EZLN marcha en todo Chiapas contra la guerra en Ucrania y demás conflictos capitalistas
Un grupo de mujeres sube corriendo por el camino principal del Caracol zapatista de Oventic, que está hundido en la neblina de los Altos de Chiapas. Traen unos ponchos de plástico para protegerse de la llovizna y unos morrales donde guardan sus pasamontañas. Trepan en las redilas que las esperan en la carretera y pronto, justo antes de que el sol se asome, la caravana de vehículos zapatistas se dirige a San Cristóbal de Las Casas.
Ayer miles de zapatistas marcharon en San Cristóbal de Las Casas y en otras cinco cabeceras municipales chiapanecas – Yajalón, Palenque, Ocosingo, Las Margaritas y Altamirano – en repudio a “todas las guerras capitalistas actualmente en curso en varios rincones del planeta”: desde el conflicto en contra del pueblo mapuche a las guerras de Palestina, Siria, Kurdistán y Ucrania. “Y tantos y tantos procesos libertarios que son agredidos, perseguidos, asesinados, silenciados, distorsionados”, escribe el EZLN en su último comunicado.
Los zapatistas marcharon en diversos municipios de Chiapas en protesta de los conflictos armados alrededor del mundo.
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— Animal Político (@Pajaropolitico) March 13, 2022
Cuando la caravana zapatista llega al periférico de San Cristóbal de Las Casas, en las redilas aparecen las capuchas: los bases de apoyo se ponen sus pasamontañas y se arreglan el paliacate al cuello. Están listos para marchar y demonstrar una vez más su fuerza política y organizativa. Se dispondrán en filas detrás de sus mantas y de un carro con perifoneo.
“Pueblo de México y del mundo, nosotras las mujeres zapatistas decimos que tu dolor es nuestro dolor”, dirá al micrófono una voz femenina. “Llamamos a que nosotras como mujeres organicemos a nuestros pueblos para movilizarse cada quien en su geografía y su calendario, para parar la guerra injusta, porque las más afectadas somos nosotras por ser mujeres y por ser madres”.
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Desde hace casi 8 años las bases zapatistas no marchaban en San Cristóbal de Las Casas. Era octubre de 2014 cuando la solidaridad con los familiares de los 43 de Ayotzinapa convocó unos 20 mil encapuchados a manifestarse con mantas que decían “su dolor es nuestro dolor”, “su rabia es nuestra”.
En los años siguientes el EZLN organizó festivales de artes y ciencias, de cine, de danza y seminarios de análisis de la coyuntura política nacional e internacional. El zapatismo aprovechó la campaña electoral de 2018 para presentar a una candidata indígena – María de Jesús Patricio Martínez -, con la intención de posicionar en el debate público temas relacionados con la defensa de tierra y territorio.
Luego llegó la pandemia, el EZLN emitió una alerta roja y los Caracoles cerraron. Durante sus meses de cuarantena, los zapatistas gestaron su iniciativa más ambiciosa: un viaje de unas 140 bases de apoyo en todo Europa para encontrar y conocer a las luchas locales. Lo hicieron discretamente: no buscaron a los reflectores cuando salieron de Chiapas, ni durante su gira europea.
De acuerdo con este espíritu internacionalista, ayer el EZLN volvió a tomar pacíficamente las calles de todo Chiapas. Sus pancartas hablaban de conflictos lejanos, pero las miradas detrás de los pasamontañas conocen el dolor de la guerra. La comunidad zapatista de Nuevo San Gregorio, por ejemplo, vive cercada por un grupo llamado “de los 40 invasores”, que quitó 152 hectáreas de tierras a las familias zapatistas, dejándoles sólo unas 3. También la comunidad autónoma Moisés y Gandhi vive bajo ataques constantes, en su caso por el grupo armado Organización Regional de Cafeticultores de Ocosingo (ORCAO), que dispara en contra de las casas zapatistas, ha incendiado las instalaciones autónomas y ha secuestrado tres bases de apoyo del EZLN, dos de ellos integrantes de la Junta de Buen Gobierno de Patria Nueva.
“Chiapas al borde de una guerra civil” es el titulo de un comunicado que el EZLN emitió en septiembre de 2021, tras el secuestro de sus dos compañeros. De hecho, hay conflictos en muchos municipios del Estado que llevaban años gestándose, fueron descuidados por las autoridades y finalmente estallaron. En algunos casos no se trata de ataques directos a la población zapatista, pues afectan a ella como a los partidistas.
En Oxchuc, el grupo armado María Tulukes controla la cabecera municipal desde mediados de diciembre, cuando las elecciones por usos y costumbres acabaron en enfrentamientos entre grupos de pobladores. En Chenalhó operan unos grupos armados que atacan a la población de Chalchihuitán y Aldama, causando muertos, heridos y miles de desplazados. En Pantelhó, en julio de 2021 la población se rebeló en contra de la familia caciquil que abrió la puerta a la entrada de las organizaciones criminales, responsables de unas 200 muertes, y formó algo inédito en Chiapas: un grupo de autodefensas. Unos meses después, siguiendo su ejemplo, se presentaron públicamente otros tres grupos de autodefensas en un Estado donde, hace menos de un año, no había ninguno.
La marcha zapatista recorre a buen paso las calles del centro histórico de San Cristóbal de Las Casas. Los turistas observan estupefactos, los sancristobalenses salen de las tiendas y enmudecen.
“¿Qué pasa?”, pregunta maravillada una mujer con un bebé.
“Es por lo de Ucrania”, le contesta un hombre que graba el desfile con su celular.
“Alto a la guerra. Ni Putin ni Zelensky”, dice una de las mantas del EZLN, que una vez más no toma partido con ningún Estado y se solidariza con los pueblos en resistencia de ambos países.
Un helicóptero sobrevuela la ciudad, mientras los tercios compas – los comunicadores del EZLN – corren de un lado al otro de la marcha registrando cada momento con sus grabadoras y cámaras. Un zapatista reparte volantes a las personas que pasean en uno de los andadores turísticos.
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Cuando la marcha entra en el zócalo de la ciudad colonial – la misma plaza que el EZLN tomó con las armas en 1994 y en muchas más ocasiones ocupó pacíficamente – empiezan los aplausos de los simpatizantes zapatistas. “Bienvenidos”, gritan algunos. “Gracias”, dicen otros. Una turista norteña se cuela entre ellos y se coloca al frente de la marcha, a lado de dos mujeres encapuchadas que cargan una bandera con una estrella roja. Posa feliz para la foto.
La marcha zapatista sigue en la ciudad de las contradicciones. Son más de 6 mil los marchantes en San Cristóbal de Las Casas y otros miles se manifestaron en otras cabeceras municipales chiapanecas. “Somos millones de hermanos y hermanas en el mundo que sufrimos la misma guerra injusta del capitalismo, por eso: ¡A organizarnos!”, es la invitación del EZLN.
Con información de Animal Político