IDEAS PARA EL CAMBIO

 

Aarón Sánchez
sanaaron@gmail.com

Se bajó la reforma electoral. De último momento el grupo parlamentario de Morena quitó de la agenda legislativa de la Cámara de Diputados, la votación del dictamen sobre la reforma electoral propuesta por AMLO. La causa, no fue la multitudinaria ciudadana marcha del 13 de noviembre, tampoco la presión ejercida por los partidos de oposición.

Una de las razones de fondo, fue la inminente rebelión en la granja. Los aliados de Morena, el PT y el PV, serían los principales damnificados por la eventual reforma electoral. Estarían en peligro de perder su registro, sus enormes prerrogativas, y su número de diputados y senadores quedaría reducido a su mínima expresión. Por eso están mostrando resistencia.

Pero otra razón es que después de la marcha ciudadana del 13 de noviembre y de la magna contramarcha gubernamental del 27 del mismo mes, la situación política se modificó. El presidente se dio cuenta de su fuerza, y de que en estos momentos no puede ni debe sufrir ninguna derrota. No le conviene, pues ello inclinaría la balanza hacia un declive imparable en su popularidad.

Por eso, la suspensión temporal de la reforma electoral también tiene otro objetivo: tener tiempo para volver a presionar al PRI de cualquier forma posible para que apoye la reforma del presidente, Pero ahora se incluye también a Movimiento Ciudadano. El presidente y la 4T en su conjunto, echarían todo su resto para sacar adelante la reforma electoral, sin modificarle siquiera una coma.

Lograr este objetivo hoy resulta crucial para AMLO. Hasta hace pocos días ya se daba por perdida la votación en la Cámara de Diputados al no poder lograr la reforma constitucional. Por eso se propuso un Plan B, que rápidamente se vio inviable jurídicamente. La reforma iba hacia un callejón sin salida.

Pero después de la marcha ciudadana, y de reconocer que existe un segmento creciente de población que rechaza las acciones del gobierno federal, el presidente ordenó realizar la marcha de la revancha. Le salió muy bien y agarró mayor fuerza. Sin embargo, se percató de una mayor indisciplina política de los grupos al interior de la 4T, y que ya tiene visos de fractura.

Por eso, decidió a retomar las negociaciones para hacer que, sobre todo el PRI, vote a favor de la reforma electoral presidencial. Pero ahora la negociación se hace desde una posición de mayor fuerza, y ha ordenado doblegar al tricolor y a MC de cualquier forma posible y cueste lo que cueste.

En muy probable entonces, que ya esté en marcha un gran operativo político para controlar rápidamente el conflicto con el PT y el PV, y también para someter al PRI y a MC. La consigna es aprobar la reforma y, de esta manera, recuperar el liderazgo político que ya empezaba a desvanecerse. Al lograr estos objetivos, el presidente conserva su absoluto control sobre el proceso electoral, disciplina a sus corcholatas, y se apodera del futuro del país por algunos años más.

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