La llegada de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia de la República generó un cambio en el régimen político y a cuatro años de distancia, su gobierno muestra que es menos democrático y está enfocado no en transformar, sino en demoler lo construido, plantearon expertos. Durante el panel “Instrucciones para desarmar una democracia: El cambio de régimen en el México postransición”, realizado en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, la politóloga Denise Dresser expuso que la cuarta transformación que encabeza el presidente López Obrador sí ha logrado un cambio de régimen, pero éste es menos democrático.

La destrucción metódica ha empoderado a un solo hombre, parado en el llano en llamas tendido desde Palacio Nacional”

“La transformación como seducción y erosión democrática, a mí sí me parece que ya estamos frente a la posibilidad de un nuevo régimen, es menos democrático. Ahora a cuatro años de distancia, ¿qué sorprende? Ver cómo seguidores, promotores fueron seducidos por una promesa de cambio que se distancia día con día de las aspiraciones democráticas. El lopezobradorismo fomenta una plétora de ideas francamente xenofóbicas y simplemente patrioteras, alarmantemente militaristas y autoritarias”, planteó durante su participación. Este 1 de diciembre, el presidente Andrés Manuel López Obrador cumple cuatro años de gobierno. En opinión de Dresser, en estos 48 meses, el mandatario federal ha optado por destruir lo heredado por otros gobiernos que en esencia se traduciría en “arrasar para sembrar”, aunque esto último no está sucediendo. “La evidencia sugiere lo contrario, el gobierno no está construyendo, no una nueva institucionalidad, ni está remodelando lo que heredó para lidiar con un orden profundamente injusto… Una transformación que no aspira a transformar lo heredado sino demoler lo que logramos construir”, destacó. Para la politóloga, el de López Obrador más que un gobierno es una narrativa, que desatiende de los resultados, y en la que se proyecta como el único capaz y demuestra desprecio a todo lo demás. “Su gobierno no actúa como tal, no se concibe como regulador, como administrador, defensor del Estado de Derecho más bien es una legión combatiente, que toca los tambores de guerra a diario, con escenografía, con centralización y por ello las decisiones que toma no están fincadas en la realidad que promete transformar, sino en el mito que quiere edificar. No busca inaugurar, es una forma de democracia de instituciones remodeladas o una política social que verdaderamente reduzca el número de pobres, su proyecto es colgar un espejo que lo refleje al doble. De su tamaño, importa más cómo se ve, qué mensaje manda que sí funciona o no”, explicó.

La democracia enfrenta embates Blanca Heredia, profesora-investigadora en el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), consideró que a nivel mundial, la democracia está sufriendo embates en tres de sus pilares: elecciones libres, poder Judicial y una prensa libre, y eso también está sucediendo en México. “En el caso mexicano, hay un conjunto de abolladuras en esos tres pilares fundamentales. Donde hasta el momento veo en la operación concreta menos abolladuras es en la parte de elecciones libres, pero está en riesgo dada la reforma que el presidente y su gobierno están impulsando”, subrayó. Sobre el segundo pilar, consideró que ha resistido los embates de un gobierno que ha hecho rechinar al país al tocar en los límites constitucionales. Un ejemplo de ello, dijo, fue la decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) de declarar inconstitucional la prisión preventiva oficiosa para delitos fiscales. “No es porque esté a favor de la evasión fiscal, sino porque evidentemente es el principal instrumento del gobierno en contra de la oposición. En lo individual, porque así trabaja el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, trabaja por la vía de atemorizar a individuos, no de forma colectiva, entonces la Corte lo privó de un mecanismo fundamental de cada al 24”, destacó. En el caso de la prensa libre, dijo que se ha podido resistir, pero a un costo alto por el número de periodistas que han perdido la vida. Carlos Bravo Regidor, maestro y doctor en Historia en la Universidad de Chicago y columnista de Expansión Política , consideró que el triunfo de Andrés Manuel López Obrador fue más un cambio en el sistema de partidos que un cambio de régimen. “El colapso del sistema de partidos de la transición a que el voto por el PRI, por el PAN, se desplomó como nunca y quizá para siempre, no es que dichos partidos hayan desaparecido, es más bien que fueron, sobre todo el PRD y el PRI, devorados por el lopezobradorismo, y de ahí en adelante ese síntoma se ha hecho más evidente manifestándose como un proceso desacelerado de desinstitucionalización, el conflicto político”, dijo. Bravo Regidor consideró que en los últimos años, México ha atravesado por un proceso de involución democrática, pues si bien todavía hay partidos, ya no un sistema de partidos propiamente.

 

Con información de Expansión

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