La Costumbre del Poder: Slim y Larrea más preocupados por su dinero que por su patria
* ¿Por qué extrañarnos de su colaboración con la 4T para fomentar la credibilidad de que sí hay seguridad jurídica? Muy sencillo, el gobierno les garantiza impunidad, y cuando perciban que esta pueda perderse, llevarán sus fortunas a donde anida su corazón: en los paraísos fiscales y en cuentas bancarias numeradas. Invertirán allí donde gocen de esa certeza que no reconoce ni honra nacionalidades, pero agradece la llegada de fortunas para invertir, en desarrollo y en credibilidad política
Gregorio Ortega Molina
Durante mi adolescencia cultivé la peregrina idea de que algunos de los hombres más ricos del mundo, y concretamente los mexicanos, tenían una arraigada percepción del concepto de patria y su compromiso con ella, pues fue en ella donde sus padres y ellos forjaron su riqueza.
Mi progenitor me habló de un empresario modélico: Carlos Prieto y Fernández de Llana, director de Fundidora Monterrey. La empresa fue expropiada por Luis Echeverría Álvarez. Nunca nadie mentirá sobre su vida y su bien hacer. Entre otras cosas edificó una escuela para los hijos de sus obreros, y les dio vivienda mucho antes de que el Infonavit fuese siquiera una idea.
Carlos Prieto nació en España y emigró a México, quizá por esa calidad de migrante sí arraigó en él el concepto de patria, y no tuvo empacho en ayudar a los que fueron sus paisanos por elección.
Desde entonces no sé de otro que piense primero en su lugar de nacimiento, en lugar de la seguridad y destino de su fortuna, lo que es un agravio para las naciones donde prosperaron. Algunos, sí, pagan salarios justos -desafortunadamente los menos- y ven por el bienestar de sus trabajadores, pero nunca anteponen su dinero a la vida de quienes lo producen para ellos. Todo empleado es prescindible, sobre todo cuanto cuesta más de lo que genera en riqueza.
Dado lo que son y cómo se comportan, ¿por qué cuestionarnos sobre el comportamiento de Carlos Slim y Germán Larrea, si las consecuencias de sus promisorias actividades empresariales los exhiben de cuerpo entero? Pregunten, si no, a las víctimas de la contaminación del río Sonora, o a los deudos de los fallecidos en alguna de sus minas.
La leyenda de ser el prestanombre de Carlos Salinas de Gortari no abandonará a Carlos Slim, como nunca dejarán en paz su conciencia los fantasmas de los fallecidos en la Línea Dorada.
¿Por qué extrañarnos de su colaboración con la 4T para fomentar la credibilidad de que sí hay seguridad jurídica? Muy sencillo, el gobierno les garantiza impunidad, y cuando perciban que esta pueda perderse, llevarán sus fortunas a donde anida su corazón: en los paraísos fiscales y en cuentas bancarias numeradas. Invertirán allí donde gocen de esa certeza que no reconoce ni honra nacionalidades, pero agradece la llegada de fortunas para invertir, en desarrollo y en credibilidad política.
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