FRENTE Y DE PERFIL

RAMÓN ZURITA SAHAGÚN

 

La frase fue elaborada en la segunda parte de la década de los noventa del siglo pasado.

Durante una de las etapas médicas, en las que, sí había semanas de la vacunación, el entonces Presidente Ernesto Zedillo Ponce de León lanzó la frase con su usual humorismo que era calificado de ¡ternurita!

El entonces secretario de Salud no pudo más que sonreír, aunque le caló la frase en su contra, pero no podía refutar a quien le confió la dependencia a su cargo.

Sin saberlo ni predecir el futuro, Juan Ramón de la Fuente percibió que tendría que cargar con esa frase el resto de su vida.

Y Zedillo sin pretenderlo, en ese momento, adivinó que de la Fuente no era lo que se decía de él, cuando menos en ese momento, ni después tampoco.

El hoy secretario de Relaciones Exteriores es de esos personajes sobrevalorados y que se cobija en el manto de la rectoría de la UNAM.

Sin embargo, sus panegiristas olvidan cómo se dio el ingreso de Juan Ramón a la rectoría de la máxima casa de estudios de México.

La UNAM se encontraba tomada por un grupo de estudiantes que impedían el trabajo cotidiano y la asistencia a las aulas, donde ondeaban las banderas rojiblancas.

El entonces rector Francisco Barnés de Castro presentó un proyecto para modificar las cuotas que se cobran en la UNAM, lo que provocó una huelga estudiantil y además transformaba las condiciones de ingreso a la institución educativa.

Ante el alargamiento de la huelga y el escaso apoyo que tenían los estudiantes huelguistas, el gobierno federal decidió actuar y relevar al rector, por el entonces secretario de Salud Juan Ramón de la Fuente, quien apoyado por la fuerza pública fue llevado a la rectoría.

De esa forma, Zedillo se deshizo del médico que no curaba ni un pulque y este consiguió prestigio en dos períodos en que la UNAM se mantuvo tranquila, descartados los cambios que se pretendían.

De ahí en delante de la Fuente vivió del prestigio y hasta fue candidateado como aspirante a la Presidencia de la República, lo que no se concretó, pero uno de los candidatos lo sumó a su equipo, aunque fue hasta el tercer intento que pudo regresar a la administración pública federal, convertido en experto en diplomacia.

Una nueva administración lo convirtió en secretario de Relaciones Exteriores, basado en su amplia experiencia como diplomático (cinco años).

En su papel de canciller, de la Fuente ha sido un fiasco, poco es lo que aporta en esta crisis diplomática que se vive con Estados Unidos, donde su antecesor en el cargo, Marcelo Ebrard, es quien lleva la delantera y cumple con dos funciones, la de secretario de Economía y la de Canciller.

Y es aquí cuando surge la pregunta, hasta cuándo lo tolerará la Presidenta Sheinbaum Pardo en el cargo diplomático, donde no muestra funcionalidad, ni conocimiento diplomático.

Tal vez el médico ya sepa curar un pulque y pueda funcionar con su verdadera especialidad, la que podría aplicar a muchos de sus compañeros de la 4T que se encuentran desbocados y desubicados.

Email: ramonzurita44@hotmail.com

Email: ramonzurita44@gmail.com

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