Lo que mejor le sale a la 4T es derruir a México. Acabó con la República
Yo Campesino / País destruido
- Lo que mejor le sale a la 4T es derruir a México. Acabó con la República
Miguel A. Rocha Valencia
A partir de hoy ¿Quién va a creer en una elección? La poca esperanza de la sociedad en las instituciones se acabó lo mismo que en un gobierno que hoy se puede alzar como el más poderoso, pero no para construir una nación más fuerte y progresista sino para someter a su dominio omnímodo a una sociedad desconocida, anónima que no sabe rebelarse ante la arbitrariedad, el robo y el fraude.
Entramos a la etapa de un país despedazado por un proyecto llamado 4T que marca su hito en la historia como el peor de todos, como el que se empeño en destruir instituciones y la confianza de un pueblo que hoy se llama agradecido por recibir dádivas de su propio dinero en una estrategia política perversa que con todo cinismo le fue revelada por el profeta.
Por un lado, cero crecimientos económicos con la mayor deuda y pago de los intereses como nunca, el secuestro de gran parte de la sociedad por el crimen organizado protegido y ligado al poder; por el otro, la mentira y corrupción de una estructura burocrática mediocre e improductiva incapaz de responder a las necesidades del pueblo que dicen gobernar.
Para colmo, ese gobierno destructor que se engulló fideicomisos, fondos de contingencias y espantó a la inversión privada, continúa con su discurso marrullero, perverso y demagógico de que “vamos bien” y si algo está mal, es culpa de quienes gobernaron siete años atrás.
Si faltara algo en esa orgía de destrucción nos presentan hoy un país distinto a aquél que vivimos de corruptos y neoliberales pero que construyeron instituciones de salud, educativas y de servicio social que generaron generaciones de mexicanos de alto nivel intelectual, científico y por qué no, político.
Todo eso fue derruido, convertido en ruinas a cambio de un sistema que presumen pero no va más allá de unos programas que no inventaron, que criticaron, pero hicieron suyos para mantenerse en el poder bajo la premisa del pueblo agradecido pero no para sacarlo de su miseria y mediocridad, sino en estrategia de sometimiento y conformismo bajo el esquema de “papá gobierno”.
A cambio de ello se destruyeron o mediatizaron instituciones; se implantó la corrupción con impunidad como sistema de gobierno interno y el chantaje hacia los demás; se convirtió la 4T en árbitro y jugador, hizo de la violación a la ley su código de conducta y el cinismo con soberbia su estrategia.
Mentira y demagogia se convirtieron en sus activos y en base a ellos, acabaron con la credibilidad de los árbitros electorales colonizados por cuatroteros y la conveniencia de oportunistas para que ya sin árbitros estorbosos, procedieran a elecciones corporativas, inducidas y violatorias de cualquier concepto de democracia y de las reglas que ellos mismos crearon.
En tanto nos hacen creer en una disminución de la violencia y del crimen que nadie acepta, pues a disminución de los asesinados aumenta la proporción de desaparecidos y secuestrados.
A un país que crecía y tenía grandes planes como el NAIM y al que fluían inversiones internacionales, le cortaron las alas para darnos obras que no producen, se volvieron resumideros de corrupción y que debemos pagar para sostenerlas.
Y con todo ello, tienen como plan sumar poder tras poder, someter a los críticos a quienes aún se atreven a no vivir del presupuesto o con el pie en la garganta y dispuestos a denunciar todo lo malo que ocurre, aunque desde palacio nacional se les diga de derecha o reaccionarios que no aplauden los “grandes logros” de la 4T. Yo no veo ni uno sólo.
Permanecemos secuestrados no sólo por un grupo de trabajadores de la Educación, o del crimen organizado sino por una secta incapaz, mediocre e ignorante que en el cumplimiento de sus venganzas y desquite de rencores, encuentran la panacea a sus complejos.
Por eso a partir de hoy se dirán victorisos, gritarpán sus logros y desquites para proclamar que vivimos en el país m,ás democrático del mundo, donde la voluntad del pueblo la encarna una pandilla de delincuentes políticos que se alzaron con el poder en base a mentiras, demagogia y chantaje y hoy se sostienen por el agradecimiento comprado con dinero de los mismos que le aplauden y le sostienen.
Claro ante la destrucción sólo puede haber un panorama real que se refleja en elk 0.1 de crecimiento dictado por Banxico, la existencia en México de una informalidad que alcanza al 54 por ciento de la Población Económicamente Activa, con 17.15 millones de mexicanos sin acceso a servicios de salud, 12 millones que laboran sin prestaciones mientras las maquiladoras llevan 15 meses despidiendo personal hasta llegar a 537 mil empleos formales perdidos.
El comentario del Inegi es que no sólo se trata de personas, de números, sino de mexicanos que perdieron la capacidad de llevar comida y salud a sus casas. Eso si es real, tanto como el fraude y corrupción que enriquecen a la 4T.