Las mujeres y la construcción de una paz duradera: más garantías, más compromiso
La ONU dice que cuando las mujeres participan en todas las etapas del proceso, las probabilidades de mantener la paz durante al menos 15 años aumentan 35 %.
Ceci busca desaparecidos en México, Marzia es la voz de las mujeres afganas, Yolanda defiende a las mujeres y la población negra en Colombia, Oleksandra documenta atrocidades en Ucrania, Nelsa media con las pandillas en Ecuador, Morena lucha por el aborto en El Salvador, Mai trabaja por la paz en Palestina y Daniella cuida a supervivientes de violencia machista en Venezuela.
Estas ocho mujeres, entrevistadas por EFE en distintos rincones del mundo, son constructoras de paz que ponen en riesgo sus vidas para conseguirlo.
Según ONU Mujeres, cuando las mujeres participan en todas las etapas del proceso, las probabilidades de mantener la paz durante al menos 15 años aumentan un 35 por ciento.
Por ello, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó en 2000 la Resolución 1325, que insta a una mayor participación de las mujeres en la prevención y solución de conflictos.
“La presencia de mujeres en todas las fases de negociación es cuestión de justicia”, recalca Nora Miralles, investigadora de género, seguridad y defensa del Centro Delàs de Estudios por la Paz.
Miralles alerta que “los procesos de paz se construyen desde miradas masculinas, los hombres hacen la guerra y construyen la paz. Hay que romper esa visión”.
La labor de estas mujeres demuestra que se puede alcanzar una paz duradera con enfoque de género.
Voces latinoamericanas por la paz
Tres hijos de Ceci Patricia Flores desaparecieron en México y solo apareció uno con vida tras hacer ella la búsqueda.
Así fundó Madres Buscadoras de Sonora, que generó un gran movimiento en México: “Nos enfrentamos a la apatía de las autoridades, la burocracia y la impunidad”.
“Todos los días arriesgamos nuestras vidas. He sido amenazada, desplazada, psicológicamente torturada, encañonada. Eso no impide que siga buscando porque el amor es más grande que el miedo”, asevera.
Superviviente de violencia sexual y con su madre asesinada, Yolanda Perea defiende los derechos de la población negra en Colombia. Habla con determinación, pese a las amenazas.
En su último cumpleaños, recibió un corazón de vaca con clavos: “Seguimos resistiendo en medio del miedo”, afirma.