EN LA GRILLA

EL VEREDICTO DEL TEODORO MARISCAL
RRM: NO SE PUEDE SEGUIR TOLERANDO
NO FUE PRIMOR, SINO UN MERO SALUDO

FRANCISCO CHIQUETE
El Teodoro Mariscal dio su veredicto, y fue implacable. La rechifla al alcalde Luis Guillermo Benítez Torres no fue parte del juego colectivo ni divertimento de un grupo que aprovecha el anonimato- Fue una manifestación acabada de rechazo, la expresión más directa de que a la gente ya se le acabó la paciencia.
El gobernador Rubén Rocha Moya tenía evidentes dudas de cómo proceder en el caso de Mazatlán y su polémico alcalde, pues aunque hay muchos elementos técnicos para actuar en forma legal contra un gobierno que ha fallado, pero sobre todo que ha abusado, dudaba evidentemente sobre los posibles efectos políticos de una defenestración del alcalde. Después de la rechifla, esas dudas deben estar completamente disipadas.
Entrevistado poco después de los acontecimientos, el mandatario estatal rechazó que se debiera reclamar al público su actitud poco comedida, como decía el entrevistador. No, al público no hay que reclamarle nada, hay que dejar que exprese lo que quiere, “lo que siente”.
Incluso en la semanera de este lunes fue más contundente. -Ya me di cuenta que la gente de Mazatlán está enojada, e-no-ja-da, no aprueba para nada lo que se ha hecho al respecto y eso no se puede seguir tolerando…
El alcalde, en su tenor de siempre, acude al expediente del complot. Ya me lo esperaba (la rechifla), porque ya me lo hicieron en la Serie del Caribe, sé cómo los organizan. Cercanos al alcalde intentan minimizar los hechos diciendo que se trata de prácticas comunes, que en el estadio, al influjo del alcohol y de la bola, a todos los políticos les va mal.
La realidad es que en efecto, la inauguración de la temporada del beisbol es una prueba de fuego, porque la raza se lanza alegremente a la silbatina, pero siempre se nota cuando se trata de chunga y cuando hay revancha de la sociedad. Además en esta ocasión estuvo presente el gobernador, lo presentaron igual que a Benítez Torres, y no hubo ninguna expresión contraria. Tampoco lo ovacionaron, pero pasó incólume la severa prueba en que naufragó el alcalde.
El gobernador se explica el desaguisado con el escandaloso contrato de cuatrocientos millones de pesos que ahora está en disputa con la empresa Azteca Lighting, pero aunque eso pesa mucho, es sólo la gota que derrama el vaso. Las maniobras financieras son conocidas por las calles de la ciudad, las sospechas sobre comisiones jugosas en todo tipo de contratos son comidilla de todos los días, y encima hay un grave deterioro en los servicios públicos que lógicamente exaspera a la sociedad. La cresta de la ola en la crisis de la basura llega ya a un mes sin visos de solución. El alcalde hace como que no existe y cuando se ver muy exigido dice que las cosas van mejorando.
Que diga mentiras o dé informaciones inexactas sobre planes y proyectos puede pasar hasta en varias ocasiones, pero que sostenga mejorías en la recolección de la basura, ante miles de personas que padecen la acumulación en sus casas, resulta insostenible.
A eso hay que añadir un elemento adicional: las tuberías del drenaje están reventando por todos los rumbos de la ciudad, y entre los malos olores de las aguas servidas, y la descomposición de las basuras acumuladas por semanas en las calles, se está generando un ambiente insalubre que ya incide sobre la salud pública.
Hay que añadir otros elementos irritantes, como el estado de las calles, la vigilancia insuficiente y la proliferación desordenada de vendedores ambulantes no como alternativa laboral, sino como forma de beneficiar a allegados y simpatizantes.
La gente además está enojada porque no hay motivo para este deterioro en los servicios y la atención. Hoy como nunca han entrado recursos a las arcas municipales, merced a la explosión inmobiliaria que ocurre en Mazatlán: el pago de impuestos sobre adquisición de inmuebles y la revaloración del impuesto predial generan dinero como para tener suficientes camiones recolectores de basura, o patrullas, pero no es así. Esa lana se va a las grandes contrataciones de artistas que no se justifican ni siquiera por el carnaval; en viajes a cualquier lugar del mundo con grandes comitivas y beneficios personales y, es vox populi, en jugosas comisiones por contrataciones de muchas cifras.
El alcalde puede seguir regalándose explicaciones al abucheo, pero la realidad salta a la vista,
¿DE PLANO, YA SE VA?
La referencia del gobernador es muy clara: “eso no se puede seguir tolerando”.
A ello hay que sumarle la enésima declaración del presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado, Feliciano Castro, en el sentido de que se van a reprobar las cuentas públicas del 2020 y que el Poder Legislativo “no va a actuar como tapadera de nadie”.
Las cosas están dadas y seguramente que el Químico se va, con todo y la soberbia que lo cegó al pensar en la impunidad absoluta que según él, da el ser amigo del Presidente de la República.
LOS QUE ESTABAN Y
LOS QUE LLEGARON
El viernes pasado, una foto desató furias y especulaciones de todo tipo, al considerarse que Sinaloa dio el paso para formalizar el PRIMOR, con la bendición del secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández. Por supuesto, era la foto en que aparecían Adán Augusto y el coordinador de los diputados federales morenistas Ignacio Mier, abrazando efusivos al ex gobernador Juan Sigfrido Millán Lizárraga, con la presencia del gobernador Rubén Rocha Moya, la dirigente estatal de Morena, Merari Villegas, el exgobernador Jesús Aguilar Padilla, el exdirigente estatal del PRI Jesús Enrique Hernández Chávez, el ex presidente del Supremo Tribunal de Justicia, Jorge Romero Zazueta, y otros contertulios.
Por supuesto que corrieron voces sobre los acuerdos, las incorporaciones, los consensos que nadie explicaba, pero para el célebre Chuyquique no hay nada absolutamente. Hubo un encuentro, el de un grupo de personas que se ven para comer cada viernes en derredor de Millán Lizárraga y en el que como excepción estuvo también Aguilar Padilla, y la comitiva del gobernador y el secretario de Gobernación, quienes tenían una comida en el mismo restaurante (Mar and Sea), pero por su cuenta, sin más intercambio que el de los saludos.
No puede decirse que haya sido un encuentro fortuito porque todo mundo sabe quién es el propietario del famoso lugar, cualquiera sabe de la presencia de ese propietario y sus invitados, de modo que seguramente al escoger el sitio, el gobernador y Adán Augusto calcularon el efecto que tendría la asistencia al Mar and Sea. Y como en eso andan, pues fueron a bañarse en las aguas de ese mar, alborotando la bitachera.

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