Tal como se presenta el panorama, con la doctora Sheinbaum Pardo a la cabeza, a los mexicanos de a pie nos quedan dos simples opciones, o nos aclimatamos o nos aclichingamos, así de sencillo

Gregorio Ortega Molina

 

Los prebostes de la 4T y su dios tutelar tienen perfectamente claro su proyecto: adueñarse de la mayoría constitucional del Congreso sin el control de la Suprema Corte de Justicia, a la inversa no les funciona, requieren que el Ejecutivo tenga a los otros dos Poderes en un puño.

Orondos, los líderes de Morena, los corifeos de AMLO y de la doctora Sheinbaum Pardo, pregonan que construyen un cambio de régimen, la festinada cuarta transformación, cuando sucede lo contrario, llevan al país, a la sociedad que controlan con dinero fiscal, al peor de los retrocesos, porque están dispuestos a demoler las instituciones que dieron cuerpo a la República y anunciaron un porvenir con democracia. Nada les parece suficientemente bueno, si no procede de la cabeza de su líder, que cuando le place su transmuta en Minerva, para dar instrucciones de que no muevan ni una coma, pues lo que deben aprobar es de inspiración divina.

Insisto, esa peregrina idea promovida por analistas políticos y despistados periodistas, es sólo eso, la ingenua suposición de que la Reforma del Poder Judicial es un entretenimiento para encubrir el fondo de las pretensiones dictatoriales del dios tutelar, que tripula el cerebro de millones de mexicanos porque anhelan la sobrerrepresentación legislativa para pregonar su señorío sobre el país de un solo hombre.

Nunca he entendido ese proceder egoísta de los empresarios y banqueros, contentos porque creen preservar lo suyo, porque desconocen que su propiedad, sus inversiones, lo verdaderamente suyo somos todos los mexicanos que, con poco o mucho dinero, o rayando en la miseria, adquirimos sus productos o contratamos sus servicios. Y pronto, más cercano en el tiempo de lo que suponen -si llevan a la República por ese camino-, quedarán impedidos de impulsar la industria y los servicios de los nacionales, salvo lo ofertado por los señores del narco. Transitamos del #narcopresidencialismo a la #narcorrepública.

Tal como se presenta el panorama, con la doctora Sheinbaum Pardo a la cabeza, a los mexicanos de a pie nos quedan dos simples opciones, o nos aclimatamos o nos aclichingamos, así de sencillo.

Estamos dispuestos a no decir esta boca es mía, y de buen grado aceptar la palabra de Andrés Manuel López Obrador y su discípula, la doctora Sheinbaum Pardo, como verdad revelada, o reclamaremos los derechos que desean desaparecer.

www.gregorioortega.blog
@OrtegaGregorio

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