ARMANDO GUZMÁN

Resulta que la carta del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador al presidente chino Xi Jinping, que la semana pasada causó tanto revuelo en México, en Washington a varios congresistas no les sorprendió para nada. La razón: ellos ya sabían que iba a ocurrir. El presidente mexicano durante una visita que los congresistas le hicieron en México la semana anterior les anunció que le propondría al gobierno de China, discutir con él las estrategias para acabar con el contrabando de fentanilo.

De acuerdo con varios de esos congresistas, AMLO les anunció; “… le pediré a China que deje de enviar fentanilo a México, y lo haré de manera formal”.

Para muchos de estos congresistas el año 2022, fue una pesadilla llena de quejas y demandas de acción por parte de la gente que los envió a representarles a Washington. Porque esas mismas familias han visto y sentido de cerca el daño que las pastillas con fentanilo les han causado a sus hijos. La crisis es enorme, porque contrario a lo que muchos podrían asumir, las pastillas con esta droga están dañando a familias en las que el abuso de las drogas ilegales no ha sido un factor de angustia constante. Lo grave es que esto no afecta solamente a los drogadictos sino a gente que nunca se droga. Por eso es tan extenso el problema.

Los estadounidenses están escandalizados porque las autoridades fronterizas en el 2022 confiscaron más de 14,000 libras de fentanilo ilegal a lo largo de la frontera suroeste. Esas son cifras récord jamás registradas antes, y lo que es aún peor, los totales de incautación en este 2023 están ya eclipsando las cantidades decomisadas el año pasado.

La frustración resultante del enorme tráfico de pastillas hechas con fentanilo fue la razón por la que los legisladores estadounidenses pidieron reunirse con el presidente López Obrador. Muchos de ellos dicen haber ido con la esperanza de encontrar apoyo y solidaridad en el principal socio comercial de Estados Unidos.

Pero lo que encontraron fue a un presidente que les insistió en que este es un problema de EE. UU. y que México… “es simplemente un punto de transbordo de fentanilo, no un productor de la droga”.

El desacuerdo está en que las cifras de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE. UU. muestran un panorama totalmente distinto. El gobierno en Washington insiste en que por los puertos de entrada terrestre en el sur de Arizona se trafica más de la mitad de todo el fentanilo incautado a lo largo de la frontera con México. Y que esa droga, viene ya manufacturada de México.

El tráfico es enorme. Arizona ya superó a los puertos de entrada en el área de San Diego y ya es la principal puerta de entrada para el contrabando de fentanilo, pero las pastillas manufacturadas entran por las más de 300 puertas de entrada terrestre entre México y Estados Unidos.

Operación Loto azul

Todo lo anterior llevó a Estados Unidos a crear la operación “Blue Lotus”, Loto azul- Una embestida a la frontera con cientos de agentes y oficiales que están recibiendo más de $345 millones de dólares en nueva tecnología de escaneo, más perros detectores de drogas y varias otras nuevas herramientas de detección. La meta, aumentar la interdicción de droga en 30 veces más.

“Blue Lotus” estará siendo desplegada en todos los cruces fronterizos terrestres. Con un nuevo entrenamiento, a los agentes se les muestra que buscar, en donde y como buscarlo. Ya se sabe que los traficantes meten paquetes de tabletas de fentanilo en compartimentos ocultos de vehículos, los esconden en cargas de productos o pegan las drogas con cinta adhesiva a los torsos de peatones y pasajeros de autobuses.

Con los escáneres y el nuevo equipo de “Blue Lotus” los oficiales de aduanas estadounidenses están aumentando su capacidad de revisión hasta en diez veces más. Y esto permite que los transportes comerciales sigan cruzando la frontera por tierra sin grandes retrasos. En Nogales ya hay desplegados dos equipos.

Esta nueva tecnología se conoce como “Inspección no intrusiva”, o N.I.I. (Non intrusive inspections) utiliza rayos X de intensidad variable para detectar rápidamente vehículos comerciales y de pasajeros en busca de anomalías sospechosas que podrían ser cargas de drogas.

Échele usted un ojo a la cuenta de Twitter de Michael Humphries, que es el principal funcionario de seguridad fronteriza y aduanas en Nogales Arizona, ahí frecuentemente se publican fotos de capturas de fentanilo.

Esto que para mucha gente en el país es una crisis, para los oficiales fronterizos es una guerra. Y la única forma de mantener el paso es con revisiones y poniendo fuerza y tecnología a trabajar juntas. Las malas noticias, siguen siendo, que el fentanilo es muy difícil de detectar. Su tamaño compacto hace que sea fácil de ocultar, y su bajo costo de fabricación permite que los traficantes obtengan enormes ganancias a pesar de perder parte de sus cargas debido a las nuevas incautaciones.

Las píldoras azules y baratas son los nuevos asesinos.

Las píldoras, conocidas como “M-30s” o “blues”, son versiones falsas de las tabletas de oxicodona de 30 miligramos fabricadas por los laboratorios “Mallinckrodt Pharmaceuticals”, uno de los fabricantes de medicinas con opioides más antiguos en Norteamérica.

Hay muchas variedades de opioides sintéticos circulando por las calles de Estados Unidos. Se venden en tabletas de color azul brillante por unos pocos dólares cada una.

Según la DEA, La Administración para el Control de Drogas, las píldoras falsificadas son producidas por dos de los grupos criminales más grandes y poderosos de México: el Cártel de Sinaloa y el Jalisco Nueva Generación. Los dos dominan hoy tanto el tráfico ilegal de fentanilo como su distribución dentro de Estados Unidos. Sus asociados son pandillas y distribuidores más pequeños que llevan las pastillas a escuelas, parques, eventos deportivos y todos los sitios en los que se reúnen grandes cantidades de jóvenes fácilmente manipulables.

Hay grupos de supremacistas que asociados a los carteles obtienen enormes cantidades de dinero para sus actividades racistas.

Nuevas Torres de Vigilancia para toda la frontera

En la frontera con México, la fundación “Electronic Frontier Foundation” (EFF- Fronteras Electrónicas) publicó un mapa detallado mostrando múltiples datos geográficos de las nuevas torres de vigilancia del gobierno estadounidense a lo largo de la frontera con México.

“Customs and Border Protection”, CBP, y su subdivisión en la Patrulla Fronteriza de EE.UU. están por expandir sus torres de vigilancia en las zonas despobladas de la frontera con México. El gobierno en Washington se niega a revelar en dónde están, en donde estarán ubicadas y cuantas más se instalarán. Lo anterior a pesar de las preocupaciones de privacidad de los residentes de ambos países, su justificación es que en la frontera esta guerra está subiendo de tono con cada día que pasa, y las torres son necesarias para mantener los ojos puestos en todo lo que se mueva por las fronteras.

Los funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos quieren aumentar los arrestos y los enjuiciamientos, de los fabricantes, los traficantes y los distribuidores de Fentanilo. Para el gobierno estadounidense la mejor forma de desmantelar a las redes criminales más grandes que fabrican y distribuyen fentanilo ilegal en los Estados Unidos es con fuerza y estrategia. Por ahora esa es solo una meta, y la verdad muy pocas de estas metas se han materializado. Ha habido arrestos, pero se trata de soldados de los traficantes y de los distribuidores, cuyo trabajo es mover la droga de un sitio a otro. La gran realidad es que, para capturar a los líderes, para desbaratar a los carteles el gobierno de México tendría que ayudar. Pero nadie aquí cree que eso sea algo que se pueda conseguir pronto.

Así, por todo lo que le informamos, esa falta de cooperación, lo único que ya consiguió es la creación en Estados Unidos de la “Estrategia del Loto Azul” Y el aumento del uso de fuerza contra los carteles.

 

Con información de Los Angeles Times

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