalificación a priori, que hicieron de éste desde antes de iniciar la actual administración, encabezada por López Obrador, con el consecuente abandono y la falta de mantenimiento, hoy está a punto de perderse, de desaparecer, no obstante la multimillonaria inversión hecha en las tres anteriores administraciones federales, para consolidarla y actualizarla pero sobre todo, no obstante los resultados obtenidos, que están a la vista de manera tangible, en números.

Se trata de Plataforma México, el archivo criminal más completo que hayamos tenido en el país, con sus más de 100 bases de datos, que resguarda información sensible sobre la violencia y la delincuencia en el país.

Integrada por más de 793 millones de fichas de criminales, cuerpos policiacos, autos robados, reconocimiento facial, de voz, armas, detenidos y prisioneros, la Plataforma México de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSyPC) es el archivo criminal más completo actualmente en el país.

Abandonada durante varios años, esta Plataforma se ha rescatado como una herramienta indispensable en el denominado Plan Entendimiento Bicentenario, firmado con Estados Unidos y que sustituye a la Iniciativa Mérida.

Consta de más de 100 bases de datos y se resguarda información sensible de, por ejemplo, ahora que está ‘tan de moda’ la violencia reciente en los estadios de fútbol, líderes de los carteles de la droga, estadísticas, ubicación de colonias con los mayores índices de violencia y robo de autos, y se contempla la incorporación próximamente de datos biométricos hasta de miembros de ‘clubes y porras de equipos de fútbol’, con lo que se podrá determinar en tiempo real, si entre quienes asisten a estadios de futbol se hallan delincuentes buscados por las autoridades.

Y hay delitos de alta incidencia como alto impacto a la vez, como es el caso de aquellos vinculados a la libertad y a la integridad de las personas, como a su patrimonio, que pueden ser combatidos frontal y exitosamente con el suo de tecnología ofrecida por Plataforma México, gracias al ‘monopolio’ (si es que todavía se tiene y no ha sido entregado a la delincuencia organizada) del control de acceso a los satélites mexicanos y de países con quienes mantenemos convenios de aprovechamiento.

A saber:

El Robo de vehículos, la privación ilegal de la libertad, el secuestro, o los propios homicidios de alto o bajo impacto, cuando hay flagrancia y las corporaciones actúan coordinadas y en los primeros minutos después de la comisión delictiva, pueden determinar, por geolocalización satelital, siempre que haya ciertas condiciones que por protocolo no se pueden revelar al público (condiciones mínimas, casi siempre solventables) la ubicación de los probables responsables en tiempo real o de las víctimas o de los bienes agraviados por el delito.

Ese es un servicio que brinda Plataforma México desde sus primeros días de instalada… y que lo hace de la manera más eficaz que ninguna otra compañía, de las que ofrecen ese servicio de manera limitada y con un costo, en los últimos meses.

Si… se lee como algo surrealista, pero es veraz, puntual, el razonamiento sobre este tipo de técnicas que tienen que ver con el avance de la cibernética para el combate al delito, cada vez más sofisticado en el mundo entero.

En Estados Unidos, hay series de televisión que recientemente salieron al aire, difundiendo técnicas de investigación policial con vídeocamaras, en base a la identificación biométrica de algunos rasgos físicos, en partes como el rostro o en aspectos como la estatura o el tono de voz que, al descargarlos a un algoritmo, ofrecen posibilidades muy decantadas y reales de las identidades que se buscan.

Pues esas técnicas en algunas dependencias y corporaciones en el vecino país del norte, tienen más de 40 años que se usan y ya han sido desechadas… por eso se difunden a nivel de la televisión comercial o las plataformas de streaming.

En China Popular, por ejemplo, se sabe que han avanzado enormidades también en torno al uso de las cámaras de vídeoseguridad. La aplicación de algoritmos, se aplica a elementos biométricos realmente insospechados hasta hace poco; dejaron de ser las huellas dactilares, la voz o el iris, las únicas biometrías útiles para decantar identidades. Hoy día, por ejemplo, la forma de caminar de un individuo, que se ha descubierto que es única e irrepetible, es susceptible de la aplicación de un algoritmo, para dar con la identidad de ese individuo y consecuentemente con su paradero.

Todo eso es Plataforma México, la herramienta en la lucha contra el crimen que el Gobierno de la 4 T desechó, por prejuicio y por revancha política.

Herramienta que actualmente está ‘tirada‘, más que subutilizada, no obstante sus aceptables resultados.

Surgida en el 2007, durante la administración de Felipe Calderón, Plataforma México es utilizada por fiscalías de los estados, procuradurías, cuerpos policiacos y autoridades castrenses autorizadas para consultar datos sobre análisis geoespacial, mapas estadísticos, homicidios, armas aseguradas, vehículos robados y datos estratégicos de información penitenciaria.

Durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, en 2018, Plataforma contuvo un promedio anual de un millón 627 mil 360 eventos de seguridad informática, 24 ataques hacia la infraestructura y mitigaron 513 vulnerabilidades de nivel de criticidad media y 350 de criticidad alta al año.

Hasta el último día del sexenio anterior, tenía capturadas más de 22 millones 81 mil 911 registros de licencias de conducir vigentes con fotos, huellas y firmas, más de 19 millones de Informes Policiales Homologados, 2 millones 307 mil 139 registros de Sistemas de Biométricos y la vinculación biométrica de presuntos responsables de hechos delictivos que dejaron fragmentos de huellas dactilares en escenarios donde se cometió un delito en más de 36 mil 541 casos, según cifras publicadas por puntual reportaje del rotativo La Prensa de Grupo OEM, en su edición del sábado 11 de junio .

Un número superior a los 899 mil 679 registros de huellas dactilares y se registran en promedio 173 mil consultas al mes, de las cuales 15 mil resultaron coincidentes con registros criminales.

Hasta antes del arribo de López Obrador a la presidencia, se contaba con 707 mil 968 reconocimientos de voz, de los cuales 542 mil 609 son voces controladas, 159 mil 199 son voces de internos y 6 mil 160 corresponden a voces latentes (llamadas de extorsión o secuestros).

Aquí la explicación… aquí el trasfondo. Era un instrumento privilegiado por las policías y las instituciones en general castrenses de… Felipe Calderón… eso no le gustó desde el principio al hombre de Macuspana.

Y hasta hoy, él y sus principales colaboradores, en corto, no se cansan de repetir una supuesta razón, que es falaz, totalmente inverosímil: “Que como la Plataforma México no tiene ‘racks propios’, o sea que según ellos cualquier dato almacenado debe de ser consultado a las autoridades de los Estados Unidos, que son los propietarios de la mayoría de los satélites y de los principales artilugios concentradores de la información (como el famoso ‘rack’), y que por eso, Plataforma México, constituye un gran riesgo para nuestra soberanía”.

“Y que además fue el gran negocio de Carlos Slim, porque sus principales instaladores en México, fueron gentes que siguen laborando para Telmex y Telcel”.

Prejuicios y revancha política, como se ve, las razones para que un gran instrumento de lucha contra el delito, organizado y desorganizado, como se enfrenta en el primer mundo, donde se tienen estas tecnologías, tenga que ‘tirarse a la basura’, materialmente.

No se podrá alcanzar el progreso material en este país, mientras se descalifique a la tecnología de manera prejuiciosa, mientras no se combata el delito con el mismo (o superior) nivel de tecnología y sofisticación, como el que muestra la delincuencia organizada.

Sin duda el combate a las causas que generan la violencia, debe ser una política prioritaria, pero mientras ésta alcanza sus primeros resultados… ¿Cómo nos vamos a defender de la delincuencia organizada las actuales generaciones?.

Definitivamente tiene que haber una política simultánea que ofrezca defensa de reacción al delito, a la vez que ‘culturizamos’ a las nuevas generaciones y buscamos esa igualdad económica y social.

En México, necesitamos también velar por el orden público, no sólo por el interés social. Nuestras leyes son garantes de ambos atributos.

Autor: Héctor Calderón Hallal

Twitter: @pequenialdo; E-Mail: hchallal99@gmail.com;

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