Héctor Calderón Hallal

En un estudio sobre la dimensión y el alcance que tiene esa construcción de difusión política llamada discurso, podemos resumir que puede definirse incluso como el compendio de recursos e instrumentos, incluídas historias –provistas o no- de veracidad y oportunidad, mediante la que un político o una figura con autoridad se dirige a un conglomerado para persuadirlo.

Tradicionalmente su definición se sujetaba al simple modelo  de transmisión de un mensaje político con autenticidad y veracidad para consumo del público elector de ese emisor.

La ética siempre veló porque el principal derecho tutelado en esa figura del ejercicio de poder de un político investido de autoridad, fuera el derecho a la información del gobernado.

El mundo ha convulsionado tanto en tan pocas vueltas al sol, que hoy día un discurso puede integrarse de silencios y hasta de actos de desinformación. El concepto no se circunscribe a un solo mensaje formal e inserto en una horma determinada.

Una de las pseudopolíticas más controvertidas del México de nuestros días, Layda Sansores San Román, actual Gobernadora de Campeche y con serios señalamientos a raíz de su desempeño como mandataria de aquella entidad peninsular, es una clara exponente de las nuevas formas discursivas de estos  “nuevos políticos” populistas que por moda han llegado al poder en los últimos días en América Latina y buena parte del mundo.

Layda Sansores, hija del exgobernador Carlos “El Negro” Sansores Pérez,  no “niega la cruz de su parroquia” en eso del tema genético; habiendo sido una privilegiada, beneficiaria desde su juventud de las relaciones de su padre, el político oriundo de Champotón, finado en 2005… y en general habiendo recibido del PRI-sistema numerosas y continuas oportunidades de crecimiento personal y profesional, llegado el momento de exigir a capricho, la nominación priísta al Gobierno de Campeche y, al no verse obsequiada en sus exigencias, rompió con el tricolor y se adhirió a la corriente política del actual presidente, el también oriundo del sureste, Andrés López Obrador, habiendo pisoteado a quien le dio la primera oportunidad en Convergencia, Dante Delgado.

Ya al “Negro” Sansores Pérez, la revista Proceso, en su edición 44ª, en septiembre de 1977, le publicó un reportaje del excdelente perodista Elías Chávez, donde se revelan declaraciones del también exgobernador de Campeche, el general José Ortíz Ávila, compadre, exprotector e impulsor de Sansores  Pérez, quien vaticinaba que el padre de Layda “caería de la dirigencia nacional del PRI, que en ese momento ocupaba, dada su naturaleza traidora, de bandidaje y de deslelatad al PRI”, decía el exgobernador Ortíz Ávila.

Él aseguraba que Sansores era un traidor con sus amigos y hasta “habría traicionado al PRI en por lo menos dos ocasiones”, argumentando que tenía responsabilidad en la caída del exlíder nacional Carlos A. Madrazo y de enriquecerse a base de latrocinios. Carlos Sansores Pérez también traicionó a Don Jesús Reyes Heroles quien con su poderosa influencia desde la Segob, convenció al Presidente José López Portillo, para que el campechano encabezara el CEN del PRI para que después, usando a Miguel Covián Pérez y Enrique Ramírez y Ramírez, inventara el concepto de que el PRI “era un partido de trabajadores y no un partido pluriclasista” como es, picándole el hígado a JLP en contra de JRH; pero, la traición afectó al campechano y el veracruzano Gustavo Carvajal Moreno le asestó finalmente el esperado  golpe político fulminante, sustituyéndolo al frente del CEN del PRI.

La genética política y lo que se hereda no se hurta… y ahí está el caso de Layda Sansores  que ha adoptado con fervor las formalidades de esta nueva “clase política” convertida en autoridad súbitamente y… gracias a la democracia, comete los oprobios que Morena, la 4 T y ahora Claudia Sheinbaum le avalan.

Con una condición de soberbia permanente, hace uso del novedoso instrumental de las redes sociales para atacar, con deliberación, a sus oponentes, en la más asombrosa y riesgosa ausencia del diálogo…

Lo anterior, sin el mínimo criterio de cuidado de no tener en su vida pública y privada, antecedentes negativos de vida –llámese la cola muy sucia o la lengua muy larga- que pudieran obrar en su contra en la aceptación del público elector.

El discurso ya no es a gritos ni gesticulaciones … ni haciendo uso del lenguaje corporal; el discurso es ahora una estrategia completa de compilación del supuesto expediente negro del oponente, difundido y retransmitido por los diferentes medios a su alcance, pagados deliberada e impúdicamente por el Gobierno que encabeza… sea o no veraz y/o comprobada la información; el tema es la campaña de propaganda para “manchar “ la imagen del adversario político… para exterminarlo, si es posible.

Layda Sansores, ha orientado su acción perversa contra su antecesor, Alejandro ‘Alito’ Moreno Cárdenas, actual líder nacional del CEN del PRI.

Como si con su simple estrategia argumentativa (discursiva, para adecuarlo a la realidad incendiaria neopopulista imperante) lograsen convencer a la población de que los nuevos gobiernos emanados de Morena… son diferentes en realidad al pasado priísta, “corrupto y traidor”.

No… no sólo no son iguales… pues en términos generales ¡En la realidad son peores!… Pero lo que estas mequetrefes de la política ignoran, es que al actual presidente del CEN del PRI, todo se le resbala, pues su impermeable político es tan grueso, que impide que las balas políticas del mal le penetren y lo afecten. ¡Por lo visto a ‘Alito’ Moreno le valen madre las supuestas afectaciones de la inefable gobernadora campechana,!… Y él sigue tan campante , como Johnie Walker!…

Ciertamente, Layda Sansores habría logrado “grabar” y editar al campechano y “armar” -según ella- el expediente “de corrupción” en materia inmobiliaria, del ahora líder nacional priísta Moreno Cárdenas, gracias al apoyo de Renato Sales Heredia; así como de un sobrino de la mandataria.

El tiempo se ha encargado de disolver paulatina y gradualmente el supuesto infundio de Sansores San Román,

Desde la tarde de este miércoles, se da a conocer a través por cierto de un simple tuit (X, según se llama ahora esa red social) en la cuenta de José Díaz (@JJDiazMachuca), que el sobrino aludido de la gobernadora Sansores San Román, así como la secretaria de Seguridad Pública estatal de Campeche, Marcela Muñoz y otros invitados, miembros prominentes de la 4 T, presumen con imágenes fastuosas, su festejo navideño a bordo de un lujoso crucero internacional.

¡Mientras Claudia Sheinbaum y Layda Sansores Pérez, están celebrando la inauguración del Tren Maya, realizando mítines de proselitismo en favor de la frágil precandidata morenista… una de las más comprometidas integrantes del gabinete campechano y su sobrino, viajan despreocupadamente por los mares, viviendo la “dolce vita”.

Una auténtica burla, como bien lo califica en sus comentarios el titular de la cuenta de X, José Díaz, dado el nivel de inseguridad que vive actualmente Campeche y el país entero.

Pero lo que más nos enseña este pasaje de la política nacional, es que contra “el karma” nadie puede… contra las leyes más básicas y antiguas del universo, nadie ha podido contrariarlas jamás.

 

Según El Kibalión… “como es arriba es abajo”.

Así que lo que avientes…”se te regresa”.

Y según la Biblia…”lo que se siembra se cosecha”… o según el folclore mexicano….”¡El que se lleva se aguanta!”

 

 

Autor: Héctor Calderón Hallal

 

Contacto:

En X (antes Twitter): @CalderonHallal1;

En E-Mail: fixiflaux99@gmail.com;

 

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