El barco de Morena se hunde en el fango de la corrupción y algunos de sus fundadores, como Jaime Cleofas Martínez Veloz,  empiezan a abandonarlo, acusando que el partido fundado por Andrés Manuel López Obrador “abandonó su alma”.

En un mensaje subido a sus redes sociales, el político coahuilense señala que quienes dirigen Morena se alejaron del pueblo para convertirse en “un cascarón que repite consignas como mantras, mientras la realidad se desangra en los márgenes.”

Esta es la carta de Martínez Veloz, mejor conocido como “El Jimmy” en su despedida de las filas de Morena y critica la forma de gobierno de López Obrador al que denomina como El Sexenio del Despojo donde “se institucionalizó la simulación: abrazos para el pueblo, contratos para los amigos.”

“Morena abandonó su alma

Por Jaime Cleofás Martínez Veloz

No me fui. Fueron ustedes quienes se alejaron del pueblo.

No me rompí. Se quebró la confianza. Como se quiebra una promesa cuando se convierte en discurso vacío.

La esperanza se volvió decepción. La lucha se archivó en carpetas. Y el pueblo… volvió a esperar. Como siempre.

Yo no abandoné Morena. Morena abandonó su alma. Se fue del proyecto que nos hizo caminar con el corazón en alto.

Se alejó de la ética del servicio, de la humildad como principio, de la congruencia como bandera.

Hoy, lo que queda es un cascarón que repite consignas como mantras, mientras la realidad se desangra en los márgenes.

Un dirigente está para entender, no para que lo entiendan.

Y en tiempos de crisis, no hay matices:

hay verdad o simulacro,

hay pueblo o poder,

hay congruencia… o silencio.

Transformación o simulacro

Nos prometieron una transformación. Lo que llegó fue una administración de pretextos. De frases ramplonas y justificaciones recicladas.

El pasado se volvió el culpable de todos los errores.

Y el presidente… se convirtió en un personaje irreconocible.

Nada que ver con aquel candidato que gritaba contra la corrupción. Hoy, todos son culpables… menos él.

Prometieron un Nuevo Proyecto de Nación.

Entregaron la misma forma de ejercer el poder, con los mismos rostros y vicios.

¿De qué sirve levantar la voz en tribuna si se calla frente al dolor del ejido? ¿De qué sirve hablar de transformación si viven como los que nunca quisimos ser?

De huipiles a Hermes

Cambiaron bolsas de manta, pachole, huipiles y pulseras artesanales, por Louis Vuitton, Gucci, Hermes, Cartier y Rolex.

Criticaron la Casa Blanca… y sacaron la Casa Gris, las azules, las verdes, las de San Diego, los ranchos… Y los resultados “tan trabajadores” que hoy los dirigentes de Morena tienen más propiedades que los ajos y los nopales.

¿Soberanía? ¿Dónde?

Hablan de soberanía nacional… y en Baja California nos impusieron a un operador del FBI, lavador financiero, que intentó alargar su mandato corrompiendo diputados con dinero de las aduanas administradas por Morena.

Antes nos abrazábamos en mítines con lágrimas de esperanza. Hoy nos cruzamos en pasillos con miradas de sospecha.

La congruencia no es un accesorio

Es la médula de cualquier proyecto que aspire a ser ético. Y cuando se pierde, no hay discurso que la sustituya. No me aparté por estrategia. Me aparté por dignidad. Porque prefiero caminar con pocos, pero libre y con la conciencia limpia, que marchar con muchos hacia el olvido.

El Sexenio del Despojo

La promesa traicionada. Morena llegó como estandarte de esperanza, con el alma del pueblo tatuada en su discurso.

Pero en el umbral del poder, la congruencia fue la primera víctima. Se institucionalizó la simulación: abrazos para el pueblo, contratos para los amigos.

El saqueo disfrazado de transformación

Megaproyectos impusieron despojo territorial: el Tren Maya, el Corredor Interoceánico, el litio militarizado.

Se vendió el futuro en nombre del progreso, mientras comunidades fueron silenciadas. El ecocidio se volvió política de Estado, y la consulta, un espectáculo sin alma.

La captura del alma pública

La educación fue reducida a propaganda, la salud a improvisación, la ciencia a subordinación. Se usó la historia como escudo, pero se abandonó la memoria viva de los pueblos.  El poder se centralizó, se militarizó, se blindó contra la crítica.

 

Desaparecidos.

 

Realidades que no caben en la mañanera

• 202,336 asesinatos en el sexenio de López Obrador

• 51,791 desaparecidos: el mayor número en la historia

• Crecimiento económico promedio de 0.81% anual: el más bajo en casi 40 años

• Fortuna acumulada de las 10 familias más ricas: $176,800 millones de dólares (equivalente al ingreso de más de 30 millones de mexicanos)

¿Y si ese dinero hubiera servido al pueblo?

Los sobrecostos acumulados en el Tren Maya, Dos Bocas y el AIFA suman más de 674 mil millones de pesos.

La deuda de Pemex supera los 1.97 billones de pesos.

¿Y si ese dinero hubiera tenido otro destino?

Salud:

Se habrían podido construir más de 3,000 hospitales comunitarios completamente equipados. Garantizar medicinas gratuitas para millones de pacientes con enfermedades crónicas. Financiar 47 años del presupuesto anual de la Secretaría de Salud.

Educación:

Rehabilitar todas las escuelas rurales del país. Entregar computadoras a cada estudiante de secundaria. Pagar salarios dignos a miles de maestras y maestros.

Medio ambiente:

Reforestar millones de hectáreas. Rescatar ríos contaminados. Proteger reservas naturales que hoy están siendo devastadas por megaproyectos.

Campo:

Garantizar precios justos para el maíz, el frijol, el café. Rescatar ejidos, fortalecer cooperativas. Devolverle al campo la dignidad que nunca debió perder. Pero no. Prefirieron dinamitar cenotes, importar gasolina robada, y enriquecer a sus operadores.

¿Austeridad? ¿Dónde?

Hablan de ir al pueblo… pero se van a Tokio.

Hablan de austeridad republicana… desde hoteles de lujo en París, Madrid, Los Cabos.

Critican el neoliberalismo… pero aplican sus recetas: achican el Estado, privatizan indirectamente, y concentran riqueza.

El gobierno de Morena ha sido más neoliberal que muchos anteriores, aunque lo nieguen entre discursos y mañaneras.

¿Gobierno o gestor de becas?

Tratan de cubrir la ausencia de gobierno repartiendo becas, bolos y despensas con dinero de préstamos extranjeros que incrementan la deuda pública a niveles nunca vistos.

Lo hacen sin pudor, para sujetar la voluntad popular… y sus votos.

Pemex, huachicol y cinismo

Nos dijeron que salvarían a Pemex… y la quebraron y corrompieron más. Ya no piden de “moches” el 10%, sino el 30, 40 o 50%, según sea el caso. Funcionarios de su partido, en Aduanas y en Pemex, coludidos con operadores extranjeros, hicieron florecer como nunca la importación ilegal de gasolina y diésel. Crearon el Cartel del Huachicol.

Nepotismo con apellido

Dicen estar en contra del nepotismo… pero lo practicaron a placer. Crucen los apellidos de sus dirigentes y encontrarán las familias del bienestar. ¿A quién quieren engañar?

Megaproyectos: ¿obra o saqueo?

El Tren Maya pasó de 150 mil millones a más de 515 mil millones. Cada año requerirá más de 5,200 millones para su mantenimiento, aunque en 2024 apenas generó 297 millones en ingresos.

¿Son muy ineptos para presupuestar?

¿O muy sinvergüenzas?

Tal vez ambas cosas… con una dosis adicional de cinismo, valemadrismo y una corrupción nunca vista.

El pueblo no se rinde

Y mientras tanto, el pueblo sigue esperando.

Esperando justicia. Esperando agua. Esperando paz.

Esperando que alguien recuerde que gobernar… es servir, no exhibirse.

La dignidad que no se rinde

Surgieron voces que no se vendieron: pueblos originarios, juventudes rebeldes, periodistas incómodos. La poesía volvió a ser trinchera, la memoria, antídoto contra el olvido. La congruencia se volvió resistencia, y la rebeldía, acto de amor colectivo

Aquí no se rinde nadie.

Aquí estamos. Con la guardia en alto.

Con el espíritu intacto.

Porque este pueblo no se rinde.

No se vende.

Y no se pone de rodillas.

Congruencia, rebeldía y dignidad

La congruencia no es nostalgia. Es resistencia. Y la rebeldía no es traición.

Es fidelidad a lo que fuimos, a lo que soñamos, a lo que aún podemos ser.

A quienes aún creen en la justicia, a quienes aún lloran por el ejido, por el río, por la memoria, les digo: no todo está perdido.

Desde otras trincheras, desde otras palabras, desde otras manos, vamos a reconstruir el país que intentaron destruir.

Porque la patria no se hereda: se defiende. Y la esperanza no se administra: se honra.

Hoy, la congruencia es subversiva. Y la dignidad… revolucionaria.

Así que no bajen la voz. No bajen la mirada. Y no bajen la guardia.

Porque si el poder traicionó al pueblo… el pueblo sabrá cómo responder.

Con poesía. Con memoria.

Con rebeldía.

Y con una acción decidida y revolucionaria.

Como dijera Felipe Ruanova: Doy fe.

O como dijera mi Abuelo Ubaldo Veloz: He dicho

Con información de El Demócrata

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