Héctor Calderón Hallal
Hace alrededor de 20 días hubo desde la tribuna del Congreso del Estado de
Sinaloa, un sentido pronunciamiento de parte del diputado local Sergio
Torres Félix, el aguerrido y experimentado exalcalde de Culiacán y
exdiputado federal priísta, hoy representando con sobrado decoro al
Movimiento Ciudadano (M.C.), del cual es dirigente de la bancada en aquel
órgano legislativo.
Torres Félix abrió con un reproche airado:
“¿No podrá el rector tomar otras medidas, que no fuese la de aumentar las
cuotas y los servicios en general a los estudiantes, a fin de trasladar a
terceros su garrafal desempeño -a los padres de los estudiantes
específicamente- en materia administrativa de la universidad que dirige?”
espetó al conglomerado de legisladores.
“¡Está violando la ley incluso el rector!” denunció el diputado.
Y es que cuando todos los que esperábamos que por lo menos desde la la
Rectoría de la muy vilipendiada Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), una
política de reestructuración que fuese congruente y armónica con la realidad
que vive la entidad en materia de educación superior… el doctor Jesús
Madueña, rector de esa centenaria casa de estudios, ha tenido el fatal
atrevimiento de, no obstante que el gobernador le perdonó la ‘vida política’,
le condonó la cárcel por ciertas imputaciones que el Ejecutivo le habría
fincado en materia de manejo presupuestal, le incrementó el presupuesto
anual a la UAS en este año 2025 con respecto al anterior y … hasta le
concedió extender su gestión por un período más (¿se sabrá algún día a
cambio de qué concedió tanto Rocha Moya a Madueña y a su staff de
‘filibusteros’?) … a pesar de todo lo anterior, se reitera, el ya veterano galeno,
surgido de la plantilla docente de la Facultad de Medicina de la UAS, ha
tenido la malhadada idea de proponer algo contra lo que precisamente tanto
lucharon por erradicar en su lloriqueo ‘por los rincones’ de más de 30 años,
los que ahora detentan el poder gracias a la “4T”… y que por cierto juraron
erradicar cuando fueron oposición: la “pirrurización” de la universidad
púbica… es decir, eso que denuncian en la “4T” (y que denunciaron por tanto
tiempo) como “la estratificación y la consecuente mercantilización del
conocimiento a nivel superior”, en un proceso orquestado por la oligarquía
neoliberal de entonces, hacia la “privatización de la educación superior”…
según el discurso necio y convenientemente perturbador, confuso, para la
armonía social de entonces… cuantimás para la de hoy que es nula.
El tema es, que los gobiernos neoliberales, tenían muy claro el proceso de
“neoliberalizar” la educación superior, como una forma de encontrar
eficiencia, oportunidad y rentabilidad al proceso formativo de las nuevas
generaciones de profesionales que necesitaba ya desde entonces el país… fue
un proceso franco, honesto… siempre se le dijo a la gente qué es lo que se
pretendía… entre otras cosas por cierto, evitar el dispendio del gobierno
inflando burocracias inservibles, con sindicatos que pactaban ya desde
entonces, planes de jubilación inviables para la realidad del país… hoy por
cierto desemboca en una profunda crisis en el país y en el mundo el tema del
sistema de pensiones… imposible de alcanzarlo tal y como se estipuló en el
pasado reciente.
Pero sobre todo, el “plan neoliberal” para la educación superior, como lo
llaman todavía desde el actual régimen hegemónico dominado por Morena,
se proponía: evitar la corrupción y el surgimiento de mafias electorales al
interior de los gobiernos estatales y los sindicatos “charros” al servicio del
gobierno, que por la vía de “padrones amafiados” y operadores a modo,
desplegara los “fraudes electorales” perfectos, como los que han sido
denunciados en los últimos siete años, desde que Morena llegó al poder.
Sin embargo, en los últimos días, el rector de la UAS, Jesús Madueña, al
parecer ha sufrido un accidente cerebro-vascular (Dios guarde la hora) que le
impide diferenciar o recordar con claridad, que la “pirrurización” de la UAS es
un proceso pobre, inacabado, incompleto, de frente a las pretensiones que
representaba en términos de eficientización y actualización de la educación
superior en México, de cara a los estándares internacionales, el proceso de
modernización de la educación superior en el país y al que los “cuatroteros”
de entonces y de hoy siguen llamando de “neoliberalización”.
La “pirrurización” es un proceso cosmético, que atiende sólo a la carátula, de
simulación, que va a impactar directamente a los bolsillos, a las economías
familiares de los estudiantes más pobres de Sinaloa y que, como parte de la
“genial carambola de tres bandas”, termina repercutiendo en las arcas -no
auditadas- de la administración universitaria que hoy gobierna la UAS, con
Jesús Madueña al frente todavía.
Porque a final de cuentas aquella ‘neoliberalización’ tan llevada y traída no
solo contemplaba el ajuste presupuestal de las cuotas o colegiaturas
“voluntarias” del educando… sino que se proponía una evaluación para
reconocer vocaciones y potencialidades del alumno al ingresar a cada
facultad, dando al propio tiempo condiciones para la planeación de la oferta
educativa, que debió orientarse desde entonces a una que fuese adecuada a
las necesidades del país, marcadamente señaladas en el plano de las
ingenierías y las carreras técnicas… con matemáticas, ciencias y alguna
lengua extranjera, preferentemente el inglés. Buscando simultáneamente,
erradicar la peligrosa tendencia de entonces -y aun de hoy- a la carga
ideológica excesiva en la formación de nuevos profesionales. Y en general,
más vinculada a los objetivos del desarrollo nacional, según la perspectiva de
lo planeado en aquellas administraciones.
Pero nada hemos aprendido de los noventa a la fecha… al parecer.
O lo que sería más preocupante, sigue incrustada en las universidades
públicas, como en la UAS de Sinaloa, una clase burocrática dominante (por
no llamarla política, que sí lo es, aunque en una universidad es un
contrasentido que exista) que convenientemente pretende confundir como
opinión pública, al igual que en los noventa del siglo XX se nos pretendió
hacer caer en el garlito de que: “lo que es de calidad nos debe de costar
caro”… y por eso hoy el rector Jesús Madueña, para que “valoren la
educación” según él, le propuso a su regreso a rectoría a todos los
sinaloenses y sin consulta previa alguna a la comunidad, que:
De un semestre a otro, es decir, en menos de seis meses, se “actualizarán”
las cuotas de inscripción, titulación y diversos servicios que ofrece la UAS,
incrementándolas en un 40% por parejo.
En un contexto -por cierto- en el que en las regiones centro y centro sur de
Sinaloa, se registra la pérdida de miles de empleos y el cierre de cientos de
empresas por el conflicto interno que, desde el 9 de septiembre de 2024,
mantienen las facciones del Cártel de Sinaloa.
Pero el rector Madueña, más ‘papista que el papa’, es decir… más
“neoliberal” que Ernesto Zedillo en su esplendor, declaró justificando: “Son
ajustes que están por debajo de la inflación”.
Aunque es muy previsible… fácil de advertir, la pretensión que como todo
político tiene, con la visión que le da a Jesús Madueña el estar al frente del
ente institucional más grande de Sinaloa -solo por debajo del Gobierno del
Estado- al autoimpulsar una política de esta naturaleza en función de la
prostituida autonomía universitaria:
Al rector Madueña el gobernador Rocha previamente le puso las “peras a 25”
y lo emplazó para evitar nuevos actos de desvío de recursos, dispendio y
solicitudes de crédito para cumplimentar obligaciones de carácter tan básico
como la propia nómina laboral… ¿Y cómo pretende lograrlo Madueña, sin
reivindicar el curso que le da a un presupuesto que para este 2025, le fue
incrementado por la administración de Rocha Moya en 150 millones de
pesos?
La respuesta es muy sencilla: trasladando el sacrificio al alumnado… a sus ya
de por sí “sufridos” padres… al pueblo mismo de Sinaloa.
Como todo rector ya encontró el caminito y a su gasto en imagen personal o
institucional en medios… no le “baja”… ¿Será que como dijo aquel
comediante de cantina: “Ven muy chapita la barda y todos los rectores le
tiran a ser gobernador”…?
Por lo pronto el diputado Sergio Torres Félix, coordinador de la bancada del
Movimiento Ciudadano (MC) en el Congreso Local de Sinaloa, ha vuelto a
mostrar esa que, puede ser una fortaleza en este político “todo terreno”: la
madurez.
Como lo hemos señalado, Sergio Torres en sus inicios tricolores nunca se
caracterizó por ser “moderado” en sus opiniones dadas en tribuna o en
declaraciones a los medios.
El tiempo ha pasado y Sergio Torres es un político indiscutiblemente
consolidado… maduro; que así como es capaz de enfrentar con rigor
parlamentario y disciplina jurídica -además de emoción- una causa justa de la
ciudadanía… así también, desde su posición opositora, sin abandonar los
anteriores atributos, es también capaz de sumarse al sentido de una política
proveniente del gobernador actual o del propio Gobierno del Estado si esta
es, a todas luces, prudente, convincente y genuinamente justa.
Por eso Sergio Torres en este tema de crítica y señalamiento a su propia
“alma máter” (la UAS) y a su rector, quizá coincida con la postura del
gobernador Rocha Moya, en el sentido de ajustar al rector Jesús Madueña y
exigirle cuidadoso cumplimiento a los principios de austeridad, racionalidad,
responsabilidad, honestidad y estado de necesidad, que deben regir los
procesos de adquisición de todo ente administrativo, incluyendo las
universidades públicas en nuestro país.
Y con esto, el legislador Torres Félix, vuelve a ponerse del lado de la razón… y
del interés del pueblo que representa.
Hace algunos días en la tribuna del Congreso sinaloense levantó la voz para
denunciar que el incremento de hasta un 56% en los costos de inscripción
para los alumnos de la Universidad Autónoma de Sinaloa, es en realidad un
intento del rector Madueña por trasladar el desastre financiero de la
institución a los padres de familia.
Él y la diputada Elizabeth Montoya de la fracción del MC, expuso que
mientras la UAS proyecta gastar un presupuesto de 10 mil millones de pesos,
sus ingresos ascienden solo a 8 mil millones.
Rechazó al mismo tiempo y de forma contundente en tribuna, las
declaraciones reiteradas del rector, Enel sentido de que los problemas
financieros de la UAS se deben a los trabajadores, especialmente a los
jubilados y algunas de sus prestaciones.
“Él ha sido parte del problema y aún no lo reconoce… ha sido varias veces
secretario general de la UAS y ahora es el rector… sin embargo, lo más fácil es
echarles la culpa a los trabajadores, la parte más vulnerable”, señaló tajante.
Recordó que el gobernador le ha llamado varias veces a considerar un
estudio serio sobre las finanzas de la universidad, a lo que el rector ha pedido
al gobernador que “no le preste dinero… que se lo regale mejor”… y ahora, se
suma la puntada de incrementar las cuotas y los servicios al alumnado,
remató.
Definitivamente, el origen del marco referencial de hoy, de esta universidad
pública de Sinaloa, es sin duda la obscura noche de la UAS en que como
institución creció al amparo del proteccionismo “bonapartista” y “oportuno”
de los gobiernos priístas, en los setenta y ochenta… épocas en que
precisamente tuvo su influencia Rubén Rocha como dirigente sindical y alto
funcionario universitario… inventariado entonces como un joven valor de la
incipiente izquierda sinaloense.
El “Rochismo” que administró y dirigió la Universidad en los noventa,
ciertamente, enfrentó una intrincada problemática que dio cauce a una
matriz universitaria que hoy día sigue vigente… de ninguna manera Rocha
Moya en su gestión representó la apología de una gestión de cambio… de
transformación verdadera… en general, fue una gestión de claroscuros, igual
que la de sus antecesores y sucesores.
Pero es puntualmente plausible, hay que decirlo, que por lo menos hoy,
como autoridad gubernamental, el gobernador pretenda impulsar finanzas
saludables y actitudes de honestidad como de decencia en los directivos de la
máxima casa de estudios de Sinaloa.
Menos mal.
Esto lo reconoce con madurez, quien es uno de los más intensos y destacados
líderes de la oposición con que cuenta Sinaloa: Sergio Torres Félix.
Quien defiende a su alma máter con dignidad… y no va a permitir que, para
salvar a un rector y a toda una administración, la UAS se “pirrurice” y su
calidad se tenga que medir en el costo semestral de la inscripción… y no el
nivel de la preparación y el compromiso de sus egresados para con su región
y Estado.
Finalmente, debemos darnos cuenta de que la coyuntura política actual del
Gobierno Federal como la del Gobierno del Estado, abren perspectivas
favorables que posibilitan proponer una reforma integral a la universidad
pública mexicana, en un momento de transición donde habrá que definir
claramente las premisas para una nueva reestructuración de la universidad
pública en México desde la 4T.
¡Aprovechemos esa coyuntura!
Autor: Héctor Calderón Hallal
@pequenialdo; @CalderonHallal1;
fixiflaux99@gmail.com;
“Las opiniones vertidas en este artículo, son responsabilidad exclusiva de su
autor; por lo que no necesariamente coinciden con la opinión institucional de
este medio”.

Leave a reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *