Llorar por una madre, llamada Sinaloa
Héctor Calderón Hallal
Un proceso relativamente común y hasta consuetudinario, el llorar por la tierra que nos vio nacer y a la que dejamos por la necesidad o el albedrío.
Han sido muchos los momentos en que, el suscrito ha derramado moral y materialmente muchas lágrimas en recuerdo de aquella tierra bendita que, como una madre, santa, abnegada, generosa hasta el límite con el dolor, me dotó del privilegio de la existencia y del poder ser quien soy…como soy… y para qué soy.
La tierra natal es como aquella, la madre de uno, que no espera pago, ni explicación, ni reconocimiento alguno; que espera…siempre espera a aquel hijo que se fue contra su enorme pesar, a cumplir “el sueño de su vida”.
Siempre estará ahí nuestra tierra natal, sea cual fuere esa porción de la patria, esperando el regreso del hijo “triunfante”… que para ella siempre lo será…un héroe…y será ella, la única persona quien a lo lejos ondee una bandera de fe, júbilo y honor para aquel “soldado de la vida” a quien ve llegar desde lejos… porque al final de la vida, la madre… la tierra natal, es como aquel personaje de la novela del realismo socialista, retratada magistralmente por Máximo Gorki en 1906… la tierra de uno es como la madre de Pavel, el soldado revolucionario aquel…y es la única que cree en su hijo al final; porque ni el padre, por su naturaleza de varón desconfiado lo hace…le debe hablar claro al hijo siempre…pero la madre siempre cree, siempre espera… la tierra natal es igual.
La entidad federativa que yo conocí desde la antepenúltima década del siglo XX, llamada Sinaloa, siempre fue como una joven madre sufrida que nunca dejó de ocultar las enormes penas que da la vida en su trato sincero y alegre…como la joven heroína de la época de la Reforma Liberal, Agustina Ramírez, que siendo una mujer “cuarentona” ya cargaba con los enormes lastres de haber entregado a doce de sus trece hijos al presidente Benito Juárez, para defender a la República de la Intervención Francesa y para engrosar el ejército liberal para “pelear por la causa”… en un acto de valor cívico por demás digno de asombro y encomio.
Ciertamente entonces- quizá como hoy todavía- Sinaloa haya sido como aquella mocoritense heroica: joven pero sufrida y avejentada, muy seguramente rural, con poca cultura…pero con los conocimientos, la cultura y el talento mínimos para señalar lo que está bien y lo que no…para identificar con claridad al tirano que explota a las nuevas generaciones y particularmente, que le ha arrebatado uno o muchos hijos para poder luchar por lo que se cree: la libertad de los hombres y su derecho a vivir en una República donde no haya más autoridad que la del Derecho y la igualdad de los hombres frente a la ley, en el caso de la lucha reformista de mediados del siglo XIX, a la que contribuyó Agustina Ramírez; la “verdad” obrera y la necesidad de luchar si es preciso hasta la muerte para “cambiar la realidad”, moviendo la historia a su favor, en el caso de la novela de Gorki, de principios del siglo XX; y la triste circunstancia por la que atraviesa nuestra amada tierra natal en estos días en que, al igual que el personaje de la madre al final de la novela rusa, está hoy día siendo objeto de una especie de privación y de una “brutal golpiza” por parte de delincuentes organizados que nacieron y crecieron al amparo de su protección y su dinámica de vida, siempre bucólica y libre… pero sobre todo de parte de la inacción, de la renuncia a su obligación constitucional de proteger a su población y a su territorio en todo momento, por parte de los gobiernos estatal y federal de nuestro país.
Hoy, entre mis sollozos, imploro al creador porque Sinaloa no muera como muere la madre en la novela de Gorki, aun así muy lejos de arrepentirse o de sentir miedo, alentando a su hijo a seguir luchando contra una tiranía… luchando para transformar su realidad e imponer su “verdad obrera”.
Hoy, mi vieja y campirana Sinaloa, está materialmente atracada, sin la tranquilidad que le es propicia en todo momento, para enfrentar su destino siempre pletórico de adversidades, tan grandes y estruendosas como su Sierra Madre Occidental y el Océano Pacífico mismo; tales como las que provoca el clima, lo agreste de su terreno, la lejanía del centro…y las tropelías de algunos hijos ‘baquetones’ que ya le ‘tomaron la medida’ y la saben extorsionar y mortificar de manera magistral…lo que si no somos capaces de corregir a tiempo…de ponerle un acicate para que corrija su rumbo de crecimiento, la va a llevar indefectiblemente a su ocaso.
Esta semana violenta en el centro y sur de la geografía sinaloense, ya reporta 31 personas fallecidas, 32 personas secuestradas de las cuales 4 han sido liberadas, aseguran y 27 detenidos.
Las muertes son de oficiales de las fuerzas de seguridad gubernamentales (2 bajas y 3 lesionados) y de civiles (29).
Cabe destacar que se han presentado 29 enfrentamientos entre civiles (facciones de lo que queda del Cártel De Sinaloa, como son “Los Chapitos” y “La Mayiza”) entre sí y contra las fuerzas del orden, haciendo uso de un numeroso estado de fuerza por los tres bandos, así como un descomunal…asombroso equipo de alta y moderna capacidad letal.
Este estado de descomposición fue provocado desde que se dieron los hechos de la detención del fundador y codirigente del Cártel de Sinaloa (Ismael “El Mayo” Zambada) en cuyos hechos, resultó asesinado el diputado federal electo por el PRI de Sinaloa, exsecretario de Salud estatal, expresidente Municipal de Culiacán, exdiputado local, fundador como líder moral del Partido Sinaloense (PAS); y exrector de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), Héctor Melesio Cuén Ojeda.
Como derivado de estos deplorables actos, no solo la opinión pública nacional y la local…sino la población de Sinaloa en general, ha construido sus propias deducciones y valoraciones sobre el particular. Siempre sucede así en una sociedad que no está suficientemente informada, con transparencia y pleno acceso a la información.
Como siempre sucede en estos casos, la población ha sentenciado incluso ya… y no salen bien librados ni el gobierno de López Obrador, ni el gobierno local de Rubén Rocha Moya. Pero de corroborar el juicio popular se encargarán las propias indagaciones oficiales y el juicio de la historia.
Lo que prevalece con más visibilidad, es esa especie de inacción de parte del Ejército Mexicano, la Marina Nacional, la Guardia Nacional y las policías locales de aquella entidad…pues al parecer su función es solo hacer actos de presencia en la zona y no solo no resolver, pues no se siente que realmente haya una presencia con superioridad en estado de fuerza ni en estado de situación, por ningún punto de la geografía estatal de Sinaloa….
Al parecer, el Ejército y la Marina anunciaron que habían enviado a 300 elementos (no se vayan a quedar sin gente) a Sinaloa para atender la contingencia surgida por los grupos de, Cártel de Sinaloa, pero solo para hacer actos de inútil ostentación, como la que hicieron el pasado lunes 16 de septiembre durante el ‘fastuoso’ desfile celebrado en la capital del Estado y presidido por el Gobernador y los Comandantes de Región Militar y de Zona militar respectivamente, así como por el Comandante de la Zona Naval respectiva y el comandante de la Guardia Nacional.
¡Como si hubiera tanto qué celebrar en Sinaloa en estos días! …. ¡Tanto de qué presumir en el desfile!…
La zona de Sinaloa es una “zona de guerra” y ellos como responsables de la seguridad nacional, no han logrado cumplir en lo más mínimo su cometido, su objetivo.
Y no obstante este cúmulo de vergüenzas para las fuerzas armadas, ese mismo día, el 16 de septiembre, durante el ‘Desfile Militar’ y en el colmo de la desvergüenza, el comandante de la Tercera Región Militar, que comprende Durango y Sinaloa, General Jesús Leana Ojeda, dijo en conferencia, acompañado del gobernador Rubén Rocha Moya, “que el restablecer el orden en Culiacán, no depende de nosotros… depende los grupos antagónicos que dejen de hacer su confrontación entre ellos y que estén dejando a la población en paz, para que vivan con tranquilidad”.
Uff… Qué pésimo mensaje les da a los culiacanenses y a los sinaloenses en general…
Qué falta de oficio. Qué forma de mentir y de traicionar…sí, dos de los tres principios implicados en la consigna patriotera, melosa y demagógica del presidente -aun- de México, Andrés López Obrador….quien sí ha mentido, ha traicionado a la población mexicana, como en este caso, en que había jurado a nte la Constitución velar en todo momento por la seguridad, el bienestar y la prosperidad de la Unión;….y no lo ha hecho…y sobre si ha robado, no es un tema del que me ocupe en este momento…pero hay numerosas informaciones que hablan del particular… ya se sabrá a detalle.
Y tan le ha mentido y traicionado a la población López, que gran parte de ella, la inmensa mayoría que votó por él, hoy está asustada del sentido que ha dado a su abrumadora mayoría obtenida mediante los instrumentos y la “marrullería del Estado” …para ‘aplastar’, para oprimir, para exterminar a los contrarios.
¡Pueblote que somos!…
Y no obstante el malestar que se vive, donde los sinaloenses han sabido quejarse en redes, en medios formales, en la plaza pública, en los comercios mismos, lo ha hecho dentro de un marco civilizado y hasta respetuoso de una autoridad -en ninguno de sus niveles- que no me queda claro todavía, si haya estado a la altura de la población sinaloense y de la magnitud del problema.
La gente está molesta porque el presidente López Obrador declaró ayer con cinismo que “la violencia que sucede en Culiacán está magnificada por la prensa ‘conservadora’ y por sus opositores”…
En esta ligereza -como es habitual en sus mañaneras- el tabasqueño ignora material y olímpicamente a los miles de ciudadanos de Culiacán que deben salir diario a ‘partírsela’ a la calle, a buscar el sustento, hoy tengan que permanecer escondidos en sus casas…y también, hay que decirlo, “paralizados de miedo”… han sido 29 enfrentamientos, según lo que reconocen las fuentes oficiales, por lo que seguramente han sido muchos más…. Hay un delito que se ha tratado de minimizar por el Gobierno local, que es el despojo de vehículos…. se han presentado numerosos eventos de este tipo, decenas según cifras conservadoras, donde le ponen a un conductor una pistola en la sien en un crucero o al abordar su vehículo…y lo despojan de lo que es, quizá y con mucho sacrificio, su único bien patrimonialidad de movilidad.
La gente está ofendida además, por tanto negocio cerrado, tantas escuelas sin niños ni jóvenes, tanta actividad comercial, industrial, artesanal y agrícola que hace que el mundo brille…y hoy está apagada, gracias en parte a la negligencia gubernamental.
La gente en Sinaloa está avergonzada por ll que dijo López Obrador y lanza el llamado de auxilio al resto de la Nación… para difundir al mundo lo que pasa, pues el Presidente de México…el demócrata… la “gran esperanza”, no los ha querido escuchar.
Aun así, esa tierra hermosa llamada Sinaloa, no pierde su capacidad para prodigar buenos deseos al que se aleja y advertir que lo espera a su regreso… aquella mujer madura casi anciana, desbordante de su corazón como la abundante flora de sus campos después de las lluvias, con su “sexto sentido femenil”, que no deja de ser tierno y delicado…pero también hilarante, festivo e irónico, capaz de reírse cuando sea, de su propia penuria, hace mofa ya de su Gobernador con un “meme” en las redes sociales, que no tiene absolutamente nada de ofensivo: en el clásico tono casi costeño (de tono agudo, propio de los habitantes de la zona, un individuo con un fenotipo clásico del habitante de la capital del estado, con el sobrepeso provocado por el consumo excesivo de cerveza y carnes rojas, las harinas, los sushis capeados y empanizados, lanza al aire la pregunta, trascendental -seguramente- cual si fuera un perico domesticado:…. ”¿Y el Rrrrrroooooochaaaaaa?”.
Eso los ataca de risa a los culichis… y al mandatario Rocha Moya lo tiene francamente desquiciado, muy ofendido, a grado tal que una de las principales áreas del Gobierno del Estado, ha prohibido tajantemente a sus empleados y funcionarios, socializar o compartir cualquier meme sobre su persona.
Así las cosas en la añorada tierra natal de uno… por la que es preciso llorar quizá, al acorde de la melodía del puertorriqueño José Feliciano:
“Pueblo mío que estás en el olvido…tendido como un viejo que se muere;
la pena y el abandono son tu triste compañía…
pueblo mío te dejo sin alegría;
¿Qué será…qué será…qué será?; ¿Qué será de mi vida, qué será?….
Si hice mucho o no hice nada, ya mañana se verá…
Y será… será lo que será…
Autor: Héctor Calderón Hallal
@CalderonHallal1;
Fixiflaux99@gmail.com;
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