En un contexto marcado por la violencia y la inseguridad que azotan a Sinaloa, productores agrícolas salieron este martes a las calles para sumarse al paro nacional del campo mexicano, bloqueando la avenida Álvaro Obregón, una de las principales vialidades de Culiacán.

El bloqueo se realizó en apoyo al movimiento Campesinos Unidos de Sinaloa, que desde primeras horas mantiene tomas de casetas y carreteras federales en distintos puntos del estado, como parte de una protesta nacional para exigir al Gobierno Federal precios justos para los granos, apoyos reales y políticas públicas que salven al campo.

Con tractores, pancartas y lonas, los manifestantes ocuparon ambos sentidos de la avenida, provocando un importante caos vial en el corazón de la capital sinaloense. Los productores aseguraron que la lucha no se detendrá hasta que las autoridades escuchen sus demandas y atiendan la grave crisis económica que atraviesan.

“Nos duele ver que el campo está abandonado. Estamos aquí porque ya no podemos sostener los costos ni vivir de promesas. No somos enemigos del gobierno, somos quienes le damos de comer al país”, expresó uno de los productores participantes.

El cierre de la Álvaro Obregón se da en medio de una jornada tensa en la entidad, donde la violencia y la falta de resultados en materia de seguridad contrastan con la indiferencia institucional ante el clamor del sector agrícola. A pesar del riesgo y del descontento social, los campesinos decidieron tomar las calles como último recurso para hacerse escuchar.

Las protestas en Sinaloa se suman a las de otros 20 estados del país, donde miles de agricultores mantienen bloqueos y manifestaciones bajo una consigna que resume el sentir general:
“Sin maíz no hay país, y sin precios justos no hay futuro para el campo mexicano.”

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