La reforma electoral de AMLO no elimina los plurinominales, los amplía: experto
“Con esta iniciativa no se elimina la representación proporcional, se elimina la representación de mayoría relativa y lo que hace es hacer elecciones a nivel estatal. La propuesta es que se realicen elecciones por lista con un método de representación proporcional por estado”, explica el especialista en temas electorales Jorge Egren Moreno. La iniciativa de reforma electoral que presentó el presidente Andrés Manuel López Obrador no elimina los diputados y senadores plurinominales, los aumenta y establece la representación proporcional como la única vía para llegar al Poder Legislativo.
En Palacio Nacional, el secretario de Gobernación, Adán Augusto, y el titular de la Agencia Nacional de Aduanas, Horacio Duarte, aseguraron que la iniciativa de reforma a 18 artículos de la Constitución y siete transitorios incluían la eliminación de los llamados legisladores plurinominales. Sin embargo, la iniciativa que envió el presidente de la República a la 65 legislatura no plantea su erradicación, sino su ampliación. Lo que en realidad se propone es disminuir el número de diputados y senadores. Los primeros pasarían de 500 a 300 y los segundos de 128 a 96. Actualmente, los 500 diputados se eligen a través de dos vías: la mayoría relativa y la de representación proporcional. Por la primera son electos 300 diputados que compiten en cada uno de los 300 distritos uninominales en los que se divide el país. Gana el que recibe la mayoría de los votos ciudadanos. Los otros 200 se eligen a través de una lista que los partidos políticos presentan en cada una de las cinco circunscripciones que componen electoralmente México.
La propuesta del presidente busca elegir a todos los legisladores mediante listas estatales. “Para determinar el número de curules de cada entidad, se dividirá el número total de personas mexicanas, fijado conforme al último censo general de población, entre el número total de diputaciones (300); el resultado de esta operación será el cociente de distribución base para asignar el número de diputaciones que corresponderá a cada entidad federativa del total de 300”, explica la iniciativa para el caso de los representantes de la Cámara de Diputados. Bajo este nuevo método de elección cada estado tendría los siguientes diputados federales: “La elección por listas obligaría a las personas candidatas a hacer campaña territorial, contrario a lo que ocurre con las actuales cinco listas de las circunscripciones plurinominales. Al votarse en cada entidad, las listas estarían integradas por personas nacidas en la entidad federativa o por residentes con antigüedad domiciliaria mínima de un año”, se lee en la iniciativa. El Senado se integrará por 96 senadurías —tres por cada entidad federativa— elegidas también por lista. “Los partidos políticos van a presentar listas y de acuerdo a la proporción de votos que saquen en cada uno de los estados se van a asignar las diputaciones que les corresponden, no desaparece la representación proporcional, más bien el sistema se hace proporcionalmente a nivel estatal”, explica Egrén Moreno.
El exconsejero presidente del Instituto Federal Electoral, Carlos Ugalde, explicó que este tipo de método tiende a sobre estimar a los partidos grandes.
Reducción de legisladores La iniciativa propone reducir 200 diputados federales y 32 senadores, pues advierte que tener más representantes no “se ha traducido en una mejor democracia, en mayor cercanía de representantes con población representada, ni en una mayor cantidad de leyes que atiendan las necesidades más sentidas de la sociedad mexicana”. En México se elige una diputación por cada 252,000 habitantes, mientras que en la India se vota por una por cada 2 millones 524,275 habitantes, y en Estados Unidos, por una por cada 765,287. En cuanto a senadores, México tiene una senaduría por cada 984,375 habitantes, mientras que India tiene una por cada 5 millones 573,600, y Estados Unidos, una por cada 3 millones 329,000 habitantes. Por ello se propone una diputación por cada 420,000 habitantes y una senaduría por cada millón 312,500 habitantes. Por lo que bajaría de 500 a 300 el número de diputados y de 128 a 96 el de senadores. El nacimiento de los pluris
La reforma electoral de 1977 dio paso al “nacimiento” de los “pluris”; originalmente se planteó que la Cámara de Diputados contara con 100 curules de representación proporcional y, posteriormente con la reforma de 1986 subirían a 200. Más tarde, en los años 90, esa figura se replicó en el Senado, al pasar de 96 a 128, esto es, 32 más, lo que permitió a la izquierda no solo hacer escuchar su voz en el Congreso sino equilibrar las naturales distorsiones derivadas de la elección por voto directo. Ello, dado que gracias a la representación proporcional que se logró un equilibrio al contar con la presencia de los partidos minoritarios en el Poder Legislativo, particularmente en la Cámara Baja. El objetivo de las reglas es evitar la sobrerrepresentación. Y es que si bien desde la década de los 90, la Constitución de México establece que ningún partido político puede tener un número de diputados que exceda en 8% el porcentaje de su votación nacional, es decir, que no deba tener sobrerrepresentación en la Cámara. Sin embargo, en 2012, en 2015 y 2018 hubo partidos que sí rebasaron ese límite del 8% a través de la figura de coaliciones, lo que generó una anomalía que el Instituto Nacional Electoral (INE) esta vez quiere evitar, aunque en su intento está generando molestia en la primera fuerza política del país: Morena. Justo para frenar la sobrerrepresentación, el INE aprobó nuevas reglas para la asignación de diputados plurinominales, lo que le ha valido reclamos de Morena y que este acuse que estos criterios están dirigidos directamente en su contra.
Las llamadas “distorsiones” El no tan famoso 8%
La reforma electoral de 2007 cambió la forma de contabilizar los votos de partidos coaligados, para establecer que cada uno recibirá la votación de forma individual y no como antes, cuando en los convenios de coalición se estipulaban los porcentajes en los que se repartirían los votos. No obstante, a partir del 2021, ese mecanismo se combinó con diversas interpretaciones del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) que han variado la forma de asignar plurinominales. Y es que los referidos convenios de coalición otorgan a los partidos la libertad de registrar a militantes propios como candidatos de sus aliados. Con ello, el INE no había sumado los triunfos de los abanderados considerando su militancia de origen, sino solo el reparto de distritos previsto en los propios convenios de coalición. Esas decisiones, más criterios del TEPJF permitieron a los partidos mayoritarios rebasar el 8% de sobrerrepresentación permitido, al “esconder” algunas victorias y aparentar tener menos votos, para contar con más curules de representación proporcional. En 2012, bajo la coalición Compromiso por México, PRI y PVEM sumaron 40% de la votación. Sin embargo, cinco candidatos postulados por el PVEM en realidad eran priistas, con lo que el PRI registró menor votación y pudo tener más plurinominales. Juntos, PRI y PVEM se quedaron con 241 curules, 48.2%, es decir, un 0.2% arriba del límite. Algo similar ocurrió en 2015. Con el PVEM se registraron 25 priistas y 10 ganaron en sus distritos. Esto dio al PRI 10 pluris, para una bancada total de 203, mientras que el PVEM se quedó con una de 47. Así, ambos lograron 250 asientos, 50% de la Cámara, 9.7% más que su porcentaje de votos. Ya para 2018, la coalición Juntos Haremos Historia, formada por Morena, PT y PES, también recurrió a este mecanismo. Juntos ganaron 220 distritos: 106 Morena, 58 el PT y 56 el PES, pero al menos 11 del PT fueron con militantes morenistas. Con esto, Morena pudo acceder a 85 pluris, el PT a tres y el PES a ninguno. En lo individual, no rebasaron el 8%, pero en conjunto tuvieron 45.9% de la votación y se quedaron con 61.6% de la Cámara, una sobrerrepresentación de 15.7%. La asignación del INE entonces fue avalada por el TEPJF, y el INE en aquella elección argumentó que solo estaba obligado a velar para que los partidos no rebasaran la sobrerrepresentación en términos individuales, no en coalición.