Mejores escuelas, menos soldados

Juan Alfonso Mejia

En su libro “Los Niños más inteligentes del mundo”, lanzado en 2013, Amanda Ripley dice que los grandes cambios requieren de una sensación generalizada de una solución alterna, compartida de mesa en mesa, hasta que una amplia mayoría sienta la necesidad de hacer algo. Para Finlandia, Korea y Polonia, tres campeones del derecho a aprender, ese momento llegó en situaciones de crisis, de dolor. En México contamos ya con ese dolor, pero, ¿es suficiente?

Durante los últimos 14 años de mi vida escribo sobre educación, algunas veces con mayor o menor intensidad, producto probablemente de mis obsesiones del momento. De manera sistemática abordo detalles en estas fechas, porque el calendario así lo exige. Septiembre es el mes en que el jefe del Ejectuvio entrega a la Cámara de Diputados el Programa de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF), lo que significa dos cosas: en términos objetivos, desnuda los intereses del gobernante, porque uno “pone dinero” a lo que le interesa”; mientras que, subjetivamente, me acerca a la visión educativa de cada gobierno. A cuatro años de la presente administración, percibo cambios de forma y de fondo. Aunque hay matices que lo hacen peor que el pasado.

Me limitaré a un ejemplo en la forma y otro en el fondo, con miras a profundizar en las implicaciones. En ésta última parte, las presentes autoridades adolecen con mayor gravedad del mismo mal. No entienden que no entienden, con sus honrosas excepciones.

A este gobierno le gusta “dar” dinero. No entiende la función del Estado sino le desposita a la gente. Sin importar cual sea la evidencia, necesita “entregarles” algo. De aprobarse el PEF para el 15 de noviembre, “La Escuela Es Nuestra” aumentaría sus recursos en 87.7% para 2023, al pasar de casi 14 mil millones a 27 mil. En principio suena muy bien, sin embargo hay dos anotaciones no menores. Por un lado, en esos 13 mil millones de pesos adicionales ahora para infraestructura, alimento o pago a docentes por horas adicionales, van 10 mil millones del recurso “desaparecido” del programa Escuela de Tiempo Completo. Es decir, de inyectarle dinero, sólo lo están haciendo con 3 mil millones de pesos adicionales, pero ¡nada más!

Esto último cobra particular interés cuando nos percatamos del número de escuelas atendidas por el programa “faro” de la administración federal. De acuerdo con Animal Político y Data Cívica, sólo 36% de las escuelas del país han sido atendidas con algún recurso de LEEN. En números concretos, hacen falta de “recibir su dinerito” 198,415 escuelas (https://www.animalpolitico.com/2022/09/la-escuela-es-nuestra-apoyos-planteles-sin-cuentas/). De verdad, ¿con 3 mil mdp adicionales piensan cubrir las necesidades de todos estos planteles? O mejor dicho, ¿qué entiende ésta Autoridad por “atender”? No son culpables, pero sí responsables de dar respuesta… aunque con sensatez digan “no poder responder”.

Si en la forma presupuestal se privilegia el gastar poco y gastar mal, en el fondo pasamos de estudiantes a clientelas políticas. La evidencia es lo menos importante en esta apartado. Después de LEEN, el segundo programa que mayores recursos recibe son las Universidades para el Bienestar Benito Juárez García, con un incremento de 39.6%, algo así como Mil 024 millones en 2022 a Mil 476 en 2023. Si se presupuestara con base en criterios educativos, estaríamos invirtiendo en que nuestros niños y niñas cumplan sus trayectorias educativas. Recordemos que, de 100 niños que entran a primaria en México, sólo 17 llegan a Universidad. ¿Por qué invertiríamos en más universidades, no sería mejor hacerlo en las que ya tenemos?

Por si fuera poco, en momentos en lo que lo más urgente es y seguirá siendo la recuperación de los aprendizajes perdidos durante la pandemia, sin dejar de contar los cerca de un millón 600 mil estudiantes que el sistema abandonó en el camino, el presupuesto sigue sin incluir programas para la atención de necesidades en específico. Lejos de ello, cuando una juez ordena reestablecer el programa de Escuelas de Tiempo Completo, toda vez que se violenta el derecho a la educación y a la alimentación, cosa que LEEN no hace, la SEP decide apelar a la decisión de la juez. La evidencia no importa, porque no es lo educativo lo que esta en juego. Mi total reconocimiento para Aprender Primero, brazo jurídico de Mexicanos Primero, al encabezar esta batalla.

Toda esta argumentación valdría poco si no recapacitamos en la forma en que estamos (MAL) gastando. Fox, Calderón y Peña incrementaron su presupuesto en el rubro de seguridad año con año. Los resultados están a la vista. Nada más entre 2000 y 2012, el presupuesto se triplicó. Al salir Calderón de la presidencia, la Secretaría de Seguridad Públia tenía un presupuesto de 40 mil 536 millones de pesos, lo que equivalía a 0.26% del PIB; al final del mandato de Peña, el monto era de 52,750 mdp.

Sin embargo, nada de ese aumento presupuestal se vio reflejado en beneficios a la ciudadania. Por el contrario, mientras con Vicente Fox existían poco más de 10 mil homicidios por año, con Calderón se elevó a 26 mil y hoy, con el presidente López Obrador vamos en 35,625 por año.

Para resolver el problema de la seguridad, Morena y el PRI deciden otorgarle 146 mil millones de pesos a SEDENA, tres veces el presupuesto más alto “del pasado”; con el “ligero” agravante de restringir las libertades a partir de la militarización. ¿De verdad piensan que nos irá diferente?

En momentos en los que UNESCO, UNICEF y CEPAL hacen un llamado a los gobiernos de América Latina ante la imposibilidad de cumplir con las metas de la Agenda 2030 de Desarrollo Sustentable; justo en los días en que Naciones Unidas discute en el pleno sobre cómo rescatar la agenda educativa en el mundo, advirtiendo los riesgos de no hacerlo; los mexicanos encaramos el desafío entre hacer más de lo mismo y tener más soldados en las calles o bien, mirar las cosas desde otro ángulo, e invertir más y mejor en la educación. Dime en que gastas y te diré qué te interesa. Es una pena que no exista “una transformación” en ese sentido.

Que así sea.

juanalfonso@uas.edu.mx
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