DOMINGRILLA

FRANCISCO CHIQUETE 

De algunos presidentes salientes se pudiera decir que fueron ajenos a la finitud de su tiempo, pero no de Andrés Manuel López Obrador. Precisamente porque sabe que ya se va, el viernes refrendó su disposición transexenal de que la política de seguridad debe seguir la premisa de abrazos, no balazos, traducida en “atender las causas y no combatir fuego con más fuego”.
Su discurso del viernes en Rosario fue verdaderamente indignante. Ajeno a la realidad que vive el estado, dijo que el ejército ya trabaja en la pacificación de Sinaloa, con la instrucción “que parece contradictoria” de evitar los enfrentamientos. “El mal hay que enfrentarlo haciendo el bien, pero si el mal no entiende de que por encima de todo está el pueblo, el interés popular, entonces sí se hace sentir el estado, es decir, entonces sí se tiene que poner orden lo que ya se está haciendo aquí en Sinaloa”.
¿A dónde, señor presidente? A 30 kilómetros de donde se realizó el acto inaugural que lo trajo a nuestro estado, sigue incendiado el municipio de Concordia; más adelante la maxipista Mazatlán-Durango fue bloqueada con camiones incendiados. Cientos de pasajeros fueron bajados por los delincuentes para usar los vehículos como piras. Pocas horas después, a las tres de la mañana del sábado, se hizo lo mismo en la autopista Mazatlán-Culiacán, bloqueada por enésima vez en estas tres semanas de guerra. Cuando pudieron abrir el paso, descubrieron cinco cadáveres.
Si el presidente cree que todavía tenemos tiempo para sentarnos a esperar los resultados de su experimento humanitario, se equivoca. Cien muertes violentas en este breve periodo son más que suficientes para darse cuenta de que por ahí no va la cosa.
Lo grave es que a estas alturas deberíamos estar discutiendo las propuestas de gobierno de la presidenta electa, no las teorías fracasadas de Andrés Manuel López Obrador. Doscientos mil asesinatos en el transcurso de su sexenio son prueba irrefutable que en cualquier otra nación habría sido suficiente para revisar las estrategias y hasta cambiar a sus ejecutantes, pero en el país de la cuarta transformación nada de eso es posible.
Si al presidente le gusta tanto la política vintage, en que se reciclan los enfrentamientos de liberales contra conservadores y se ponía la honra de un país en la libertad de algún delincuente, debe haberle alegrado saber que los narcos sinaloenses recuperaron la vieja práctica de volantear desde avionetas.
En 1914 hubo víctimas del primer bombardeo aéreo, durante el sitio de los constitucionalistas a Mazatlán. Las pérdidas fueron mayores porque toda la gente solía correr tras las nubes de papeles que se dejaban caer desde el aire. En mi remotísima infancia también correteábamos la ruta de los aviones a la espera de que “echara papeles” de algún circo u otro espectáculo que se estuviese promoviendo. El viernes, antes que AMLO llegara a Sinaloa, fueron los narcos quienes utilizaron avionetas para soltar su mensaje contra los oponentes en las principales ciudades de la entidad. Algo admiraba a los estudiosos: la habilidad de los nuevos cuadros de la delincuencia organizada para utilizar las redes sociales en su propósito de sembrar el terror. Hoy vemos que son multitask, y también recurren a las prácticas antiguas.
¿Y el gobierno? ¡Bien, gracias! Esperando a que los muchachos dejen de ser halcones, punteros o sicarios porque se les otorgan becas por estudiar y hasta por no estudiar. ¿De veras cree, señor presidente, que haciendo el bien de esa manera queda usted exento de hacer el bien librando a los ciudadanos de la amenaza delictiva con acciones concretas?
Doce años de burlarse de la falla de Felipe Calderón en su desastrosa guerra contra el narco, han marcado a este gobierno, que escogió la inmovilidad.
Pero insistamos. ¿También la presidenta electa sostiene ese criterio?
NO NOMÁS LAS
BALACERAS
Se supone que Mazatlán está fuera del epicentro de esta guerra, que los puntos “focalizados” en que ocurren los enfrentamientos no incluyen a nuestra ciudad, pero los taponamientos a las carreteras nos tienen con gran pendiente; los levantones de jóvenes se difunden a la orden del día; las amenazas reales o supuestas abundan, generando problemas emocionales muy serios a la población en general.
Al principio vimos un video aéreo de las calles de La Cruz de Elota. Solas, tan quietas que ni los perros se atravesaban. Ni siquiera las aves fueron avistadas por los drones. Luego vimos un video de Culiacán, de esta semana. El Centro de la Ciudad, el Callejón del Ángel tan bullicioso, los bulevares del Tres Ríos, todos solitarios a las siete de la noche.
Ya son cientos los comercios afectados, que ven comprometida su posibilidad de subsistir. Alguien con mucho ingenio definió esa situación como “narcopandemia”, en recuerdo de los daños económicos que provocó el encierro a que nos forzó la presencia del Covid. Las pérdidas son por miles de millones de pesos.
Este viernes, Sinaloa en Línea hizo un recorrido visual por las calles del Centro Histórico: la Plazuela Machado, siempre atestada durante el fin de semana, estaba sola como pocas veces. Algunos chamacos que parecían más inconscientes que divertidos, pero no mucho más. Las mesas de los restaurantes y bares estaban desoladas. Por la zona de la Marina el sábado fue de afluencia regular en el transcurso del día, pero cayó por la noche porque subsisten rumores hasta ahora infundados de que hay movimiento de gente armada por la zona norte de la ciudad.
La hotelería de Culiacán confiesa que le han cancelado el 90 por ciento de las reservaciones que tenía para esta parte del mes y los festejos por el 493 aniversario de la fundación de Culiacán se suspendieron también. Eso sí: los organizadores de la Feria Ganadera siguen ofreciendo boletos para el palenque, en que tienen programados a los principales exponentes de la narcomúsica. De aquí a noviembre, deben calcular, ya surtió efectos la política de combatir el mal con buenas acciones.
DIPUTADOS:
UN DÍA MENOS
Este lunes 30 de septiembre se instalará la nueva legislatura del Congreso del Estado -la LXV-. Como se sabe, es un día antes de lo que marca la ley, porque ni los salientes ni los entrantes quisieron coincidir con la toma de protesta de la presidenta Claudia Sheinbaum, que ocurre el primero de octubre, como debió ocurrir la instalación de los nuevos diputados.
La única razón real de este cambio es que no quisieron hacer la ceremonia sin la presencia del gobernador Rubén Rocha Moya, quien sí tiene la obligación y el interés de estar presente en la ceremonia del relevo presidencial. Los diputados entrantes y salientes carecen hasta de invitación a la ceremonia, con la excepción quizá del presidente de la Junta de Coordinación Política, lo que por cierto se complica por el relevo local que se produce cuando ya las invitaciones fueron extendidas.
Pregunta ociosa: ¿el día se va a pagar a los diputados salientes o a los entrantes?
PARECE QUE
SÍ SE LE HACE
Todos los trascendidos indican que a Feliciano Castro Meléndrez se le hará alcanzar el cargo de secretario general de gobierno, pero todavía hay quienes advierten que si el viernes cuatro de octubre todavía no rinde protesta, es porque Enrique Inzunza Cázares le ganó la partida y le aplicó el cordonazo de San Francisco.
En cambio el que anda alucinando con que a lo mejor su padrino sí le cumple, es el alcalde de Mazatlán Edgar Augusto González Zataráin, quien ya presume que tiene cargo asegurado, pero ni confirma ni desmiente que sea la secretaría general. “no me han dicho a dónde”, alega con sus amigos.
Entre los movimientos que están por concretarse está el destino de la Secretaría de Turismo. Ya el gobernador adelantó desde hace mucho que estaba destinada para una mujer, probablemente diputada en funciones, y más recientemente soltó que están pensando en “hacer un movimiento por ahí”.
Al parecer se trata de degradar la dependencia a subsecretaría, para que dependa de Economía, lo que por supuesto generaría mucho malestar en Mazatlán, aunque eso no parce ser preocupante. La explicación es la que siempre se da en la 4T: ahorros presupuestales. La verdad es que el turismo no es uno de los asuntos que les quite el sueño a los culichis, y hacen mal, porque no han sacado cuentas sobre lo que significa el Producto Interno Bruto generado por el turismo en Sinaloa. Ya en algina ocasión ha superado a la agricultura, y con la debacle de los precios y la falta de agua, puede volver a ocurrir.
SEGUNDA DECEPCIÓN
La primera parte del gabinete de Claudia Sheinbaum hizo abrigar esperanzas sobre un cambio importante en las políticas públicas que no tuvieran qué ver con los programas sociales. Ya la segunda parte y las posteriores fueron una decepción absoluta. Nomás faltó la ratificación de Manuel Bartlett o de Ignacio Ovalle, pero muchos de los lópezobradoristas cuestionados están ahí.
Ahora viene otra: uno de los nombres mejor recibidos fue el del próximo canciller, Juan Ramón de la Fuente. Con alguien de su nivel y trayectoria, pensamos muchos, se acabaron las ocurrencias y caprichos en las relaciones exteriores de nuestro país.
Pero antes de tomar protesta ya le metieron el primer gol: el escándalo de la exclusión al rey de España en las invitaciones a la toma de protesta. Muchos seguidores de AMLO festinan y advierten que ningún rey es bienvenido a México y se envuelven en el huipil de la patria indígena. La soberbia de Felipe VI puede caernos como patada de mula, pero es el jefe del estado español y no tenemos por qué andar sacándole la lengua a todo el que se nos ocurra. El mundo se maneja de modo distinto al siglo XIX, en que parece instalada la clase política morenista. El valor de un personaje como De la Fuente era precisamente el respeto a su trayectoria, que le permitiría decir a la presidenta lo que se puede y lo que no se puede hacer, pero ha preferido callar, igual que hizo Ebrard e igual que han hecho muchos de los cancilleres anteriores.
Lástima por su trayectoria y por el país.

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