La vehemencia con la que ayer Andrés Manuel López Obrador reclamó en su rueda de prensa mañanera a los medios que no destacaron en sus primeras planas u horarios estelares el inicio del juicio contra el ex secretario de Seguridad Pública de México, Genaro García Luna, acusado de ser cómplice de “El Chapo”, en el Tribunal Federal del Distrito Este de Nueva York, contrasta con las nulas acciones que el Gobierno de la 4T hizo para intentar detenerlo a su llegada al poder desde diciembre del 2018.

Y es que el autollamado Gobierno de la cuarta transformación no hizo efectiva la frase presidencial del “no somos iguales” en materia de persecución a los capos y las bandas del crimen organizado y los funcionarios y ex funcionarios que se coludieron con ellos.

Al igual que en los gobiernos panistas en los que García Luna fue amasando un inmenso poder al convertirse en el súper policía encargado de la guerra contra el narco, y en los anteriores y el último Gobierno priista del pasado sexenio, el actual ha ido a la zaga en la detención de mafiosos y funcionarios a los que cooptaron. Ninguna diferencia marcó tampoco la 4T con el uso de la información que reveló, por ejemplo, Joaquín “El Chapo” Guzmán, y que en Estados Unidos fue clave, para detener el 10 de diciembre de 2019 en Dallas, Texas, al responsable de la seguridad del país en el sexenio del panista Felipe Calderón

Como en su momento apunté, el Gobierno de López Obrador no hizo prácticamente nada con toda la información que reveló “El Chapo” a lo largo de casi tres meses en el llamado juicio del siglo en Nueva York, en el que atestiguaron 56 hombres y mujeres, y concluyó cuando ya gobernaban, en febrero de 2019.

Además de los sobornos a García Luna, en este litigio en territorio estadounidense se escuchó también de dádivas del narco a los presidentes Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, e incluso a colaboradores del propio AMLO en la campaña del 2006. También de las complicidades de mandos militares y policiales con el Cártel de Sinaloa, los asesinatos ordenados, entre los que apareció el del destacado periodista Javier Valdez, detalles de sus fugas de prisión, y hasta de presuntos actos de pederastia de Guzmán Loera.

Nada de esto supimos en las tres ocasiones que fue detenido en México, dos de las cuales escapó de prisión.

Pero el Gobierno de López Obrador ningún seguimiento le dio a lo que se dijo en este juicio, como en su momento nada pasó con lo que confesó “El Chapo” en privado y nunca se hizo público, cuando lo detuvo el Gobierno de Enrique Peña luego de su primera recaptura en Mazatlán tras más de una década de haberse fugado de Puente Grande. Tampoco de quién lo ayudó a fugarse el 11 de julio de 2015 del penal de máxima seguridad de Almoloya cuando lo recapturaron en enero de 2016 por segunda vez, también en Sinaloa.

Por eso la Fiscalía General de la República de la 4T actuó hasta después que García Luna fue detenido en Estados Unidos acusado de recibir sobornos millonarios del Cártel de Sinaloa, limitándose al anuncio de que solicitaría una orden de aprehensión con fines de extradición contra este ex funcionario mexicano, con la que nada pasó.

Esperemos que con la información que empiece a revelar el villano favorito del lopezobradorismo ahora sí acabe la impunidad, y al menos en los dos años que les restan de Gobierno actúen con mayor oportunidad. Veremos.

 

 

Con información de Informador

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