Las idas al baño del Químico
DOMINGRILLA
Las idas al baño del Químico
Cuén le apuesta a “la chica”
Inauguraciones sin terminar
Los religiosos apergollados
FRANCISCO CHIQUETE
Los políticos suelen decir barbaridad tras barbaridad, de modo que la sociedad no se extraña ya de las cosas que escucha, y da por buena una homilía matutina sostenida por el credo liberal que se atribuye el presidente, y sin embargo se apoya en citas religiosas cuyas contradicciones no parecen acongojarlo.
Pero los hay peores. El alcalde de Mazatlán Luis Guillermo Benítez Torres está convencido de que no tiene por qué rendir cuentas de los viajes que hace, toda vez que los hace en sus horas de trabajo y con el propósito de mejorar a Mazatlán. Lo hace, y parece olvidarlo, con dinero público y eso lo convierte en sujeto obligado a la rendición de cuentas.
No es que se espante uno de ver que el señor alcalde y su comitiva pidan biscuits de langosta y otras exquisiteces hasta sumas cuentas por encima de once mil pesos por sentada. Tampoco esperamos que se aviente unos hotdogs parados, aunque sí llama la atención la reiterada preferencia por las cervezas michelob, como acredita una factura indiscretamente filtrada a las redes sociales.
Más llama la atención que el alcalde considere fuera de orden preguntarle si viajó en avión privado o en vuelo comercial. Lo segundo habría sido normal y seguramente habría sido precisado de inmediato. Un vuelo privado implica un gasto descomunal, a menos que el viajero tenga amigos poderosos que le presten su avión con todo y tripulación e incluso con los gastos de combustible, aeropuertos y demás derechos fiscales en México y en el extranjero.
¿No quieren que les diga cuántas veces voy al baño? Preguntó el escatológico alcalde, suponiendo que la pregunta vulneraba sus intimidades. No, señor presidente municipal, aunque cada vez que usted la zurra Mazatlán la paga caro, no es ese el tema: es el manejo de los dineros públicos. Si algún amigo le dio raite, como dice Mario Delgado, dirigente nacional de Morena, hay que ver quién es, qué tan desinteresado es ese raite, hasta dónde están salvaguardadas las decisiones que se toman en nombre de Mazatlán, frente a un mal que es sumamente grave: el conflicto de intereses.
Si en sus lejanísimos tiempos de estudiante, Benítez Torres aprovechó el tiempo, debe recordar aquel axioma de que el camino más corto entre dos puntos es una línea recta. Si no le dieron raite, si el viaje lo hizo con todas las de la ley y sobre todo respetando la ley, lo único que debió hacer era expresarlo y en su momento comprobarlo, en lugar de andar ofreciendo sus deposiciones como testimonio.
Por lo pronto está en el aire la palabra del Congreso del Estado, donde dijeron que investigarían y en su caso actuarían en torno al contrato por 408 millones de pesos asignado sin licitación a una empresa “amiga”. Vamos a ver si el alcalde responde a los diputados o a los enviados de la Auditoría Superior del Estado, o si igual que a los periodistas, los va a mandar a oler las fetideces de sus idas al baño.
MELESIO CUEN ASPIRA A GANAR
“LA CHICA” EN EL CORCHOLATAZO
Al líder moral del PAS, Héctor Melesio Cuén, se le ha metido entre ceja y ceja que debe ser candidato a senador de la República y que lo debe ser bajo el emblema de Morena. Esa, considera, es la vía para alcanzar su viejo sueño de ser candidato viable a la gubernatura de Sinaloa.
Aunque presume tener el partido local más exitoso de la República, no confía en que con el PAS pueda llegar a un cargo público desde el que se pueda proyectar a la gubernatura. Y hay que ver que se trata de uno de los políticos con más capacidad de movilización que ha tenido la entidad. Lejos de la comodidad del Starbucks frente al Fórum, o de la Casa María, su restaurante en Culiacán, Cuén suele aparecer en los puntos más distintos de la entidad y aplica horarios matadores de actividad.
Pero la experiencia lo ha decepcionado. Su primera experiencia electoral no pintó, o no lo hizo tanto como necesitaba; después vino la búsqueda de la gubernatura, pero en el PAN lo despreciaron porque la facción que lo impulsaba no pudo contra la que impulsó a Mario López Valdez, quien le llenó el ojo al entonces presidente Felipe Calderón Hinojosa. Y luego vino la decepción más grande, la candidatura al gobierno sinaloense lanzado por el PAS. Aunque desplazó al PAN al tercer lugar, quedó muy lejos de Quirino Ordaz, que ganó ampliamente.
Por si fuera poco, compró a futuro y se alió con Rubén Rocha Moya pensando en serio de cogobernaría con él. Electoralmente el triunfo fue soñado, pero lo echaron ignominiosamente del paraíso en que se sintió instalado.
Esta semana se enroló en la escasa fila de los que apuestan su futuro a la posible candidatura de Adán Augusto López Hernández. Es la jugada de un perdido. Ni con Claudia Sheimbaum ni con Marcelo Ebrard podía tener posibilidades reales de alcanzar una candidatura, en cambio con Adán Augusto tendrá al menos la ventaja de haber llegado antes, cuando las encuestas no oficiales lo tenían (como lo tienen) por debajo de las otras corcholatas.
Cuando los apostadores en las carreras de caballos buscan obtener más ganancias, se juegan el todo por el todo apostándole al más mal calificado, porque eso paga más. Quien gana así “hace la chica” y eso parece estar buscando Héctor Melesio Cuén Ojeda.
La posible postulación de Adán Augusto, por cierto, ha mejorado sus condiciones. La designación de César Yáñez como nuevo subsecretario en Gobernación, indica que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha accedido a darle más instrumentos para la lucha. Yáñez fue por años el colaborador más cercano hasta que cayó en desgracia por su boda fifí. Conseguir que AMLO autorice el descongelamiento es un guiño importante a Adán Augusto. Por si fuera poco, el secretario de Gobernación se atrevió a declarar que su puesto le da ventajas en la lucha de corcholatas, y todavía más: es muy indicativo que La Jornada, periódico de la 4T, se haya atrevido a hacer y publicar la entrevista, y nada menos que como nota principal.
Cuén Ojeda está ahora en esa ruta. De todos modos tendrá que vérselas con el equipo del gobernador Rubén Rocha Moya, quien bajo cualquier condición sigue llevando mano en la conducción y en las decisiones políticas actuales y por venir. Y no es sólo el equipo. El propio Rocha Moya ha mostrado sobradamente que tiene la mano pesada y no permite que nadie se le adelante ni le quiera torcer el rumbo que traiga en mente.
INAUGURACIONES
MUY ADELANTADAS
Este primero de julio el presidente Andrés Manuel López Obrador inauguró la primera etapa de la Refinería de Dos Bocas. Lo presentó como la demostración de que sí se puede, que sus compromisos están en ruta de cumplimiento, aunque por supuesto, la refinería no va a refinar nada sino hasta el año próximo, en el mejor de los casos.
Con frecuencia, López Obrador sostiene que “ya no es la misma”, que “no somos iguales” cuando lo quieren comparar con sus antecesores, pero la verdad es que está reaccionando igual que ellos en muchas acciones de su gobierno.
Inaugurar obras no terminadas, por ejemplo, es algo que los iguala a todos y en todos los niveles. Sin terminar inauguró el aeropuerto Felipe Ángeles, que meses después de la ceremonia sigue sin las obras de infraestructura vial que lo hagan utilizable, o por lo menos práctico. Hoy inaugura Dos Bocas a sabiendas de que el complejo no está listo para iniciar la etapa de pruebas, que como quedó dicho en la misma ceremonia, todavía falta instalara cosas tan elementales como las tuberías de interconexión.
También Felipe Calderón lo hizo. Tres días antes de entregar la banda presidencial a Enrique Peña Nieto, vino a inaugurar el tramo Villa Unión-Santa Lucía de la autopista Mazatlán-Durango. Desde el túnel cercano a Pánuco cantó las excelencias de su trabajo presidencial, aunque a la carretera todavía le faltaban el túnel El Sinaloense y el Puente Baluarte, entre muchos otros “detalles”.
Al día siguiente hicimos un recorrido por el tramo inaugurado y no llevaba a ninguna parte, porque las obras de conexión con las poblaciones cercanas estaban incompletas. Casi un año tardó Peña Nieto en hacer la inauguración verdadera.
En diciembre de 1992, cuando faltaban dos días para que terminara su gobierno, Francisco Labastida consultó a los reporteros que lo entrevistábamos si veíamos conveniente que inaugurara el Centro de Ciencias ¿por qué la duda? Preguntamos José Ángel Sánchez y yo. -Es que no llegó a tiempo el equipo y no está instalado, lo único que tenemos es el edificio bien terminado.
La respuesta fue que no, y el entonces gobernador asumió la pertinencia de esa opinión, pero al día siguiente se informó que Labastida inauguró el edificio, a sabiendas de que el edificio estaba terminado, pero vacío. Cuando estuvo listo fue de veras un éxito.
A ver qué pasa con Dos Bocas.
RELIGIOSOS APERGOLLADOS
En la entrega anterior comentábamos, a propósito del asesinato de dos jesuitas, que ni siquiera ese caso provocaría cambios en la política de seguridad. Era previsible que así fuera, pero nunca nos imaginamos que los justos reclamos de las víctimas terminaran por generar reacciones tan violentas respuestas de parte del presidente.
Ya no alcanzan los abrazos para cubrirnos los balazos, lamentó un sacerdote jesuita durante las exequias de sus hermanos y López Obrador, lejos de ofrecer una revisión, terminó acusando a los religiosos de estar apergollados por los conservadores. Fue la explosión más irracional de lo que va del sexenio, fue realmente penoso ver la obcecación de alguien que convenció a todo un país de que empatizaba con los males que nos aquejan a todos, y que en cambio se casó con sus propias ideas sin atender ni mínimamente a sus representados.