En Gaza se sufre la deshumanización del pueblo palestino: José Luis Michelena, de Médicos sin Fronteras
Para el director ejecutivo de la organización humanitaria, el caos y la tragedia que se vive en Oriente Medio es indescriptible con palabras; urge a un alto al fuego ante el aumento de la sed, el hambre y las enfermedades contagiosas.
A José Luis Michelena, director ejecutivo de Médicos Sin Fronteras, le gustaría que los mexicanos intentaran imaginarse un hospital dañado, y dejado a lo mínimo por los bombardeos en Gaza y aún así intentar que sea útil para recibir a más y más heridos, fracturados y mutilados que dejan los ataques de las fuerzas israelíes en su incursión en territorio palestino.
Cuenta que al día, cuando menos, llegan unos 200 pacientes con la vida en crisis, al hospital en ruinas. Insuficiente todo lo que se pueda hacer, que siempre será poco ante la tragedia, agrega Michelena, quien asegura que muchos de sus compañeros comparten una letal conclusión de lo que se sufre todos los días en esa región de Oriente Medio: es indescriptible con palabras.
El último ataque de grandes proporciones dejó más de 800 muertos y más 1,400 heridos. Michelena sabe de lo que habla y lo dice con desesperación: el hambre, la sed y la desolación azotan a un población que ha quedado a la deriva de los intentos de paz que nunca llegan, por mustios o por insuficientes. “Esto es el caos”, subraya con el dolor de la impotencia.
Michelena utiliza sustantivos ya recurrentes en la narrativa de este conflicto que no parece tener fin: caótico, terrorífico e inaceptable. Para él, las advertencias de Estados Unidos y de Reino Unido contra las autoridades de Israel han pecado de tímidas o de débiles. Tampoco han servido de mucho los llamados al alto al fuego del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Y, por ahora, tampoco los de la Corte Internacional de Justicia. Aún así, Michelena repite lo que Médicos Sin Fronteras ha señalado hasta el cansancio: que esto debe parar de inmediato.
“La situación se ha agravado desde que se nos complicaron las posibilidades de llevar ayuda a los heridos, esto es la deshumanización del pueblo palestino”, exclama el hombre, que vive en el ring side de la barbarie.