Las revelaciones del caso Odebrecht en La Semana Resumida
Mientras chairos y fifís se andan midiendo para ver quién tiene más grande su marcha… Hay un caso, presuntamente EL CASO emblemático de la lucha contra la corrupción de la llamada 4T que sigue estancado. Adivinaron, el caso Odebrecht . ¿Será que Peña Nieto se hizo estúpidamente rico con los sobornos brasileños? ¿Será que Luis Videgaray terminará refundido en las mazmorras por corrupto? Todo parece indicar que NO.
Los fiscales que han participado en el caso Odebrecht revelaron a este espacio que, tras cinco años de investigaciones, la única certeza probada que existe es que Emilio Lozoya Austin, exdirector de Pemex, se quedó con el dinero transferido por Odebrecht para pagar sobornos al gobierno de Peña Nieto. Todo ello gracias a operaciones de lavado de dinero con prestanombres y empresas fantasma. Bajo estricta condición de anonimato, los fiscales federales revelaron a La Semana Resumida que no hay pruebas suficientes que corroboren que Lozoya entregó dinero de la constructora brasileña a legisladores para aprobar la reforma energética. Tampoco hay evidencia que certifique que se hizo a través de un intermediario. Y, por el contrario, todos los caminos llevan a que Lozoya -y solo Lozoya- se agandalló la lana tras moverla en cuentas abiertas en paraísos fiscales. Y no solo eso. Lozoya pretendió que dos excolaboradores suyos en Pemex, amigos íntimos durante varios años , declararan una historia que no les constaba con la promesa de que eso les ayudaría para no ser procesados. Intentó convencerlos en una reunión en la colonia Del Valle. Al final, y tras asesorarse con sus abogados privados, dichos exfuncionarios se desistieron de participar en este invento. Uno de los fiscales dijo que “no hay documentos bancarios que prueben que esas transferencias se hicieron a través de un intermediario y, además, la mujer que -según Lozoya- entregó ese dinero murió en 2014. Por eso, desde enero de 2022, se presentó la acusación formal contra Lozoya y se pidieron 46 años de cárcel en su contra, porque lo único que realmente se pudo corroborar en estos años es que él se quedó con el dinero de Odebrecht”. La mujer muerta es Fabiola Tapia, hermana del dueño de la empresa Construcciones Tapia, socia de Odebrecht en el estado de Hidalgo. Lozoya dijo en su denuncia y en sus declaraciones posteriores que Fabiola aceptó pagar sobornos en México con dinero de su bolsa -sin que su hermano supiera- que luego le fueron repuestos en otras cuentas. O sea, que fue una intermediaria que estaba en acuerdo con Luis Weyll, entonces director de Odebrecht México. El problema, nos explican los fiscales, es que no hay nada ni nadie que corrobore esta operación. Fabiola no lo puede contar porque murió en 2014 por insuficiencia renal. Weyll desmiente esta presunta triangulación. Y no hay un solo registro bancario que sustente esta operación. Este es el motivo por el cual la FGR jamás se ha molestado por recabar y presentar esa evidencia. Porque no existe. De hecho, quien sí ha buscado con ahínco los registros bancarios de Tapia es la defensa del exsenador Jorge Luis Lavalle, único procesado por la historia de Lozoya, y quienes ya preparan un dictamen contable para desmentir estas entregas de dinero. ¿Y entonces por qué siguen alargando el proceso y no se llega al juicio final?
Y con “amigos” como los de Lozoya… para qué quieres enemigos
Aaaaah, porque de acuerdo con los fiscales, LA INSTRUCCIÓN es permitir que Lozoya siga negociando la entrega de recursos económicos al gobierno de López Obrador, hasta que la jueza a cargo ya no permita más aplazamientos. “Finalmente el que está en la cárcel es Lozoya y mientras siga alargando la definición del proceso, pues eso va en su contra. Nosotros ya presentamos la acusación en tiempo y forma, pero no podemos oponernos a que la defensa pida más tiempo, aunque eso vaya en su propio perjuicio. Si no se hace así, ellos luego podrían pedir la reposición de todo el procedimiento”, dijo uno de los fiscales. Ante la falta de evidencias documentales que prueben que el dinero de Odebrecht se usó para sobornar a legisladores y aprobar la reforma energética, Emilio Lozoya necesitaba del mayor número de testigos posibles que corroboraran todas las versiones de su historia. Ofreció a la FGR dos testimonios clave, de dos hombres y amigos de toda su confianza: Rodrigo Arteaga Santoyo , quien era su secretario particular en Pemex; y Francisco Olascoaga Rodríguez , quien fuera su director administrativo. Lozoya prometió a los fiscales que estas personas corroborarían del lado de Pemex su historia: que sabían que desde su oficina se tenía que triangular dinero en efectivo proveniente de Odebrecht para sobornar a legisladores, que sabían donde se almacenaba, que tenían recibos de ello. Vamos, serían más que dos testigos: aportarían las evidencias. Arteaga y Olascoaga eran mega brothers del exmandamás de Pemex, incluso, lo acompañaron -según mis fuentes- a múltiples fiestas en las que el pato laqueado era una vianda de todos los días. Y, sobre todo, compartían la animadversión de Lozoya por Luis Videgaray, entonces secretario de Hacienda. Pero cuando llegó el momento de cantar toda la verdad, estos testigos no corroboraron lo que Lozoya quería y terminaron contradiciéndolo. Así lo manifestaron en entrevistas NO con el Ministerio Público… sino con los abogados de Lavalle y que fueron ofrecidas como pruebas por la defensa del exsenador y de las que LA SEMANA RESUMIDA tiene copia. En dichas entrevistas, levantadas el 25 de enero de 2021, Arteaga y Olascoaga niegan haber guardado dinero para sobornos y menos haberlo entregado . Incluso dicen que jamás escucharon que esa operación existiera y, en consecuencia, tampoco tienen notas, recibos o videos que corroboren la versión de Lozoya. Fuentes con pleno conocimiento del caso revelaron que Emilio Lozoya se encontró personalmente con Arteaga y Olascoaga en 2020, cuando aún se encontraba libre y portando un brazalete electrónico. En dichas reuniones también estuvieron presentes distintos abogados. El objetivo era convencerlos de que ratificaran la versión que él había dado ante la FGR. Las reuniones tuvieron lugar en un despacho de la colonia Del Valle.
Poderoso caballero es don dinero…
“Lozoya insistía en que le ayudaran a respaldar lo que dijo, pero el problema es que no era cierto. Estas personas sí conocieron mucho de los negocios no legales de Lozoya, pero no la versión que estaba dando. Parece que él esperaba que lo respaldaran como pago por otros favores que recibieron cuando todos estaban en Pemex, pero se trataba de mentir ante el Ministerio Público. Y sin ninguna garantía de que hubiera consecuencias posteriores. Y no le entraron”, dijo una persona que fue testigo de dichas conversaciones. Un dato curioso: los dos amigos de Lozoya terminaron contratando como abogados a los litigantes del despacho Coello Trejo … los mismos que por años defendieron a Lozoya hasta que el exfuncionario federal decidió cambiar de estrategia, aliarse con la FGR y contar la versión de los supuestos sobornos. Por cierto, Lozoya le quedó debiendo por honorarios 25 millones de pesos a Coello que, hasta la fecha, no le ha cubierto. Se quedó con toda la lana de Odebrecht, le debe a su exabogado pero ESO SÍ, quiere pagar poquito para salir de la cárcel. Lozoya ofreció entregar propiedades y recursos con valor de 200 millones de pesos, una cifra muy lejana a los 200 millones DE DÓLARES que se comprometió a pagar el empresario Alonso Ancira, coacusado de Lozoya en el caso Agronitrogenados, y que ya está libre. “Lozoya ha querido negociar todo el tiempo, ha mostrado intenciones de pagar , PERO ha buscado el acuerdo más beneficioso para él y ha tratado de ahorrarse cada centavo que pueda. Su argumento es que su familia quede lo mejor protegida y ahí se ha entrampado el asunto”, nos dijo uno de los fiscales. En la FGR insisten en estar listos para ir a juicio pero que en este caso, como en muchos, la lógica y los tiempos de la política le han permitido a Lozoya seguir alargando su caso, aunque con una desventaja: desde hace un año lo hace preso. “Si quiere alcanzar un arreglo que le permita salir de la cárcel más vale que ponga todo el dinero en la mesa y lo firme pronto, porque el tiempo se le está acabando”. No lo digo yo, nos lo dijo uno de los fiscales del caso.
Todo por dejarse ver en un restaurante fifí comiendo pato. Por necio, según su exabogado, por cobarde ante las presiones de Alejandro Gertz. Y en la cárcel, todo es más duro. No hay menú gourmet, ha perdido mucho peso, su semblante en la última audiencia era el de alguien abatido. Pero antes de que se quede impune este caso, terminamos esta edición con… LA BUENA: La marcha para defender al INE caló fuerte en Palacio Nacional. LA MALA: Ahora el presidente organizará y encabezará su propia marcha para defender a la llamada 4T y sus cuatro años de gobierno. LA FEA: Que de la defensa de la democracia en este país no se centre en los argumentos sino en la falocracia. En ver quién tiene más grande la marcha.
Con información de Expansión