La batalla por el Golfo de California y el costo político de un país que decide tarde y mal
BITÁCORA INQUIETA
Jesús Octavio Milán Gil
La soberanía no se declama: se ejerce. Y un país que entrega su mar a las corporaciones fósiles pierde mucho más que territorio: pierde rumbo.
I. Golfo de California: donde el país se mira al espejo… y no le gusta lo que ve
El Golfo de California —ese que Cousteau llamó “el Acuario del Mundo”— dejó de ser solamente un santuario marino. Hoy es, simultáneamente, una mina energética, una vitrina turística, un corredor industrial y un tablero geopolítico donde México, Estados Unidos, Europa y Asia disputan algo más que gas: disputan el rumbo del siglo XXI en la región más biodiversa del continente.
La paradoja es brutal: mientras el mundo acelera para abandonar los combustibles fósiles, México protagoniza una carrera para multiplicar seis megaproyectos de Gas Natural Licuado (GNL) en una zona que la Unesco insiste en proteger.
Un mar que debería ser escuela de vida se está convirtiendo en laboratorio del extractivismo fósil tardío.
Y ahora, la ONU ha hablado. Fuerte. Directo. Sin metáforas.
II. Cuando nueve relatores de la ONU dicen “peligro”
Las comunicaciones enviadas en septiembre al gobierno de México, y antes a empresas suizas, alemanas y estadounidenses, no dejan margen para el optimismo.
Los relatores advierten sobre:
Daños severos a 12 Áreas Naturales Protegidas,
Riesgos críticos para 33 humedales Ramsar,
Amenaza directa sobre pueblos indígenas,
Impactos sobre 11 millones de personas,
Y la posibilidad real de que México pierda la categoría de Patrimonio Mundial en el Golfo de California.
No es un comunicado burocrático.
Es una señal internacional de alarma.
Es la diplomacia ambiental diciéndole al país:
“Están perforando donde no deben y están decidiendo sin escuchar a quienes viven ahí.”
III. El discurso oficial: desarrollo, inversión, empleos…
La narrativa gubernamental —que no es nueva ni exclusiva de un solo gobierno— sostiene que estos proyectos:
Generarán empleos,
Crearán infraestructura,
Impulsarán exportaciones,
Y colocarán a México como potencia energética de Norteamérica.
Hasta ahí, la historia se escucha razonable. Pero incompleta. Muy incompleta.
Porque no se dice que el GNL es un combustible fósil que, aunque más limpio que el combustóleo, sigue siendo parte del problema climático global. Tampoco se dice que estos megaproyectos tienen vida útil de 30 a 40 años, lo que amarra al país a una matriz fósil justo cuando las grandes economías están acelerando a renovables.
México corre el riesgo de hacer inversiones del siglo XX en un planeta que ya cambió de siglo.
IV. La verdad sin maquillaje: México está hipotecando su mar más valioso
El Golfo de California —Patrimonio Mundial declarado por la UNESCO desde 2005— no está siendo amenazado por el cambio climático, por la pesca ilegal o por la negligencia histórica.
No.
Hoy está siendo amenazado por decisiones políticas tomadas en nombre del “desarrollo”, respaldadas por corporaciones que llegaron a México cuando el resto del mundo ya les cerró la puerta.
Mientras la comunidad científica repite que la ventana climática se reduce, mientras la UNESCO advierte riesgos a su declaratoria y mientras nueve relatores de la ONU envían comunicaciones urgentes, México camina hacia un error histórico: convertir el Acuario del Mundo en una plataforma de exportación fósil para abastecer mercados extranjeros que ya están dejando de consumir gas.
Esto no es un malentendido técnico.
Es una decisión política regresiva.
V. Los datos que desmontan la narrativa oficial: CONANP, UNESCO, ONU-ACNUDH y RAMSAR.
1. Patrimonio Mundial en riesgo real
La UNESCO ha advertido, desde 2019, que el Golfo de California podría ser inscrito en la Lista de Patrimonio Mundial en Peligro, hoy vigente para sitios con deterioro crítico. La causa principal:
pérdida de biodiversidad,
captura incidental,
expansión industrial no regulada,
megaproyectos energéticos sin evaluación estratégica.
Los proyectos de GNL intensifican exactamente estos riesgos.
2. Impacto directo sobre Áreas Naturales Protegidas
La CONANP registra 12 ANP en el Golfo de California que serían afectadas por rutas marítimas, dragados, terminales, ductos y emisiones térmicas asociadas a las plantas de GNL.
Ejemplos críticos:
Reserva de la Biósfera Alto Golfo de California y Delta del Río Colorado
Reserva de la Biósfera Islas Marías
Reserva de la Biósfera Isla San Pedro Mártir
Parque Nacional Bahía de Loreto
Estas zonas concentran especies endémicas únicas en el planeta; no son reemplazables, no son mitigables.
 3. 33 sitios Ramsar bajo amenaza directa
México reporta ante la Convención Ramsar 33 humedales de importancia internacional en la región del Golfo.
Los proyectos de GNL implican:
ampliación de puertos,
dragados de canales,
incremento en tráfico de buques metaneros,
riesgo de derrames térmicos y salinos,
fragmentación de hábitats esenciales para tortugas, mamíferos marinos y aves migratorias.
Los humedales Ramsar son obligatoriamente protegidos por tratados internacionales que México firmó.
4. Las comunicaciones oficiales de la ONU
Los datos duros emitidos por nueve relatores del Consejo de Derechos Humanos (documento del 2 de septiembre de 2025) señalan:
Riesgo para 11 millones de personas de comunidades costeras.
Potenciales violaciones al derecho a un medio ambiente sano.
Afectaciones a pueblos indígenas (yaquis, mayo-yoreme, kumiai, cucapá).
Daños acumulativos no evaluados en 20 años.
Falta de consultas previas, libres e informadas.
La ONU advierte que México y las empresas podrían incurrir en responsabilidad internacional.
“Nos gustaría expresar nuestra seria preocupación por los impactos adversos sobre los derechos humanos causados por actividades como la explotación de combustibles fósiles, incluido el Gas Natural Licuado (GNL) que contribuyen al cambio climático, a la pérdida de la biodiversidad y a la contaminación, e impactan negativamente en el disfrute de los derechos humanos -advirtieron los relatores de Naciones Unidas.”
5. La vida útil de los megaproyectos: 30–40 años
Es decir: México está autorizando infraestructura fósil que operaría hasta 2060, cuando los compromisos climáticos obligan a recortes de -45% en emisiones para 2030 y neutralidad a 2050.
Los megaproyectos de GNL no solo contradicen la ciencia, contradicen los tratados que México firmó (Acuerdo de París, Escazú, CBD, Ramsar, CITES).
VI. La política detrás del gas: ¿transición o retroceso?
México se vende como potencia energética limpia mientras autoriza infraestructura fósil que amarrará a tres generaciones al gas.
Es una política contradictoria que genera beneficios inmediatos para corporaciones privadas, mientras coloca al país en desventaja tecnológica frente a la transición energética norteamericana y europea.
El discurso de “empleo y desarrollo” es la clásica narrativa del extractivismo: promete prosperidad, entrega territorio, y al final deja pasivos ambientales, conflictos sociales y comunidades empobrecidas.
La pregunta no es técnica:
¿Por qué se decide contra la evidencia?
Porque se apuesta a un crecimiento rápido, político, visible y medible en sexenios, no en generaciones.
El GNL es rentable para gobiernos que necesitan mostrar inversiones; no para países que necesitan sobrevivir climáticamente.
VII. El costo político: un país que desoye a la UNESCO y a la ONU
Nunca en la historia reciente México había acumulado tantas advertencias simultáneas:
UNESCO alertando sobre pérdida de estatus de Patrimonio Mundial.
ONU alertando sobre violaciones de derechos humanos.
CONANP señalando impacto grave en ANP.
ONG ambientales denunciando daño irreversible.
Cooperativas pesqueras acusando afectación a sus medios de vida.
Seguir adelante implica algo más que desgaste ambiental:
implica que México rompe consensos internacionales de protección.
Cuando un país ignora a la UNESCO, desafía a la ONU y recorta participación comunitaria, paga un costo reputacional que termina por alejar inversiones limpias, turismo, cooperación científica y diplomacia ambiental.
VIII. El último territorio en disputa: soberanía o sumisión energética
El Golfo de California está dejando de ser un ecosistema para convertirse en la última frontera del negocio fósil hemisférico.
Las empresas lo saben.
Llegan donde aún pueden operar sin tantos requisitos, con laxitud regulatoria, con vacíos legales, con gobiernos urgidos de inversión exterior.
La soberanía se erosiona cuando un país permite que su territorio se defina por intereses cuya brújula apunta hacia mercados extranjeros.
No es exageración:
si estos megaproyectos avanzan sin una evaluación estratégica ambiental, sin consulta indígena y sin límites claros, México renuncia en la práctica a administrar su patrimonio marino.
IX. Lo que está en juego no es gas: es el proyecto de nación
Este no es un debate energético; es un debate civilizatorio.
¿Queremos un país fósil exportador para las próximas cuatro décadas
o
un país que se adelante a la transición energética que ya domina Norteamérica?
¿Queremos un Golfo de California convertido en corredor de buques metaneros
o
un patrimonio vivo capaz de generar ciencia, turismo, empleo y soberanía ecológica?
¿Queremos obedecer a las corporaciones fósiles
o
obedecer a la evidencia científica y a las obligaciones internacionales?
Estos megaproyectos son irreversibles.
Lo que está en juego no es empleo temporal: es el futuro ecológico, político y diplomático de México.
EPÍLOGO: El país que decide tarde paga caro
Si México insiste en caminar hacia el pasado energético, no será el mar quien pague el precio: seremos nosotros.
Las especies pueden extinguirse, sí; pero también se extinguen las oportunidades históricas.
El Golfo de California no necesita discursos.
Necesita decisiones valientes, información transparente y una política que entienda que la soberanía se construye protegiendo la vida, no hipotecándola.
Porque un país que sacrifica su mar para exportar gas no está construyendo desarrollo:
está redactando su epitafio energético.
GLOSARIO:
GNL
Gas Natural Licuado.
Gas metano enfriado a –160 °C para transportarlo en estado líquido. Es altamente rentable para exportación, pero genera fuertes impactos ambientales, especialmente en zonas costeras y marinas por terminales, buques metaneros y emisiones fugitivas.
CONANP
Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (México).
Organismo federal encargado de administrar, vigilar y conservar las Áreas Naturales Protegidas (ANP). Depende de SEMARNAT. Emite dictámenes técnicos y alertas cuando megaproyectos amenazan ecosistemas estratégicos como el Golfo de California.
ANP
Área Natural Protegida.
Espacio terrestre o marino decretado por el Estado mexicano para conservar biodiversidad, hábitats críticos y servicios ecosistémicos. Incluye: Reservas de la Biósfera, Parques Nacionales, Áreas de Protección de Flora y Fauna, etc.
En México hay más de 26 millones de hectáreas bajo esta figura.
ACNUDH
Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
Órgano de la ONU responsable de proteger derechos humanos, incluido el derecho a un medio ambiente sano.
Desde esta oficina se envían comunicaciones oficiales a gobiernos (como la advertencia a México por los proyectos de GNL en el Golfo de California).
RAMSAR
Convención de Ramsar sobre los Humedales de Importancia Internacional (1971).
Tratado global para la protección de humedales críticos (manglares, estuarios, marismas, lagunas costeras).
México tiene 144 sitios Ramsar, varios en el Golfo de California, donde están los megaproyectos cuestionados.
CBD
Convention on Biological Diversity – Convenio sobre la Diversidad Biológica (ONU).
Tratado internacional para conservar biodiversidad, usarla sosteniblemente y asegurar distribución justa de beneficios.
México es país megadiverso y signatario desde 1993.
Los megaproyectos en regiones de alto valor ecológico pueden violar principios del CBD, especialmente los de “no regresión” y “precaución”.
CITES
Convention on International Trade in Endangered Species of Wild Fauna and Flora – Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas.
Regula el comercio internacional de especies silvestres para evitar su extinción.
El Golfo de California alberga especies bajo CITES, como tortugas marinas, totoaba, ballenas, tiburones y corales que podrían verse afectados por infraestructura de GNL.
El saber no descansa, la lectura provoca y el pensamiento sigue. Nos vemos en la siguiente columna.

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